42. Solo hay una oportunidad.

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Jaemin estaba por terminar de intervenir en los barcos voladores, el primero ya había caído, llevándose una torre del palacio, pero al menos ya eso no era una preocupación. Si bien, el que faltaba estaba siendo un poco más difícil porque al parecer este tenía más códigos los cuales descifrar, suerte que ese brazalete que le habían dado lo tenía todo. El brazalete había brillado varias veces, pero no había tiempo para ver de qué se trataba. Esto no debió ser así, los puentes y los barcos debían de caer al mismo tiempo, pero incluso si los soldados del Sur apenas pudieron pusieron de los mecanismos en los puntos donde se les había dicho estaba siendo algo más difícil. Jaemin respiró hondo, apenas los barcos estaban abajo él debe estar al otro lado de las rejas o de lo contrario se quedaría atrapado allí o cayera a las aguas encantadas.

Por último, se encargó de desmantelar las defensas del barco y por fin tuvo control absoluto de este, lo bueno es que nadie estaba ahí para impedirlo directamente. Viendo en la pantalla puso los dedos sobre los cuatro puntos designados y como pudo tomó el timón del barco, este se balanceo de lado a lado muy lento como cualquier objeto pesado hasta que pudo mantenerlo en equilibrio y giró por completo el timón para que este cayera. El barco impactó contra varias torres del castillo haciendo que se vinieran abajo y esto causó una gran sacudida que hasta ellos lograron sentir en el lugar donde se encontraban.

—¡Ya está hecho! —dijo Jaemin con orgullo.

Karina y Minjeong miraron al chico.

—¿No pudiste evitar que el barco aterrizara en el palacio? —preguntó la castaña.

—Ustedes me dijeron "haz que dejen de volar" más no que también tenía que aterrizarlos. —respondió Jaemin—. Además cayó al otro lado del palacio donde no creo que haya muchos soldados.

—¿Y los puentes?

—¿Ya todos están aquí? —Jaemin preguntó a Karina y la pelinegra asintió en respuesta—. El primero es el puente que va hacia el bosque de los lamentos. Van a haber varias sacudidas desde este momento. La Reina Jihyo quiso que esto lo hicieran los Lee, pero ninguno de ellos maneja el hechizo a tal magnitud, así que tuve que hacerlo usando la energía Aether para impulsar terremotos en los soportes. Apenas caiga el primer puente tenemos que estar del otro lado o de lo contrario nos quedaremos atrapados.

—¿No se pueden usar explosivos? —preguntó Karina—. Es más fácil y rápido.

—Son ilegales. —Jaemin volvió a ver los hologramas, pronto la energía va a comenzar a fallar poco a poco hasta producir un apagón en todo el reino y cuando eso pase él debe estar fuera de Freeya.

—Que algo sea ilegal no significa que no se comercie.

—Apenas vieran que algún miembro de la familia real se acercara el mercado negro hubiera desaparecido.

—¿Por qué todo es tan complicado? —Karina soltó un gruñido. Minjeong le dio un corto abrazo para no verla tan frustrada.

Las sacudidas que mencionó el príncipe comenzaron, temblores de poca escala sacudieron el palacio, puede que esté en un acantilado, pero gracias a la magia nada podía hacerlo caer, no importa si solo escombros y piedras fuese lo único que quede. Al otro lado, en el puente con dirección al bosque, las grietas aparecieron entre los soportes y vigas principales, causando que desde las rejas que siempre permanecieron abiertas comenzara a caer el piso como si de una escena de película de acción se tratara, el puente se vino abajo, concreto y grandes piedras se zambulleron en el río encantado. Las aguas turbulentas terminarían por tragarse todo el palacio sin importar que todavía quedan personas allí.

Las rejas se estremecieron de nuevo, cosa que no debería pasar si el primer puente ya se había destrozado por completo. Desde fuera los príncipes vieron cómo varias torres en lo más alto se fueron derrumbando, al igual que el vidrio de las ventanas que se quebró sin más produciendo un sonido como de cristales siendo llevados a una alta temperatura hasta quebrarse sin darle un solo golpe.

The CrownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora