Fifty nine

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El edificio de apartamentos donde Yoongi vive no era muy grande, apenas nueve pisos.

-Hmm e-el ascensor no funciona desde hace un año y yo necesito ir por unas cosas a mí apartamento, s-si quieres puedes esperar aquí..

-No gatito, iré contigo por si necesitas ayuda.-dijo Jimin de inmediato.

Apenas se habían bajado del auto, ni siquiera tenían lo que le habían enviado a Yoongi.

-Pe-Pero vivo en el quinto piso..-murmuró bajando la mirada,

~¿Quinto piso? Me desmayo.

Quien va a subir todo eso soy yo.

~¡Yo soy tu! Mientras que tú te cansarás físicamente, yo lo haré mentalmente.

Jimin quiso rodar los ojos de lo llorón que era su lobo, aunque él tampoco era muy fan de los escalones, pero no quería que Yoongi fuera solo.

-Un poco de ejercicio no le hace daño a nadie.-dijo Jimin divertido y fue el primero en avanzar hacia las puertas de vidrio.

El portero del edificio abrió apenas estuvo cerca, Jimin se quitó los lentes de sol que traía puesto y antes de decir cualquier cosa, Yoongi apareció a su lado haciendo una pronunciada reverencia hacia el hombre mayor.

-Ho-Hola señor Lee, ve-vengo por unas...

-Solo pasen, el encargado te dejó el paquete en tu puerta.-dijo el hombre de forma brusca.

Para Jimin no pasó desapercibido aquella mueca de asco hacia Yoongi y su sangre hirvió.

Miró de forma despectiva al hombre mientras entraban al edificio

~No digas nada, podría causarle problemas a Yoongi luego.

Le quiero sacar los ojos, de todas formas Yoongi bebé no debería de seguir viviendo aquí.

~Eso se puede solucionar luego, pero si empiezas una pelea, ni tiempo le darían para sacar sus cosas.

Jimin lo sabía, pero no pudo evitar pensar en lo mal que debía de pasarla aquí el gamma.

-Ji-Jimin, por aquí.-le llamó mientras trotaba de forma tierna hacia el fondo del pasillo donde apenas lograba ver el inicio de los escalones al lado del ascensor averiado el cual tenía un cartel grande pegado en el centro donde decía fuera de servicio.

-¿Llevas tiempo viviendo aquí?-preguntó Jimin mientras caminaban hacia la zona y empezaban a subir hacia el segundo piso.

-Dos años nada más, tuve que mudarme y este lugar me aceptó.-respondió sujetándose del barandal pegado a la pared.-Aunque Jungkookie me ha insistido muchas veces en que debería de mudarme otra vez.

No le sorprendía, Jimin se estaba conteniendo de decirle lo mismo.

-¿Por qué no? Hay mejores lugares.-dijo Jimin encogiéndose de hombros.

-Si pero no todos los edificios de apartamentos aceptan gammas y-y tampoco me dejaron comprar o alquilar una casa.-explicó.-Así que estoy bien aquí.

-Yoongi, sabes que si no estás cómodo puedes...

-S-Sé lo que dirás y n-no es necesario, ya suficiente para ti tener que aguantar mi olor estos días, Jungkookie también me ha pedido que viva con él, pero no quiero depender más y si vivo a su lado, me sentiré extraño cuando ya no pueda hacerlo.

Jimin sonrió aunque le preocupaba y molestaba bastante como Yoongi era tratado solo por ser un gamma y por lo inseguro que es

-Te entiendo, aún así puedes quedarte conmigo el tiempo que quieras, igual y Hoseok también podría darte espacio en su apartamento.

Como siempre que escuchaba el nombre del beta, sus mejillas se tornaron rosas y no dijo nada.

El resto de la subida fue silenciosa, no parece que vivan muchas personas en el edificio.

Al legar al piso de Yoongi, Jimin hizo una mueca ante las paredes descuidadas y poca iluminación, habían dos puertas a cada lado y el gamma corrió hacia la última del lado derecho donde se lograba ver una caja de cartón.

Jimin le siguió y sonrió encantado al ver la emoción del gamma mientras inspeccionaba la caja.

-Debe de ser algo importante lo que tienes ahí ¿No?

Yoongi le miró y asintió.

-Son libros, ya que no sé mucho de mi jerarquía y aquí tampoco tienen mucha información, los mandé a traer desde Inglaterra, ahí viven más gammas que aquí y su vida es completamente diferente al de cualquier gamma de Asia, a ellos los tratan mejor la sociedad.

Jimin hizo una mueca y la carita de Yoongi se volvió triste.

-Esto terminará por cambiar, gatito, no estés triste.-le pidió Jimin.

Yoongi asintió y miró la caja un segundo antes de extenderla hacia el omega

-¿Podrías sostenerla mientras abro? Quiero recoger unas cosas antes de irnos.

Jimin asintió de inmediato, tomando la caja de las manos de Yoongi quien rápidamente empezó a buscar su billetera donde tenía guardada la llave.

-Pesa, sí que son un montón de libros.-murmuró Jimin sorprendido ante el peso.

-Ah bueno. Es que también estoy investigando sobre otras cosas

Jimin ladeó la cabeza y Yoongi continuó.

-¿T-Tú conoces sobre deltas?-preguntó con timidez.

¿Deltas? Ha escuchado sobre ellos pero no mucho, y menos conocía a alguno

-Hmm muy poco.-respondió haciendo una mueca.

-Es que yo... Leí un poco sobre ellos y bueno, me recordó al estado actual de Jungkook...

-¿Jungkook? ¿A qué te refieres?-preguntó confundido.

-No aseguro nada, pero en internet leí que algunos alfas se pueden volver deltas al perder a su pareja, sus lobos los abandonan y su olor cambia, aunque es diferente en otras páginas y solo quiero conocer bien a Jungkook, por eso también pedí libros sobre esa jerarquía, así sabre si lo es o no...

Su voz fue disminuyendo hasta el final, sus mejillas estaban sonrojadas y Jimin sonrió aún ante lo sorprendido que lo dejó aquel dato.

¿Jungkook delta?

~No, Kookie alfa, nuestro alfa.

Jimin ladeó la cabeza un poco, su lobo estaba totalmente seguro de sus palabras y el omega confiaba en él, pero no veía porque detener a Yoongi en su investigación cuando estaba tan curioso sobre el tema.

-Entonces deberíamos de leer juntos gatito, yo también quiero saber más sobre ello.

Sus palabras parecieron emocionar al gamma quien sonrió ilusionado a la vez que asentía y se giraba hacia la puerta, tomó la chapa mientras colocaba la llave.

Algo cambió casi de inmediato, Jimin lo notó por la postura del gamma quien poco a poco giró la cabeza hacia él.

-N-No tiene llave.-murmuró asustado.-Yo siempre pongo llave...

El omega sintió su cuerpo rígido y su instinto se activó de inmediato, su lobo tembló asustado y él no pudo hacer más que inhalar profundo.

Tenía que tratarse de él y no iba a quedarse de brazos cruzados.

Daiyō -Kookmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora