Epílogo 2/3

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Flores amarillas.

Las tradiciones del Reino del Oeste dicen que antes de que la boda sea llevada a cabo las familias de las personas comprometidas deben conocerse, esto por medio de un intercambio de culturas y magia elemental. Fue iniciativa de Minjeong celebrar el compromiso y muy pronta boda como la nación de las montañas lo manda. Los reyes Lee y demás familiares viajaron al Este, a la Ciudad de las Auroras, en esta ciudad se edificó el primer palacio de la primera familia real, pero debido a los conflictos del pasado se tuvieron que mover a la ahora capital A'era.

En la ciudad de las Auroras nació la cultura y todo lo que se conoce del Reino del Este. Es un lugar pintoresco, lleno de vegetación, muchos tipos de flores, entre ellos campos enormes de tulipanes y viñedos. Las casas a pesar de la nueva era se mantienen igual que hace siglos, el estilo rústico, pero a la vez sofisticado llama mucho la atención. La casa campo en la que se encontraban ambas familias reunidas era enorme, no se compara a un palacio o mansión debido a los lujos y tecnología moderna muy extravagante.

La fiesta empezaría en la tarde, aún era muy temprano, apenas y han llegado la mayoría de los invitados. Karina y Minjeong quisieron hacer algo privado, tanto como esa fiesta y la siguiente en el Oeste, además de la boda serían algo solo para familia y amigos. Nada de estirados duques, texturados concejales y arrogantes empresarios. Quieren la comodidad y felicidad ante todo, y ¿qué mejor que celebrar al lado de las personas que aman?

Minjeong lleva desde comienzo de año intentando convencer a Karina de mudarse a su propio hogar, una mansión en Athenas, una ciudad igual de grande que la capital, pero muy lejos de esta. Pero Karina se ha dejado influenciar por los padres de Minjeong y quiere que al ser ya esposas vivan en el mismo palacio junto con ellos.

—¿Por qué insisten tanto en que vivamos en el palacio? —preguntó Minjeong sujetando con fuerza las extensiones de luces para que su padre no se las quitara.

El rey puso las manos en su cintura y quedó mirando a su hija con desaprobación. Minjeong lleva más de quince minutos haciendo rabietas y luego se queja cuando le dice que sigue siendo la niña de sus ojos. Baekhyun pidió ayuda con un solo gesto a la reina y ella con solo extender la mano enfrente de su hija le entregó las luces.

Los reyes se ocupaban de la decoración mientras que los Lee están recorriendo los campos de tulipanes y visitando los cultivos de viñedos.

—Cielo, el palacio es enorme, la privacidad no va a ser algo que les hará falta. —Taeyeon creó un hechizo para hacer levitar las luces y colgarlas en el jardín de un árbol a otro—. Me encantaría que Karina y tú se familiaricen más con el reino y lo que conlleva liderar a futuro.

—Mamá, todavía faltan años para que tome el trono, ¡décadas!

—¿Y qué pasa si decidimos retirarnos ahora? —Taeyeon siguió decorando con extensiones de bombillas amarillas, el lugar durante la tarde y en la noche se vería como de cuentos de hadas, solo hace falta que Baekhyun logre darle cuerda a las viejas polillas que llevan años sin utilizarse.

—Solo se pueden retirar luego de cada levantada del viento. Les faltan... ¿Quince años? Creo. Para que esto pase. —Minjeong vio como una polilla salió disparada de las manos de su padre en su dirección y tuvo que agacharse para no ser atacada—. ¿No creen que esas cosas son peligrosas? Casi me quita un ojo. Va a haber niños aquí, la Princesa Jiwoo no controla muy bien su magia elemental de Aire, puede hacer volar lejos a las polillas o atraparlas con facilidad. ¿No es mejor cambiarlas por mariposas reales?

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