Seventy one

4.1K 446 69
                                    

Jungkook terminó de colorear aquel dibujo en la libreta de páginas blancas para luego observar con una sonrisa tierna al omega de mejillas regordetas quien alzó su mirada de su dibujo de patito para verle.

Sonrió y observó un segundo el anillo en aquel dedito pequeño, luego regresó a los ojos celestes que estaban irritados.

-A-Alfa ¿Terminaste? A Jiminie le falta la patita, ya casi termino,-murmuró el peliazul señalando la libreta.

-Está bien, pequeño.-murmuró,-Tómate tu tiempo.

Jimin se sonrojó y asintió con una pequeña sonrisa para luego concentrarse en el dibujo que él mismo había hecho para colorear.

Jimin y él habían terminado comprando unos anillos sencillos pero bonitos el día anterior, Jungkook pensó que cuando se lo pidió no lo decía en serio, pero su omega lo arrastró a la joyería más cercana a hacer la compra.

Tampoco mintió sobre lo que harían luego, aunque claro, Jimin estaba demasiado cansado por culpa de su celo como para tener más que dos rondas, rápidamente quedó dormido y al despertar al día siguiente, se encontró con unos bonitos ojos celestes.

Aunque le partió el corazón ya que Jiminie empezó a llorar, de hecho lo hizo toda la mañana, él dice que es por la emoción y Jungkook esperaba que fuera cierto porque no quería que su pequeño sufriera.

Logró que dejara de llorar con un poco de pollo frito que ordenó en línea y con las libretas, a su pequeño le encantaba colorear así que le había comprado unas cuántas cajas meses atrás, poco a poco las llevaba al penthouse y por suerte decidió dejar otras, lástima que olvidó comprar libretas para colorear, su omega tuvo que hacer los dibujitos para ambos.

Jiminie se movió hasta quedar pegado a él y el alfa sonrió divertido cuando quiso parecer tranquilo, Jungkook entonces lo abrazó y atrajo a su regazo, ganándose una baja risita de su omega.

-¿Jiminie quiere mimos?-preguntó en voz baja.

-Jiminie quiere mimos y besitos.-aseguró haciendo un puchero.

Jungkook sonrió besando aquellos labios gorditos que tanto amaba, el omega suspiró colocando su mano en la barbilla del contrario.

Besar a Jiminie era tomarse por completo su tiempo, al omega le gustaban los besos suaves y prolongados.

Jimin empujó sus labios y soltó una risita.

-Alfa Jungkook...-murmuró.-Y-Yo yo quería decirlo primero.

-Hmm... ¿Qué, amor?

-O-Ouh q-que te amo,-respondió afectado ante aquella palabra,-Te amo, te amo mucho, Jiminie te amará por siempre.

Jungkook sonrió con el corazón latiendo de prisa.

-Y yo amaré a Jiminie por siempre.-aseguró.-Mi hermoso omega.

Las mejillas del omega empezaron a verse rosadas y sus ojitos brillaban, Jungkook temió que se pusiera a llorar de nuevo, sabía que era de felicidad, pero simplemente no le gustaba verlo llorar.

-Amor...-Susurró.

El omega entonces colocó su mano entre los pectorales del alfa, ahi donde el lobo estaba más que presentes firme y feroz, aunque ante su toque agitó la cola, agradecido de que se quedara a su lado.

-Yo te lo dije, Jungkookie,-murmuró.-Que tu y yo estábamos marcados, que no merecíamos esa soledad en la que estábamos, ahora nuestra unión es más fuerte, tu lobo regresó.

-Y es gracias a ti, Jiminie.-murmuró.-Porque tu anhelo y cariño lo regresó a mí, nos ayudaste mucho durante todo este tiempo.

-Nadie merece estar solo, alfa y nosotros merecíamos ser amados, Jiminie... Jiminie ya no está roto, ahora es más fuerte y feliz.

Daiyō -Kookmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora