Chenle no quería admitirlo, pero estuvo algo enojado con Jisung por irse de tal forma sin despedirse, pero sus sentimientos cambiaron al cabo de unos días. Lo extrañaba. Extrañaba a Jisung con todo su cuerpo. Apenas y tenía tiempo para descansar, lo que menos quería era suponer cosas en un momento como ese.
Renjun insistió en salir de su habitación porque estar en cama lo hacía sentir enfermo, pero tuvo algo mejor que una enfermera, una hermana a la cual si le llevaba la contraria ella misma se encargaría de terminar de matarlo. Ningning tuvo muchos deberes junto a Chenle, pero los dos se encargaron de ver que su hermano mayor cumpliera con su descanso.
El tiempo se esfumó de la misma manera que sus deseos por la paz y tranquilidad. Algo que ya no existía. La navidad fue de lo peor para muchos de ellos, en especial para Karina y Minjeong. Para los hermanos Zhong no fue algo muy diferente de lo usual, solo ellos tres, cenando en la pequeña sala en el pasillo, viendo alguna película navideña gracias a los hologramas del brazalete y charlando de lo que sea, menos las cosas que más dolían mencionar. Pensaron que el año nuevo sería igual. Pero todo cambió cuando a Chenle le llegó un mensaje de Jisung diciendo que estaba en el Norte y que había venido por ellos. A pesar de ser un príncipe los guardias no dejaban pasar al pelinegro, todo esto por órdenes de la reina que desde los visitantes se fueron fue muy clara al decir que no quería a nadie de afuera cruzar ese puente.
Chenle salió lo más rápido que pudo hacia las afueras del palacio. Poco le importó los llamados de los guardias por salir sin seguridad, poco le importó que el puente estuviera cubierto por dura nieve, que no estuviera para nada abrigado y que podría resbalar en cualquier momento. Al ver a Jisung parado justo enfrente de las rejas, cada maldito segundo y aliento valió la pena. De inmediato pidió que abrieran las rejas y apenas hubo suficiente espacio entre estas para que él pudiera pasar fue a abrazar a Jisung. El pelinegro lo recibió de la misma manera, apretando con fuerza y escondiendo el rostro en el hombro de Chenle. Aunque estuvieran a la vista de algunos guardias ya nada importaba más que tenerse el uno al otro.
Chenle se encontraba algo agitado, tanto que apenas y siendo capaz de respirar pudo preguntar:
—¿Por qué viniste solo? ¿No sabes lo peligroso que es? No creí que fueses tan estúpido.
Jisung no pudo evitar reír. Se separó de Chenle, al mismo tiempo que se fue quitando el abrigo para cubrir al contrario.
—No vine solo. Créeme no estoy tan demente para venir sin algún tipo de seguridad. —respondió, mirando con gran cariño a Chenle—. Pero mis madres sí.
—¿Qué? —Chenle parpadeó varias veces.
Jisung sujetó la mano de Chenle para así dirigirse al puente. Los guardias se vieron seriamente acorralados porque habían recibido la orden de la reina no dejar pasar a nadie, pero la mirada amenazante del príncipe les causó tanto terror que no tuvieron de otra más que dejarlos pasar.
Ambos caminaron a paso lento por el puente, ignorando el crudo invierno y los fríos vientos.
—Busca a tus hermanos. —dijo Jisung mirando al frente—. Te estaré esperando en la playa.
Chenle vio a Jisung con curiosidad, pero frunció levemente el ceño.
—No me mires de ese modo. —dijo Jisung, pero Chenle seguía con la misma expresión—. Esto es por su bien. Lo lamento. No queremos que estén envueltos en algo de lo cual no se pueden proteger.
Llegaron a la entrada del palacio y ahí se detuvieron. Chenle intercambió miradas con los guardias que extrañamente no se negaron en dejar pasar a Jisung. Siguieron con el camino, pasando justo por la sala de los tronos que siempre se encontraba vacía porque casi ninguno de ellos era capaz de estar ahí sino fuese por obligación. Siguieron de largo hasta los corredores donde el palacio acumulaba nieve en los techos.
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The Crown
FanfictionCuatro reinos, un sola corona. Una maldición que cayó sobre el Príncipe Chenle y desató un mar de preguntas. Los sucesores al trono de cada nación se van a unir en una búsqueda de respuestas. Pero para cambiar la historia, primero deben conocer el o...