Nine

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Jimin se sintió un tanto avergonzado ante su atrevido arrebato con el alfa, tanto era su vergüenza que su rostro seguía rojo cual tomate y se mantenía oculto en el pecho de Jungkook.

El castaño de igual forma se mantenía callado y podía sentir su incomodidad, le aliviaba que por lo menos no lo había dejado solo en la habitación.

Pero por suerte, había algo que podía salvarlo de la vergonzosa situación.

En medio del silencio Jimin sintió su cuerpo arder con lentitud y su pene el cual se mantenía erecto, pero que no le generaba molestia empezó a doler. Se removió incómodo hasta empujar su cadera contra la del castaño quien se tensó de inmediato.

Jimin salió de su escondite y miró a Jungkook a los ojos en forma de súplica, olvidando lo que había pasado con anterioridad, Jimin necesita la atención de su alfa.

Jungkook frunció las cejas y le miró preocupado, lo recostó correctamente en la cama hasta quedar extendido y el castaño quedó sobre él, entre sus piernas.

-¿Te está doliendo?-preguntó en voz baja Jungkook.

Jimin asintió de inmediato, haciendo un puchero y con las manos temblorosas trató de quitarse su camisa, la única prenda que permitió a Jungkook ponerle después del primer round.

Jungkook entonces se retiró el bóxer y cuando Jimin pudo por fin deshacerse de su camisa lo atrajo a su cuerpo y lo besó con desesperación, el castaño parecía entender perfectamente que lo que necesitaba era correrse de nuevo si o si, su entrada estaba tan mojada de lubricante que le daba una sensación incómoda, pero todo eso no importó cuando Jungkook inesperadamente entró a él en una sola embestida.

Jimin gimió contra los labios del castaño, su corazón latía con tanta fuerza que podía escucharlo claramente y su respiración se basaba en pequeñas caladas de aire, pero eso no importaba, solo importaba lo lleno que se sentía cada vez que Jungkook estaba dentro suyo.

Su cuerpo se sentía tan sensible, que con una simple embestida más se sintió al borde, mordisqueó el labio inferior del alfa quien se mantenía dejando besitos cortos en sus regordetes labios y Jimin luego introdujo su lengua en el interior para acariciar la de Jungkook.

Le encantaba tanto tener a Jungkook dentro pero necesitaba correrse, lo necesitaba tanto.

Sus manos tomaron un puñado de cabello castaño y lo jaló un poco, su interior se contrajo y sus paredes se apretaron alrededor del pene de Jungkook mientras que él se introducía cada vez más profundo, más rápido.

Jungkook abandonó sus labios para enterrar su nariz en la curvatura de su cuello donde inhaló profundo, sabía que su aroma se había intensificado al punto de volver loco a cualquier alfa al instante y Jimin estaba satisfecho de que su alfa no se pudiera resistir tampoco.

Jungkook embistió una vez más y Jimin gritó cuando tocó por fin su punto dulce. Su orgasmo llegó precipitadamente y sin poder retenerlo se corrió sobre el abdomen del alfa.

Cerró los ojos y trató de nivelar su respiración, su agarre en el cabello castaño se aflojó hasta que sus manos cayeron sobre la cama, su alfa no se había corrido, pero dejó de moverse, simplemente se mantenía besando su cuello, haciendo recorridos hasta sus hombros.

Jimin volvió a abrir sus ojos de a poco justo cuando Jungkook dejaba un último beso y se alejaba de su cuello para verle, se sostuvieron la mirada unos cuantos segundos y aunque Jimin podía notar la lujuria y frustración de no haberse corrido todavía, también había un brillo orgulloso, probablemente de haberle ayudado.

Ahora Jimin se sentía un poco mal de solo haberse corrido él.

Antes de poder decir cualquier cosa, Jungkook se adelantó, llevó una de sus manos con la cual apoyaba su peso y acarició la mejilla suave y húmeda tanto por las pequeñas lágrimas que derramó como por el sudor.

Daiyō -Kookmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora