Haechan tomó una copa y vertió vino casi hasta el tope. Quería alejarse de la realidad y solo pensar en que había momentos de fiesta de los cuales disfrutar. Se apartó de la fuente y fue directo a la primera mesa más cercana, no le importaba tener que hablar con extraños.
Poco después Mark llegó hasta la fuente. Había quedado solo y lo que menos quería era que alguien lo llamara para conversar sobre los mismos temas aburridos. Tampoco podía abandonar la velada así de la nada porque sería descortés. Se sirvió un poco de vino, meneó la copa antes de tomar un sorbo, por alguna extraña razón le pareció ser un poco más fuerte que la última vez.
En la pista de baile algo llamó la atención de todos.
El príncipe se aproximó junto al gentío, queriendo ver de qué se trataba. Pareció no estar tan sorprendido como el resto de las personas al ver a Karina y la Princesa Minjeong bailar un vals juntas. Sonrió por lo feliz que lucía su prima. Se alejó en camino a un lugar más tranquilo. Dejó en una mesa la copa de vino porque no le apeteció seguir tomando.
Por su parte, Haechan volvió al lugar donde antes estaba con sus amigos, enfrente del pilar, pero no estaba Renjun a la vista y mucho menos Chenle. No iba a estar toda la noche con ellos, pero tampoco quería estar con molestos políticos o damas de estrato alto tan refinadas que le molestaba su manera de actuar tan quisquillosa. Hasta él siendo un príncipe no alcanzaba a ser tan detestable.
Era un mal momento para no tener más amigos. Cortó amistades con varias personas al darse cuenta la clase de amigos que eran, solo lo buscaban cuando querían a un bufón. Tanto tiempo estuvo siendo el Príncipe Donghyuck que se olvidó por unos momentos que no era esa imagen que le proyectaba al mundo.
Al estar divagando en sus pensamientos y no ver por donde pisaba, tropezó con alguien a su espalda. Volteó mirando al suelo de la vergüenza, vio como había derramado algo de vino rojo sobre la vestimenta completamente blanca de la otra persona, como la de todos en la fiesta.
Se quejó en silencio, él había tenido la culpa, de todos modos no podía enojarse con alguien por un pequeño tropiezo, aunque la otra persona tal vez puede hacerlo si tenía en cuenta la vestimenta. Se dio vuelta y dijo:
—Discúlpeme, no me fijé. —dijo sin hacer contacto visual con la contraria—. Manché sin querer su vestido. Me disculpo de nuevo. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarle? Los baños más cercanos creo que quedan saliendo del salón a la izquierda. Pero puedo preguntar a alguno de los meseros por usted, si gusta.
Aquella mancha de vino sobre la tela blanca como las nubes en el cielo sí que demoraría en salir.
Él no era tan despistado, tal vez estuvo bebiendo de más y eso lo hizo actuar como un completo torpe con dos pies izquierdos. Haciendo una mueca, dejó la copa sobre la primera mesa que vio. Levantó la vista y sus ojos querían escapar de repente, no podían creer a quien tenían enfrente.
—Tú, tú eres aquella chica del bosque.
No podía creerlo.
Era ella.
Ella estaba allí.
—No diría que chica del bosque, soy más de montañas y... Creo que es mejor que me vaya. —respondió muy tranquila dando vuelta y enseguida se apresuró a alejarse del chico.
Haechan fue detrás de ella sin importar que estuviera tropezando con varias personas o empujándolas sin querer, sin escuchar las quejas o regaños. Aceleró su andar porque cada que daba un paso la chica parecía dar el doble, ella pasaba entre las personas, tan hábil y rápida, parecía un fantasma o el mismo viento hecho un humano.
La música de fondo parecía estar contando la historia de una persecución, el ritmo era rápido, el violín resaltaba entre los demás instrumentos y la melodía del piano parecía ser de película de terror. La chica logró salir del gentío que estaba rodeando una parte de la pista de baile esperando a que sus majestades terminaran su presentación.
ESTÁS LEYENDO
The Crown
FanfictionCuatro reinos, un sola corona. Una maldición que cayó sobre el Príncipe Chenle y desató un mar de preguntas. Los sucesores al trono de cada nación se van a unir en una búsqueda de respuestas. Pero para cambiar la historia, primero deben conocer el o...