Two

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Jungkook cargó el ligero cuerpo del omega quien trataba de besarlo con desesperación, fue hacia los escalones y esperaba que no fuera tan difícil encontrar su habitación.

Agradecía que el aroma del omega no le estuviera volviendo loco puesto que su lado irracional ya no estaba con él, es decir, su lobo.

Cuando Eunwoo le abandonó, también lo hizo su lobo, no sabía si estaba muerto, si había desaparecido o simplemente le ignoraba, aunque suponía que muerto no estaba, puesto que su aroma a alfa seguía estando con él, si hubiera muerto o algo parecido, su aroma probablemente se habría vuelto agrio y sería considerado un delta.

Pero como iba diciendo, el aroma dulce de Jimin era exquisito, pero por suerte no le estaba haciendo perder la cordura.

Llegó al final de los escalones, frente a él había un amplio pasillo y tres puertas rodeando un piano de color negro.

-De acuerdo, dulzura ¿Puedes decirme cuál es tu habitación?-preguntó en voz suave al omega que no dejaba de removerse entre sus brazos y sus labios parecían estar ahora pegados a su hombro.

El omega solo gimió y frotó su nariz en la curvatura del cuello, Jungkook suspiró.

-Supongo que eso es un no, pero no te preocupes ya lo averiguaré yo.-murmuró Jungkook acariciando la espalda del omega quien tembló ante su tacto.-Por cierto, me llamo Jungkook, no sé si estarás más cómodo llamándome por mi nombre o por... Alfa.

-Alfa.-suspiró Jimin.

Jungkook sonrió y caminó hacia la primera puerta hacia su izquierda, era raro que un omega le dijera alfa aun estando ellos en su época de celo, hacia tiempo que no le decían así.

Aunque se sintió tonto al decir su nombre puesto que Jimin ya debía de saberlo, tuvo que haberlo escuchado o leído mientras planeaba contratarlo.

Tomó el pomo de la puerta de madera blanca y antes de girarla titubeó ¿Y si no tenía la autorización de entrar al cuarto del omega? Solía evitar sus cuartos, más bien, prefería alquilar una cabaña alejada para que no hubiera una infracción de privacidad.

-Alfa, duele.-murmuró Jimin removiéndose hasta lograr bajarse de sus brazos.

-Sé que duele, pequeño, vamos a solucionarlo.-dijo al instante.

El omega entonces le tomó de la mano y lo jaló hacia la puerta de enmedio, abriéndola de prisa para adentrarse con el castaño.

Sin poder evitarlo sus ojos recorrieron la ámplia habitación celeste con pinturas en las paredes, su atención fue arrancada de uno de los cuadros con un árbol marchito en el centro cuando Jimin trató de arrancarle la chamarra que llevaba puesta.

Jungkook le ayudó quitándosela con facilidad, dejándola sobre una silla de madera blanca justo al lado de ambos y las manos temblorosas del peliazual trataron entonces de quitarle el pantalón y no pudo evitar reírse un poco.

-Ve a la cama, yo me encargo.-murmuró Jungkook besando la frente del omega.

No tuvo que decirlo dos veces, Jimin corrió hacia su cama tamaño king con sábanas azules.

Jungkook sacó su billetera de su bolsillo trasero al mismo tiempo en que sacaba su celular del bolsillo delantero con la otra mano, se acercó a la mesilla de noche junto a la cama para dejarlos ahí, notando de inmediato un consolador negro todavía encendido sobre ella.

Escuchó un quejido por parte de Jimin lo que le obligó que dejara de ver el aparato para verlo ahora a él.

-No seas impaciente.-dijo al ver la expresión del omega.-Me tendrás por tres días, considerando que no tuvimos una reunión antes, debo conocerte un poco para no cometer ningún error contigo.

Daiyō -Kookmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora