Five

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El resto de la mañana se la pasaron en cama, Jimin coloreando y Jungkook sosteniéndolo entre sus brazos.

Para la hora de almuerzo Jimin quiso comer pollo frito y Jungkook no dudo en hacer el pedido.

Esperaron por un lapso de media hora en la amplia sala sentados sobre el suelo frente a la chimenea encendida,  se la pasaron entre besos y roces que tenían vuelto loco al omega quien trató de morder el cuello del alfa un par de veces y refunfuñaba cada vez que fallaba.

A Jungkook le causaba ternura, pero a la vez temor, no quería cometer algún error, si lo que Jimin había dicho era cierto, su destinado debía de estar por ahí y si llegaba a dejar que el omega le mordiera, habrían muchos problemas.

Cuando el timbre de la puerta de entrada, al lado del ascensor sonó, Jungkook detuvo sus besos sobre el pezón derecho de Jimin, su cuerpo estaba siendo apresado por las esbeltas piernas del peliazul y sus manos se aferraban a su cabello mientras gemía.

La camisa de ambos había desaparecido en el proceso, Jimin se mantenía en bóxers y Jungkook estaba a nada de perder su pantalón si no hubiera sido por el sonido del timbre.

-El pollo está aquí.-murmuró Jungkook cuando Jimin se quejó por dejar de besarlo.

-Y-Ya no quiero pollo.-refunfuñó Jimin, su bonito rostro mantenía un tono rosáceo, sus labios estaban rojos e hinchados por los besos y mordiscos bruscos que compartieron y sus ojos brillaban dilatados ante la excitación del momento. 

Eran tan compatibles en el sexo que llegaba a inquietar a Jungkook, el hecho de estar jadeantes, sudorosos y casi al límite por unos simples besos y roces era absurdo para Jungkook, entendía que Jimin estuviera en ese estado, después de todo estaba en celo, pero él solía de cierta forma controlar su excitación y con Jimin lo encontraba difícil.

No quería saber el por qué.

Se alejó con lentitud del cuerpo del omega, Jimin le mantuvo sujeto con sus piernas, las cuales Jungkook acarició con cariño.

-Solo déjame ir por nuestra comida, pequeño, seguiremos apenas regrese.

Jimin puchereó, pero no tuvo de otra más que obedecer y dejarlo ir.

Jungkook se levantó por fin, tomando su camisa la cual se encontraba al lado del cuerpo del omega, la acomodó para poder ponersela, observando con detalle el hermoso cuerpo acostado en el suelo, con los brazos a cada lado de su cabeza, una pierna flexionada y la otra había empezado a acariciar el tobillo del alfa hasta ascender y quedar sobre el bulto en sus pantalones, donde acarició con extremada lentitud mientras mordía su labio inferior.

-No juegues sucio.-pidió Jungkook llevando una de sus manos al pie de Jimin para masajearlo.-Jugaremos cuando vuelva.

-Entonces no tardes, alfa.-murmuró con la voz ronca.-Te esperaré justo aquí.

Jungkook sonrió ladino y asintió mientras se ponía la camisa y daba un paso lejos del omega, le guiñó un ojo para luego por fin caminar en dirección a la puerta.

La sala en el penthouse se encontraba en la segunda planta, la cocina y el comedor abarcaba casi toda la primera, junto a una gran habitación al lado de las escaleras.

Bajó los escalones con un poco de prisa, sacando su billetera del bolsillo trasero de su pantalón, para luego sacar un billete de veinte dólares de ella, cuando llegó a la puerta, la abrió solo un poco, lo suficiente nada más para que la comida entrara y sonrió un poco al ver al hombre que, al no percibir ningún aroma, intuyó que era un beta. 

-Buenas tardes.-dijo el repartidor alzando una bolsa transparente y una caja con dos bebidas.-¿Familia Park?

-Si.-respondió con una sonrisa amable.-Gracias.

Tomó la bolsa y la caja con una mano y con la otra le tendió el billete, justo cuando se escuchó un ronco gemido desde la segunda planta, se tensó de inmediato y se dio prisa para cerrar, murmurando un gracias y prácticamente corriendo escaleras arriba.

Una vez en la sala se deleitó con la imagen de Jimin acostado boca abajo sobre el sillón de cuero, con una mano masturbando su erecto pene y el otro entre sus glúteos, metiendo y sacando tres de sus dedos dentro de su ya lubricado ano.

-Eres impaciente, bebé.-murmuró divertido Jungkook, dejando la bolsa y las bebidas sobre el estante encima de la chimenea.

Jimin solo gimió sin dejar de estimularse, el lubricante natural empezaba a chorrear un poco entre sus piernas, combinándose con el sudor que perlaba el cuerpo de su omega.

Jungkook dejó de sonreír y se tensó al darse cuenta de lo que acababa de pensar ¿Realmente había pensado en Jimin como suyo? ¿Qué estaba mal en él? 

Acababa de conocer al omega, era solo su cliente y ya se creía con el derecho de decir que era su omega. 

Unas manos le tomaron por los brazos casi al instante en el que se dio cuenta de su error, Jimin había llegado hasta él con una expresión preocupada y con culpa.

-Perdón, alfa n-no debí tocarme sin tu consentimiento.-murmuró con tristeza.-Por favor ya no estés molesto.

Jungkook parpadeó repetidas veces y maldijo internamente al no darse cuenta de que su aroma empezaba a intimidar al omega, los ojitos del peliazul le observaban fijamente, como esperando a que dijera o hiciera algo. El castaño  acarició el cabello azulado de Jimin y lo atrajo a su pecho.

Ah, era patético, tan patético porque no había podido evitar el comparar a Jimin con su Eunwoo, en desear que su omega hubiera sido como Jimin y que le mirara con tanta devoción y admiración que de hecho no sabía de dónde habían salido, en vez de odiarlo a tal punto de abandonarlo.

-Todo está bien, pequeño.-murmuró en voz baja.-No has hecho nada malo.

Solamente emocionaste incorrectamente a mi corazón dañado por la soledad y la pérdida de mi omega.

Jimin frotó su mejilla contra su pecho, el omega había dejado de lado su placer por hacerle sentir bien y eso le provocó un extraño sentimiento.

-Alfa, no estés triste.-murmuró el omega.-Jiminie está aquí para ti.

Jungkook sonrió ante lo tierno que era Jimin y lo abrazó con fuerza.

-Es un alivio.-dijo contra su oído.-Que tú estés aquí.

Besó su frente y Jimin suspiró dando caricias con sus deditos sobre la espalda del alfa, para luego alejarse un poco con la intención de ver bien su rostro.

-Hay que comer alfa.-murmuró con una pequeña sonrisa.

Jungkook asintió, prometiéndose a sí mismo que luego terminaría lo que Jimin había empezado sobre el sofá.

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Saben, ando con covid 🤣😖
No sé si reír o llorar, es la segunda vez en el año

Daiyō -Kookmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora