16. Cuervos blancos.

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Chenle seguía persistente en la idea de solo preguntarle a su hermano acerca de todo lo que ha venido ocultando, pero su novio y su hermana no lo dejaron, por más que insistía estos le repetían lo mismo: "No podemos interrogarlo si carecemos de pruebas", y renían razón hasta cierto punto, pero si quieren saber la verdad no pueden seguir simplemente caminando por los bordes del asunto. Sabían que algo más grande de lo que ellos tienen idea estaba tratando de corromper el orden qué restauraron los fundadores. Jamás se habían tomado el tiempo de pensar en las inconsistencias que había sobre la historia del mundo, antes del tratado de paz, los fundadores y las leyes no se sabía nada sobre lo que pasó.

Ahora que lo piensa mejor, los primeros siglos desde que los fundadores crearon la ley de un rey con mayor poder que otros tampoco es que se supiera algo más que solo pequeños acontecimientos. Comenzaron a dudar de si todo lo que les decían desde pequeños, lo que veían y lo que escuchaban era real. ¿Por qué de repente crear un comité entre los más poderosos de cada nación y llegar a modificar o incluso derogar gran parte de las leyes que los regían? Todo se veía tan bueno, tan bien, tanta felicidad y esto puede traer consigo cosas malas.

Los hermanos Zhong empacaron maletas, a primera hora en la mañana recibieron el correo de la escuela de magia del Gran Árbol, resultados exitosos para solo dos de ellos. Por primera vez desde que tiene memoria Renjun había reprobado un examen. El ánimo del chico estaba por los suelos desde mucho antes. Su hermano relacionaba esto con el libro que había perdido, pero esta no era la razón principal.

A pesar de la semana tan atareada que todos tuvieron, Jaemin y Jeno pasaron demasiado tiempo juntos. Ningning no podía estar más fastidiada por esto. Los príncipes Lee siempre han molestado a sus hermanos y a ella, ver como Jaemin convive con Jeno como si nada le irritaba. Lo dejaría pasar solo por ahora porque el cumpleaños de su amigo estaba muy cerca.

Los reyes Yixing y Seulgi no asistirán a tal evento, aunque fue invitada la familia completa, el rey se encontraba en cama, su salud decayó de manera tan repentina, siempre estaba siendo monitoreado por sus médicos y enfermeras. La Reina Seulgi por su parte había estado haciendo su papel de esposa preocupada mejor de lo que ella misma imaginó.

Ningning estaba por bajar al salón de los tronos, como siempre era la última en salir, siempre hacía un lío con sus maletas. Tomó sus audífonos nuevos y los guardó en su bolso. Vio su habitación por última vez tomando una foto con su memoria. Sospechaba que las señoras (que solo una vez al mes asean) se entrometen de más en sus cosas, no guardaba nada cuestionable, las cosas valiosas como joyas le dan igual, nunca le han robado nada, pero si algo como esto pasaba significaba que en el reino estaban corriendo nuevos rumores y que ya no estaban seguros ni en su propio castillo.

Cerró la puerta y sostuvo la correa de su mochila antes de dar un paso, tenía prohibido correr en el castillo desde que aprendió a caminar. Estaba por apoyar su mano sobre la baranda cuando unos pasos detrás de ella la detuvieron. El ruido causado por los zapatos lo conocía muy bien, era la reina. Cuando las pisadas se detuvieron por un momento lo único que pudo escuchar fue el agua fluir de los techos, los salones principales en el palacio en su mayoría tienen fuentes, o pequeñas cascadas artificiales desde lo más alto del techo que atraviesan la sala en línea hasta que desembocan en una rendija.

—Yizhuo, ¿por qué siempre vas tarde? ¿No puedes pensar por un momento en la mala imagen que das? —dijo la Reina Seulgi, no expresaba ninguna emoción en sus palabras además de molestia.

—Majestad, esta vez no voy tarde. —respondió neutral, quería evitar algún otro regaño, no iba a estropear su humor tan temprano—. De todos modos, los caballos corren muy rápido para atravesar los portales entre las olas.

—Cuando me hables hazlo mirándome a los ojos, voltea. —dijo la reina, su voz y presencia era imponente por lo que Ningning hizo caso omiso, mordiendo su labio inferior reteniendo sus palabras.

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