Forty five

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Jungkook se sentó en la orilla de la cama, bostezando apenas apagó la alarma de su celular, hizo una mueca ante la sensación de ardor en su espalda y se giró un poco al escuchar una risita ronca.

-Pensé que no quedaría marca.-dijo Jimin juguetón girándose y estirándose sobre las sábanas.

Jimin apareció a último momento, ya en altas horas de la noche y le despertó al sentirse asfixiado en el abrazo que Jiminie los había dejado y Jungkook aprovechó para explicarle lo de su viaje, como supuso, el omega dijo que no podía acompañarlo porque tenía cosas que hacer con su padre justo ese fin de semana.

Pero se encargó de darle una bonita despedida que le dejó quizás una hora de sueño.

-¿Seguro? Parecía que me querias arrancar la piel.-murmuró Jungkook divertido.

Jimin se giró hacia él, su bonito rostro brillando le aceleró el pulso, llevó su mano derecha a la maraña azul y trató de peinarlo un poco.

-No te pongas de meloso o te juro que te hago llegar tarde.-refunfuñó él omega cerrando los ojos.

Jungkook suspiró, él no deseaba ni salir de la cama, hacía mucho tiempo que no se sentía así, como si deseara permanecer todo el día bajo las sábanas abrazando algo suavecito e inquieto.

De nuevo y en silencio agradecía el darse
una oportunidad con Jimin porque sentía que volvía a vivir de nuevo.

-Voy a llamarte cuando esté en el hotel.-murmuró el alfa.

-Claro que sí, tienes que reportarte y solo espero estar despierto a esa hora.-dijo Jimin prácticamente arrastrando las palabras.-No sé a cual de los dos si a mi lobo o a ti se le ocurrió meter por fin una cama al estudio pero, que buena idea eh, mi espalda se los agradece.

Jungkook rió.

-Se te ocurrió a ti, cariño y yo solo me encargué de comprarla y meterla.-dijo Jungkook con una media sonrisa.

Jimin entonces abrió los ojos y le miró fijo, Jungkook se dio cuenta en ese momento de la forma en la que se había dirigido al omega y se tensó.

¿A Jimin le gustaban los apodos? Sabia que le encantaba llamarle de varias formas ¿Pero que se lo digan a él?

-Uh... Lo siento.-soltó sin darse cuenta, Jimin alzó una ceja y luego se levantó hasta quedar sentado con las piernas cruzadas en la cama

-¿Te disculpas por decirme cariño, dulzura?-preguntó divertido.

Jungkook hizo una mueca sintiendo que se sonrojaba de la vergüenza y se encogió de hombros.

-Yo..No acostumbro a decirlo y no sé si te gustan..-confesó, su voz saliendo cada vez más baja.

-¿Por qué no iban a gustarme? Cariño está bien para mi, no es extremadamente cursi ni nada.-dijo Jimin con una sonrisa ladeada.-Además, no mientas, a mi lobo bien que le dices de forma cariñosa.

Jungkook se sintió aliviado y soltó una carcajada al escuchar lo último.

-Bien, me alegra saber que no te incomoda ni nada.-murmuró Jungkook con una sonrisa ladina.-Y supongo que tienes razón, es justo que les diga de forma cariñosa a ambos.

Jimin solo hizo un puchero y se acercó arrastrándose con sus rodillas y manos hasta acomodarse sobre los muslos del alfa, perdió la sábana en el proceso así que su cuerpo desnudo abrazó al del castaño que se encontraba en el mismo estado.

-Tienes mucha suerte de haber dejado con el tiempo justo tu alarma.-murmuró.-De lo contrario no saldríamos de la cama el resto del día y así te muestro lo mucho que me gusta tu apodo, dulzura.

Daiyō -Kookmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora