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El anciano estaba atendiendo a su nieto Sukuna, se había alegrado de cierta medida que esa mañana estuviera pasando tan tranquila y sin ningún problema.
De alguna forma, le gustaba esa serenidad que se estaba emanando en la casa de momento. Sabía que esa paz y quietud le sentaba de mejor medida a su pequeño nieto, el cual comía sin hablar, ni quejarse en el pequeño comedor de la encantadora casa.
El timbre sueña y el viejo deja salir un suspiro.
Ya llegaron. Se imaginó.
— Deben ser tus hermanos — Wasuke se levanta de la mesa y empieza a acercarse a la puerta.
Su cara, el cual estaba en un tono neutro, cambia al ver quién se encuentra del otro lado de la puerta.
Satoru con una ridícula cara sonriente, se encontraba del otro lado con el pequeño Yuuji niño en sus brazos. Sin darle mucha importancia, abre la puerta y se aleja para dejarlo pasar. Fue en ese momento que se regañó al no prestarle mucha atención a la visita que había recibido ese día.
Wasuke solo veía a gente que no conocía entrando y saliendo de su casa con una cara para nada amigable, con el disgusto más marcado de la normal se dirige hacia Satoru, el cual estaba en la entrada de la casa iniciando a la gente donde dejar las cosas que había traído.
— Me puede explicar ¿Qué está pasando? — Era fácil describir con qué tono le habló al joven alfa.
— Solo compré algunas cosas para los gemelos — Satoru abraza al niño en sus brazos para darle un beso en la sien. — Yuuji eligió la mayoría de las cosas. No es cierto Yuuji.
— Fue divertido abuelo — los ojos le brillaban por la emoción— Satoru trajo muchas cosas para nosotros y el abuelo.
— No es necesario, puedo encargarme fácilmente de ambos
— Wasuke — era la primera vez que el joven lo llamaba por su nombre — Le dije a esa mujer que le daría todo lo que ella no pudo darle
Wasuke frunce el ceño al escucharlo y chasquea la lengua en forma de queja. Su boca se abre para intentar reprocharle al joven alfa, pero ninguna palabra logra salir.
—Viejo— Sukuna habla por detrás de ellos — me iré a mi habitación — El niño se baja de la silla de madera, se tambalea un poco al tocar el suelo, pero logra agarra rápidamente el equilibrio.
Los tres que estaban en la sala; Gojo, Wasuke y Yuuji vieron la reacción de Sukuna.
Wasuke fue rápidamente el que se acercó a ayudar al chico.
— ¿Estás bien?— pregunta preocupado— ¿No quieres que te ayude?
— Estoy algo cansado — logra decir y dirige su vista hacia el albino — Tienes visitas, debes de atenderlo primero — y continúa su andar lento, casi sin energía.
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𝓵𝓪𝔃𝓸 [Goyuu]
FanfictionSatoru Gojo se percató de que el destino puede ser impredecible y caprichoso. Enfocó su atención en un punto rosa que resaltaba claramente a su mirada perspicaz, y su instinto animal salió a la luz, reclamando al pequeño Omega como propio. En ese in...