Twelve

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Jimin tomó un relajante baño de burbujas por una hora hasta que los dedos de sus pies empezaron a arrugarse.

Cuando se salió del cuarto de baño vestido con una bata blanca y secando su cabello azulado con una toalla mediana, escuchó pasos en la planta baja y rodó los ojos, como siempre que Hoseok atentaba con su propia vida metiéndose con Jimin, escapaba por un rato de su presencia y luego regresaba como perrito regañado para suplicar perdón.

Jimin aunque no fuera a salir, escogió unos pantalones negros que se acentúan bien a su cuerpo y una camisa celeste pálida con flores amarillas, no sabía si en algún momento tendría una visita inesperada tenía que vestir correctamente.

Especialmente ahora que estaba desflorado.

Se tomó su tiempo vistiéndose frente al espejo de cuerpo completo cerca de su ventana, se puso sus pantuflas blancas y todo iba perfecto hasta que quiso colocarse sus argollas plateadas.

Encontró una dentro del gavetero de su tocador, pero no encontraba el otro, le dio vuelta a su tocador, las gavetas, todavía fue hacia su baño a ver si no lo había dejado ahí, pero no lo encontró.

Caminó fuera del baño y rápidamente se agachó al lado de su cama para ver si no lo dejó caer ahí y...

No encontró su argolla, pero si algo más.

Jimin estiró su brazo hasta alcanzar aquel collar el cual no recordaba tener, cuando lo tuvo en su mano se incorporó y con cuidado se levantó para luego sentarse en su cama e inspeccionar el collar con un anillo colgando de él.

-Esto definitivamente no es mío.-murmuró y con ambas manos tomó el anillo, haciendo que la cadena colgara.

Un anillo que a simple vista se notaba que era de oro con diamantes pequeños alrededor, era pequeño, pero no tanto como para que encajara en su dedo, tenía una inscripción en el interior y frunció las cejas al leerlo.

-Eunwoo...-murmuró y movió un poco el anillo para leer lo que decía antes.-Jeon...

Se tardó en procesar lo que acababa de leer y su cerebro se tomó su tiempo para enlazar las dos palabras, cuando por fin lo hizo jadeó y sintió que su sangre hervía de inmediato.

-¡Jeon Eunwoo!-exclamó sin poder creerlo.

Apretó el anillo en una mano y se sintió engañado ¿Estaba casado? ¿Jeon Jungkook estaba casado y aun asi se atrevió a venir? ¿A tocarle? ¿A ilusionarle?

-¿Jimin qué sucede?-preguntó Hoseok que en algún momento había subido por los escalones hacia su cuarto.

Jimin trató de calmarse, trató de que sus ganas de matar a alguien (alguien como Jungkook o el tal Eunwoo), no nublaran su juicio en esos momentos.

-Hoseok creo que es hora que te marches.-murmuró entre dientes.-Voy a llamar a Namjoon en estos momentos.

El beta tragó saliva con nerviosismo e hizo una mueca.

-Me explicas antes.-pidió.

Jimin lamió su labio inferior y con su mano libre peinó su cabello mojado.

-Necesito hacer una investigación antes de matar a alguien.

************

Una hora y media después, Jimin presionó el botón que abría su ascensor para dejar entrar al visitante que de hecho no se sorprendió al ver que no se encontraba solo sino que le acompañaba una mujer de estatura baja.

Rodó los ojos al verlos vestido con un traje negro a ambos, acompañados con unos lentes oscuros, en sus manos cargaban maletines negros en donde suponía venía toda la información que pidió, se dio la vuelta y caminó hacia la cocina donde se encontraba inspeccionando el espantoso anillo que se encontró.

Daiyō -Kookmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora