~ 46 Sukuna~

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Cuando su conciencia empezó a despertar, todo lo que vea en aquel nuevo mundo le era nuevo, pero su mente no podía mantener despierto por mucho tiempo y siempre divagaba de un lado a otro.

Fue casi al llegar su primer año cuando, se dio cuenta de que este mundo era diferente al que él recordaba. Todo se mentía muy plano y sencillo, ante sus ojos, no le veía nada de emoción.

Claro que reconoció de aquel que se parecía a él y siempre lo acompañó en sus primeros días de vida y algunos años.

No quería resaltar, al tener recuerdos de antaño, lo valía la pena exponerse, esta vez se mantendría sereno y no resaltaría para no llamar mucho la atención e indagar más sobre este nuevo mundo.

Al pasar los días y su vez, mientras crecía, reconoció algunos rostros tiempos remotos, no iba a negar que no recordaba sus nombres, su narcisismo solo le dio importancia a tres nombres y un apodo. El resto no le importa. En ese entonces.

Ahora, en esta nueva época, dependía de la gente de su alrededor. Así que tuvo que dejar a la deriva su orgullo para agarrarle algo de afecto a ese viejo amargado y como no, a su copia perfecta, dejando muy atrás a ese molesto hermano mayor.

Su frialdad emocional lo ayudaba avanzar en su nuevo entorno, le fue como anillo al dedo que su gemelo fuera lo opuesto a él, logrando que ese lazo sanguíneo lo vinculara tanto a su otra mitad.

Mientras más se familiariza con su alrededor, las palabras betas, omegas y alfas, se estaban volvió más común de lo que sé que se imaginaba y sus anteriores años de vida, no le daban algunas respuestas claras, era todo lo contrario, más duda le generaban ¿Que eran alfas? ¿Qué eran los omegas?

El sentido de su vida, empezó a tomar algo de forma cuando noto lo torpe que era su hermano. Ver lo infantil, curioso y amistoso que le resultaba ser Yuuji, lo amargaba de alguna forma, no quería que sé nuevo mundo se aprovechara de esa cualidad de su hermano, así fue que empezó a tomar ese rol protector.

Fue su decisión el irse con la loca, la llamaba así en su mente, solo para Yuuji no la pasará mal, sabía con experiencia lo quebradizo y lo culpable que resultaba ser su gemelo.

Su conciencia madura a una temprana edad lo ayudo a comprender todo, aunque aquella rara mujer siempre actuaba tan erráticamente que le costaba seguirle el paso.

Pero nunca se esperó el cambio radical de su entorno, de una casa algo espaciosa, un cochinero con mal aspecto. En ocasiones se planeaba que todo el horror que vivió bajo el techo de esa mujer, era el karma que estaba pagando por el pasado. Así que lo acepto, él tomaría todo lo malo, solo para que su gemelo estuviera bien. Se lo debía a Yuuji.

Pero después de todo ese caos, unos aires de alivios llegan tarde o temprano. Su abuelo cada vez que podía se lo llevaba de aquel feo lugar y aprovechaba esos momentos a solas, para despejar algunas dudas que tenía, así pasaron cinco años y repentinamente todo dio un giro de 360 grados.

Todo cuando llego ese ser llamado Gojo Satoru.

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Nunca se imaginó encontrárselo en persona, había escuchado de su gente por los medios, pero que un día lo estuviera cargando de la nada en pleno parque, además de confundirlo con su hermano, le resulto "repugnante". Aunque el panorama cambio de forma drástica al verlo arrodillado pidiéndole perdón a Yuuji, ahora había cambiado de "repugnarte" a "ridículo".

𝓵𝓪𝔃𝓸 [Goyuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora