36. Congelar el fuego.

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Chenle y Jisung fueron los que se encargaron de organizar la salida con sus amigos a acampar, o bueno, no acampar del todo. Por seguridad no irían al bosque de los lamentos, sino que estarían en unas cabañas ubicadas a las afueras de la ciudad.

Jisung se recostó en el sofá, cayendo de espaldas y usó el reposabrazos como almohada. Siempre cuando está nervioso hace ese mismo gesto de cerrar y abrir las palmas de las manos. No miente, ha estado algo preocupado desde hace unos días, pero no quería aparentarlo. Trató de distraerse para dejar el tema a un lado, pero cada tanto surgían de la nada. Quería hablarlo, pero a la vez no porque sabía que rumbo terminaría tomando la conversación.

Él suspiró y admiró el rostro de Chenle, se veía tranquilo, tan sumergido en su tarea. Y Jisung volvió a suspirar.

—Si algo te preocupa es mejor que lo digas ahora. —dijo Chenle, sin apartar la vista.

Jisung con un leve gesto de su mano hizo desaparecer los hologramas para que Chenle le prestara total atención.

—Mi madre está pensando en adelantar la fecha de la boda. —Jisung intentó lucir lo más tranquilo ante lo dicho, pero no lo estaba, su voz temblaba—. No lo dijo con sus palabras, pero lo hace porque no está segura si estaré vivo luego de esas pruebas.

—Solo está preocupada.

—Ella cree que moriré.

Jisung estaba más que enojado desde que su madre le había dicho eso, no enojado con ella, enojada con él mismo por creer que en serio ese sería su final. Nunca antes se había preocupado por el futuro, siempre vivía en el aquí y ahora, pero los últimos días hacían que su garganta se secara y sus ojos fuesen los únicos capaces de expresar lo que sentía.

—Escucha. —Chenle se puso de pie y se encaminó al sofá, quedando justo al frente del pelinegro. La expresión de su rostro hizo a Jisung removerse un poco, conocía esa cara, se venía un regaño más no un consuelo—. Ella confía en ti. Está preocupada como todo buena madre lo estaría, está nerviosa y siente miedo de que le pase algo a su hijo. Ella sabe que saldrás con vida, no victorioso, pero al menos estarás con nosotros

—Victorioso… Así llegue a ser el líder no creo que se sentirá como si hubiera ganado algo. —dijo Jisung mirando a algún punto fijo en el techo—. Mi madre dice muchas cosas y todas las hace. Sé que confía en mí, pero ¿qué hay de lo que yo pienso? Creo que es buena idea adelantar el casamiento, quiero estar más tiempo con mi familia antes de que inicie ese juego a muerte.

—Tienes miedo de lo que pueda pasar y por eso éstas diciendo muchas cosas. Eres igual a tu madre, haces todo lo que dices y lo llevas a cabo. —Chenle quería calmarlo, decirle que no tenía nada que temer, pero si lo hacía estaría mintiendo. No se sabe nada de lo que puedan enfrentar en esas pruebas, aparte todavía no se sabía si él sería escogido por todos en vez de Renjun, así no fuese quien estaría viviendo en carne propia esos juegos, Jisung si estaría, y eso era cien veces peor—. Pero, yo no estoy de acuerdo con tu comportamiento. No está bien pensar así. ¿Quieres saber por qué?

Jisung asintió muy lento, algo dudoso, pero a la vez esperando a que Chenle no fuera tan duro con sus siguientes palabras.

—Sé que es difícil porque nada nos asegura que sigamos vivos, pero todo tiene un tiempo. —agregó Chenle—. Aprendí eso contigo. No estoy diciendo que está mal que sientas miedo, al contrario, está bien. Pero si crees que en serio te va a pasar algo terrible como es la muerte, estás jugando con el destino, estás llamando por lo peor. No actúes de esa manera.

Chenle dio la vuelta en dirección al sillón para arreglar unos últimos detalles de la salida a acampar que tendrían sus amigos, pero Jisung sujetó su mano.

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