Ashley Wood
Le marco, no me contesta. Lo busco por todos los lugares posibles: Baños para hombres, cafetería, la chancha de fútbol, los vestidores, la cafetería y en demás lugares. No hay rastro de Luke. Estoy muy confundida. Cuando lo vi salir me puse tan desesperada que no dude en ir a su búsqueda, está enojado, lo se, vi su piel roja. Lo comprendo, me pongo en su posición y no dudo que actuaría igual o peor, está situación es diferente, siempre hemos sido los dos. Sin embargo cuando lo vi y escuche con Naybet me puse celosa, debo admitirlo.
No deseaba regresar a clases, así que me quedé en el baño de mujeres hasta que sonó la campana, dando paso al receso. No estoy segura de salir. Sé que el chisme se habrá corrido, pero mi estómago me reclama alimento.
Adrián y yo íbamos estar en la boca de todos por unos días.
Salgo del cubículo encontrándome con unas chicas en frente del espejo, retocando su maquillaje. Al verme, empiezan a hablar bajito. Decido ignorarlas. En mi recorrido hasta el ambiente de comidas me di cuenta de que las chicas no hablaban mal de mí sino se preguntaban una cosa: ¿Qué había visto Adrián Irman en mí? Y los hombre solo de los deseosos que estaban por estar conmigo.
Obviamente eso no iba a pasar, no me gusta acostarme con cualquiera a pesar de que mis últimas acciones no defienden mis palabras.
Al llegar donde mis amigas, las preguntas no se hicieron presentes. Todo era silencio. Incómodo.
—Hey —suelto.
—¿Solo eso vas a decir? —ataca Mery— No puedo creer lo que hiciste —yo tampoco.
—Solo paso y ya —Cristina bufa.
—No me jodas, Ashley. Tuviste un orgasmo en un salón de clases ¿Eso te parece poco?
—Fue un error ¿Ok? Adrián lo estaba haciendo tan bien...
—Alto, no digas nada más —respira profundamente— ¿Adrián? ¿Enserio?
—Es guapo —defiendo.
—No es eso, es...
—¿No pudiste enrollarte con otra persona? —Leslie, la nueva del equipo, habla.
Algo en su voz me da la sensación de que esta molesta por lo que paso.
—¿No lo harías tú? —se queda callada y me ignora volviendo a comer.
Miro a Cristina y esta parece molesta. Tal vez no le gusto que su primo y yo estemos juntos, pero ella no puede culparme por eso. Sabe muy bien que fue él quien empezó.
—¿Sabes? —mira a Mery, luego a mí— Solo no quiero que nos cuentes los detalles ni nada y si te estas acostando con él será mejor que las cosas estén bien claras —su advertencia es clara.
—No te preocupes, no me he acostado con Adrián —parece aliviada.
—Espero que se quede así.
—No prometo nada —abre sus ojos y me lanza una fruta.
—¿El entrenador ya dió las fechas de entrenamiento? —cambio de tema.
ESTÁS LEYENDO
Enséñame: La adicción de Adrián
RomansLIBRO I «Ashley se niega a caer en la tentación Irman, pero es humana y todo humano tiene un límite que tarde o temprano cederá a los placeres del pecado»