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Se encontraba concentrado revisando sus últimos párrafos, necesitaba chequear todo antes de mandar todo a su jefe, con anterioridad mandaba todo a tiempo, pero con todo lo experimentado en tan pocos días, había dejado este deber en el olvido para dedicarle tiempo a su propia familia.

La sola luz del monitor de la laptop fatigaba su vieja vista, incluso con los lentes puestos. Wasuke baja los lentes y se masajea ambas cuencas oculares, Inhala aire para darse un poco de ánimo, antes de seguir su trabajo. El mayor se enfoca en concentrarse lo más que puede y opta por ignorar su entorno, con la justificación de terminar lo antes posible.

Un sonido lejano ni siquiera lo inmuta, otra vez el sonido ligero se hace presente y el resultado fue igual, fue al tercer intento que se percata del toc-toc provenir de la puerta de la sala, Wasuke frunce el ceño al imaginarse la Choso con ambas manos ocupadas y al pequeño Yuuji tocando la puerta, imagen que siempre encontraba tras abrir la puerta.

— No entiendo esa manía tuya de llegar a la puerta y no dejar algunas cosas en el piso, solo para abrir la puerta — habla algo malhumorado a la vez que abre la puerta. — ¡OH! Disculpe — se sorprende un poco al ver la persona detrás de la puerta — creí que era Choso y Yuuji — el anciano se aleja un poco de la puerta dejando un espacio entre ambos — Pase tranquilamente doctora.

— Discúlpeme por no avisar antes —Responde cordialmente.

Antes de entrar, Shoko se gira y hace una seña con mano al vehículo que se encontraba al frente de la casa. Wasuke interpreta que aquel que estuviera conduciendo había entendido, ya que al poco tiempo se enciende el auto y si van sin vacilar.

El anciano la dirige hacia el comedor y desliza una de las sillas de madera, indicando que se podía sentar ese asiento, a su vez, el viejo se dirige hacia la cocina para preparar algo caliente para tomar. En todo ese tiempo Shoko estuvo esperando tranquilamente al mayor.

Después de algunos minutos, Wasuke sirve dos tazas y se acomodó del lado contrario de donde estaba la doctora.

— Creí que estaría con el muchacho — Wasuke es quien inicia la conversación, a la vez que alza la taza para tomar un poco.

La chica lo imita y antes de contestar lleva la bebida a sus labios.

— Me dijo que me quedara para ver el progreso del niño —baja la taza — el niño ¿está en la casa?

— ¿Sukuna? Sí, está en su habitación — Entre ambos se hace un silencio algo incómodo. El viejo empieza a golpear la mesa con su dedo índice — Usted, ¿quiere indagar un poco más? ¿No es así?

Shoko baja la mirada al ser descubierto, ese viejo también sabía cómo leer su lenguaje corporal, la joven sonríe ante su suerte, le era irónico que solo los alfas descubrieran de manera certera sus pensamientos.

— de cierta medida — habla con más calma, al saber que el viejo está en guardia con lo que va a decir — por lo poco que se dé ustedes, es que la madre del niño no estaba al pendiente de él y que por lo que el mismo Sukuna me contó, su madre se dedicaba a cierto trabajo poco ético, por esa razón estuvo expuesto a feromonas inductoras.

— Entiendo

— No dije mucho cuando los hermanos estaban presentes, no quería darle más tensión al ambiente — hace una ligera pausa — pero creo que ese chico llamado Nouranso le comento algo, ¿no?

— Le encomendó a los trillizos comprarle una gargantilla, es más — el viejo señala algo en la mesita de la sala — antes de irse me la dejaron.

𝓵𝓪𝔃𝓸 [Goyuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora