30. Jardín de Libélulas.

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Faltaba una semana exacta para el cumpleaños de Chenle y Jisung ya tenía su regalo. Lo suyo no era hacer planes. Por primera vez en su vida había hecho uno y esperaba que al menos la gran parte de las cosas saliera medianamente bien. Pero todo estaba más planificado de lo que pensó, tenía asegurado cualquiera de los lugares de destino que escogiera el peligris. 

Ya había hablado con Renjun y Ningning para que lo ayudarán en algunas cosas. También que Chenle no sospechara de la sorpresa que ya no era sorpresa. Y por último, que nadie a excepción de unas cuantas personas de confianza sepan para dónde iban.

Había pensado en llevar a Chenle a conocer la casa campo de su familia en Fyre, pero se olvidó que estaba siendo remodelada porque su madre decidió que su boda sería ahí. Por lo que al final tuvo que cambiar su lugar de destino, pero no sabía cuál de las opciones elegir.

—¿Qué crees que es mejor y más cómodo? —preguntó Jisung—. Ir a la playa y disfrutar de un fin de semana ahí, una casa vacacional en las montañas o conocer la ciudad de Hyrazila.

Chenle apenas y le prestó atención.

—Me gusta más la última opción. —continuó Jisung—. Es un lugar agradable, no es tan grande y está un poco alejada, no es una ciudad estresante.

Era mejor preguntar de manera indirecta, o bueno, casi directa.

—Será muy tranquilo o ¿prefieres otro lugar?

Chenle aunque quisiera estar del todo concentrado en su novio no podía.

Estaban dando un paseo por unos de los jardines del palacio, era de mañana, pero los bosques del Oeste siempre han sido oscuros. Gracias a las luces en los árboles puentes y algunas figuras de libélulas eran la iluminación de todo el lugar. Desde que llegaron ahí todo parecía muy tranquilo, compartiendo una que otra conversación o solo en un cómodo silencio. Pero de un momento a otro se sentía observado.

Ese parque de luces era una atracción turística, muchas personas podían ingresar al castillo desde la zona noroeste para ver ese maravilloso lugar, pero no todos los días estaba abierto al público, los días de semana y cuando los reyes no se encontraban ahí a veces no abrían sus puertas. Eran los únicos en ese lugar porque los guardias estaban en la entrada, tampoco era normal sentir frío de repente.

—Silencio. —dijo Chenle, mirando a las ramas de los árboles.

—¿Qué pasa?, ¿no quieres ir? —preguntó Jisung, se veía algo triste de repente porque parecía que Chenle no le estaba prestando atención—. Está bien, podemos hacer lo que quieras, solo te estoy pidiendo que respondas lo que prefieres porque necesito saberlo con anticipación.

Jisung seguía caminando lentamente detrás del Chenle.

—Muy pronto será tu cumpleaños. ¿Qué deseas hacer?

—No, en serio, haz silencio. —Chenle dio la vuelta y puso una mano sobre la boca de Jisung, tomándolo por sorpresa.

Jisung podía sentir la respiración del contrario en la nuca y eso le erizaba la piel. El peligris quitó la mano de su boca y lo abrazó por la espalda antes de volver a hablar.

—Mira hacia arriba, un pájaro en particular.

El menor observó enseguida al lugar donde Chenle le indicaba. Era un pino con luces azules en algunas de sus ramas, pero al mirar con más detalle pudo ver a un pájaro blanco asomarse.

—Un cuervo, ¿un cuervo blanco? —preguntó Jisung apenas Chenle sujetó su mano para entrelazarla con la suya.

No sabía muy bien de qué se trataba aquel pájaro, pero si su novio actuaba de esa forma de repente significaba que debían actuar "natural", como si quien quiera que los vigilara por los ojos de ese cuervo notaran que ellos lo sabían.

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