Daiyō -Kookmin-

Fourteen

Jimin se sentó correctamente en el suelo mientras suspiraba y observaba su "obra maestra" con detenimiento.

-Estoy jodido.-se quejó soltando el pincel el cual manchó el pliego de cartulina en el suelo y se acostó bruscamente al lado.

Dos días, dos días llevaba que no paraba de dibujar a quien se había convertido en su pesadilla.

~Mi alfa se mira tan bonito ¿Por qué no le das color esta vez? Así se sentirá más real.

Jimin rodó los ojos ante la voz de su lobo, un día le tomó para aparecer de nuevo exigiendo por "su alfa" y lloriqueando porque le había dejado ir.

No era como que pudiera retenerlo por más tiempo, tampoco quería ir a la cárcel por secuestro o algo así.

Si, si a la chingada, el artista soy yo, deja de exigir tanto.

-A mi me parece perfecto.

Jimin se sentó de inmediato y miró mal a quien había hablado, aquí vamos de nuevo.

-Vete.-gruñó hacia el castaño frente a él quien simplemente sonrió.

No sabía que era peor, si de repente le daba algún ataque de creatividad y necesitaba si o si pintar al castaño o que, de repente lo veía en todas partes.

-¿En serio quieres que me vaya? Estoy aquí porque me extrañas.-dijo en un tono grave.

Jimin le vio ofendido, su mente ya estaba jodida, definitivamente lo estaba, Jungkook se veía tan real pero desaparecía apenas quería confirmar que estaba ahí, es decir cuando quería tocarlo.

-Ni en tu casa te extrañan Jeon, ya vete.-dijo entredientes.

~Nooo, alfa...

Su lobo se removió inquieto y no pude hacer nada más que bufar, era tan ingenuo que aunque sabía que él no estaba realmente ahí seguía actuando como si lo estuviera.

Unos toquecitos en la puerta hicieron que desviara la mirada hacia aquella zona.

-Jimin, es Jin otra vez, deberías de contestar porque se nota que no parará.-dijo Hoseok al otro lado.

Suspiró y a regañadientes se levantó del suelo, cuando miró una vez más hacia donde "Jungkook estaba" por supuesto que ya había desaparecido. Caminó hacia la puerta y la abrí lo suficiente para salir y cerrar sin que se vea el interior.

Hoseok le extendió el celular y lo tomó de mala gana, contestando de una vez.

-¡Por fin!-exclamó Seokjin apenas tuvo el celular contra la oreja.

-¿Qué quieres? Estoy ocupado.-dijo Jimin caminando hacia los escalones teniendo el sofá como su destino.

-¿Ocupado? Si como no, para mí nunca debes de estar ocupado.-dijo divertido el alfa.

-Si, si como sea, ¿el propósito de la llamada para cuándo?-preguntó en un tono aburrido y apenas estuvo en la sala se tiró sobre el sillón más largo.

-Ya no hay respeto para los mayores.-refunfuñó el alfa.-Mamá y papá van para allá en estos momentos.

Jimin se quedó mudo por unos segundos mientras procesaba las palabras de Seokjin, luego simplemente se encogió de hombros y con su mano desocupada jugó con los mechones de su cabello.

-¿En serio? Hasta se han tardado mucho.-murmuró como si nada y Seokjin suspiró.

-Mamá está descontrolada, no le entró en gracias saber que no tuviste tu primera vez con Kangjoon.

Jimin rió con amargura y rodó los ojos.

-Así que no sabe la historia completa, está bien, cuando venga le abriré los ojos por fin.