~ 1𝟎 ~

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Mientras llevaba a Satoru hacia la mesa del comedor, un debate interno empezó a aparecer dentro del pequeño niño. Yuuji se estaba hartando de la forma en que su familia se comportaba con Satoru, no entendía el motivo de lo recelosos que se ponían con el joven alfa.

Su paso fue interrumpido por su abuelo, viendo de manera feroz al joven.

— ¡Yuuji! — lo llamo.

Otra vez esa mirada.

La mirada del pequeño no se había suavizado para nada, su frente fruncida estaba presente. Las feromonas del pequeño empezaron a hacerse presentes, el olor agrio daba a entender que el pequeño no se encontraba muy cómodo con todo lo que estaba pasando.

— ¡Yuuji no lo entiende! — su voz sonaba muy seria — ¿por qué tratan de esa forma a Satoru? — su mirada estaba desafiando a su abuelo — Satoru no ha hecho nada malo... Yuuji antes ha tenido otros amigos, pero ustedes se comportan diferente con Satoru — Hizo una leve pausa — a Yuuji no le gusta, a Yuuji le molesta.

— Yuuji — su abuelo hablo por debajo.

— ¡No! — Yuuji se estaba molestando más.

Todos los presentes no hablaron, un silencio sepultar se hizo presente y el ambiente que para el pequeño era cálido y acogedor se estaba convirtiendo en uno desagradable.

— ¡Yuuji!— Esta vez fue Satoru quien lo llamó, el pequeño miró de reojo a Satoru, pero el albino se agachó y lo volteo para enfrentarlo. —Tu familia no está haciendo nada malo— le dedicó una sonrisa, aprovecho el momento y libero un poco de sus feromonas para calmar al pequeño omega — simplemente te están protegiendo.

— Satoru no es malo — los labios de Yuuji se curvaron un poco, le dolía la forma en que el joven decía aquellas palabras.

— Velo de esta forma— levanto el dedo índice para darle una idea — alguien que apenas conoces llega de la nada a tu casa y familiares, claro que van a actuar con preocupación.

— Yuuji sabe que Satoru nunca le haría daño — su mirada mostraba seguridad, al decir esto un ligero carmesí recorrió sus regordetes cachetes.

Satoru se le hizo adorable, lo terco que se volvía Yuuji, una risa se dibujó en sus labios. Llevó sus manos a la encantadora cara del pequeño y acercó su cara para juntar su frente con Yuuji, un escalofrío recorrió su cuerpo, no lo podían negar, ambos lo sintieron.

Sus miradas se encontraron. Yuuji quedó hipnotizado con esos ojos que parecían una piedra preciosa ¿Cómo alguien podía manifestar el color magistral del mismo cielo? El cual era inalcanzable para la gente, pero a su vez, se encontraba a pocos centímetros de su cara. Algo precioso

— Yo nunca dañaría a Yuuji — Satoru hablo como si le estuviera revelando un secreto al pequeño, alejo su cara del pequeño, esta acción solo duró segundo, pero para la imaginación de Yuuji fueron minutos — Así que no te pongas bravo con tu abuelo o tus hermanos

La cara de Yuuji había cambiado, se veía un poco soñoliento, para nadie era un secreto que las feromonas del albino habían calmado al pequeño omega.

*

**

***

Después de lo ocurrido, Yuuji no quiso despegarse del joven albino, sus hermanos intentaron de todo, pero el pequeño todavía estaba molesto con Kechizu y Esou, no quiso dirigirle la palabra. Esto les partió el corazón. Se fueron de la casa sin poder remediar nada con Yuuji.

Sukuna se había retirado a la habitación a dormir por petición de su abuelo, esperaba que la noche fuera larga, muy larga, ¿el motivo? Al día siguiente debía levantarse temprano para volver a su propio infierno.

𝓵𝓪𝔃𝓸 [Goyuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora