...Nada, toque el timbre otra vez y... nada. Empecé a frustrarme, toque el timbre tres veces seguidas pero nadie se dignaba a abrirme la puerta. Saque mi teléfono y le marque a Kian; un pitido, dos pitidos, tres pitido, buzón de voz. Bufe con molestia, deje las maletas enfrente de la puerta y me dispuse a rodear la casa, mi vista viajaba a través de la parte superior de la casa, observando las ventanas; buscando indicios de que al menos hay alguien en casa.
Me detuve en seco al notar una ventana con las cortinas corridas; la tela de las cortinas estaba cubierta por estampados del logo Marvel, supe inmediatamente que esa era la habitación de Kian.
Es tan predecible –Pensé
Me agache y recogí unas cuantas piedritas que se encontraban en el suelo, tire una con suavidad hacia la ventana, esta hizo un sonido suave pero a la vez chirriante. Escogí otra piedra más grande y la tire con más fuerza; impulsando mi brazo hacia tras y regresándolo hacia delante con fuerza...Mucha fuerza.
El sonido de vidrios quebrándose hizo que me sobresaltara y maldijera por lo bajo. Pensaba en escabullirme del lugar, cuando una voz molesta y fuerte hizo que me sobresaltara por segunda vez en menos de 5 minutos.
— ¡¿Pero qué demo...?! ¿Erin? —El rostro enojado de Kian había pasado por uno confundido para después el entendimiento azotar con fuerza su rostro.
—Hola hermanito —dije mientras movía efusivamente mi mano izquierda, con disimulo deje caer las piedras que se encontraban en mi palma derecha
—Erin, yo ya... ya bajo —dijo con rapidez y volvió a escabullirse a su habitación
Me encamine hacia la puerta y segundo después esta se abrió con rapidez, Kian dio unos cuantos pasos adelante sin siquiera fijarse de que mis maletas obstaculizaban su camino; haciendo que mi torpe hermano tropezara con las maletas y cayera de bruces al suelo. El sonido de su caída fue rápidamente reemplazado por mí, muy distorsionada y escandalosa, risa y por los pequeños jadeos por parte de Kian. Entre risas lo ayude a levantarse, cuando hubo recobrado el equilibrio salte encima de él; enrollando mis piernas en su cintura y mis brazos entornados en su cuello, Kian se tambaleo para atrás y tuvo que sujetarse del marco de la puerta para no caerse.
—Te extrañe —susurre en su oído
El agarre que mantenía en mi cintura se intensifico más, apegándome más al cuerpo de Kian; enterré mi rostro en su cuello.
—Yo también, pequeña idiota. Y ahora bájate que estas pesadita
Deshice el agarre en su cintura pero seguí aferrándome a su cuello mientras me depositaba en el suelo, cuando mis pies tocaron el piso quite desenvolví mis manos y quite mi agarre.
Kian recogió las maletas y se dio media vuelta para entrar a la casa, mi vista se poso en su espalda; abrí los ojos como platos.
— ¡Te tatuaste! —chille emocionada mientras mis dedos recorrían su espalda; no era uno, ni dos, ni tres tatuajes, era una serie de tatuajes monocromáticos que abarcaban casi toda su espalda. —Por Dios, mamá te matara si se entera
—Pero no lo va hacer, porque tú no le dirás
Dejo las maletas en la sala y fue a cerrar la puerta; mi ojos recorrían la estancia con una mueca de desagrado.
—Eres un puerco, ¿Por qué no aseas? —pregunte con una mueca de asco mientras veía la —muy desordenada— sala, latas de refresco tiradas por el suelo, los cojines en el piso, cajas vacías de pizza... Completamente asqueroso
—Se te olvido que venía ¿cierto? —pregunte inquisitivamente mientras mi vista se pasaba alrededor de la estancia y en Kian; el cual se encontraba semidesnudo, solamente portaba un bóxer, el cual se encontraba al revés y tenía una gran mancha anaranjada de vaya a saber qué.

ESTÁS LEYENDO
Deuce
ActionÉl no es como los típicos «chicos malos» que la mayoría de las historias describen. Él no tiene una motocicleta Harley Davidson, no, el tiene un Audi r8 color gris con las ventanas polarizadas y blindadas. Él no guarda cajetillas de cigarros Marlbor...