Daiyō -Kookmin-

Fifteen

Park Jimin se encontraba cubierto por una gran cobija afelpada y comiendo helado de fresa mientras veía el famoso Titanic.

Jimin no era realmente de los que disfrutaban ver una película romántica ya que la mayoría de ellas le parecían demasiado cursi, pero su estado de ánimo desde hace tres días le obligó a ver cualquier cosa en la televisión.

Aunque no demostró que el rechazo hacia Kangjoon le afectó de cierta forma, podía sentir como su lobo se derrumbaba al pasar del tiempo y aunque desde entonces tuvo encima a Hoseok y a alguno de sus hermanos, se sentía vacío y sabía bien quien podría ayudarle respecto a eso, pero la noticia de que estaba fuera del país y que todavía no volvía había sido un golpe que tuvo que soportar en silencio.

Ahora agradecía por lo menos verlo como producto de su imaginación, como en esos momentos que se encontraba sentado a su lado con las piernas abiertas y los brazos cruzados, vestía con el traje de la última vez que le vio.

Sabía que no estaba realmente ahí así que ni trataba de acercarse más por el miedo de que desapareciera, por muy estúpido que se viera o de hecho igual se sentía le ayudaba a calmar un poco a su lobo.

Pasó la escena donde Jack pintaba a Rose estando ella desnuda y Jimin alzó una ceja, nunca trató de dibujar a Jungkook de cuerpo completo, solo su rostro hasta llegar a los hombros, pero ahora consideraba muy seriamente aquella táctica para ganar algo más que retratarlo.

-¿Quieres dibujarme de esa forma? Puedo quitarme la ropa si quieres.-susurró el susodicho contra su oreja y Jimin no tuvo de otra que alejarse un poco y mirar al castaño con las cejas fruncidas.

De acuerdo que si que quería, pero quería al verdadero Jungkook ofreciéndole eso ¿Por qué en su imaginación Jungkook era tan atrevido? ¿No podía enseñarle a ser así al verdadero Jungkook?

-¿Quién dijo que yo quería eso?-respondió de todas formas Jimin en voz baja.

Jungkook rió en un tono grave que causó un escalofrío en el cuerpo de Jimin.

-Se te nota.-dijo con obviedad.-Lo haré ahora si quieres.

-No lo hag...-Jimin alzó un poco más la voz para detenerlo aunque estaba bastante curioso de ver que tan fresca estaba su memoria respecto al cuerpo del alfa, Jungkook se levantó del sillón y cuando se puso frente a él, por alguna razón el traje que anteriormente usaba fue sustituida por una bata.

Bueno ya que, disfrutaré de la vista y ya.

Cuando su Jungkook imaginario estuvo a punto de retirar la bata se escuchó el timbre que tenía el ascensor y como Hoseok quien se encontraba escribiendo su nuevo libro, gritaba que iría a ver, aparte de ser algo parecido a un manager, Hoseok siempre deseó escribir sus propias historias y hasta hace poco se animó, Jimin le daba un espacio libre en su hogar para hacerlo y desde temprano ha estado sentado en el mismo lugar escribiendo como loco.

Jimin se acurrucó mejor contra el sofá y cuando regresó la mirada al frente, Jungkook ya no estaba.

-Mierda, de lo que me perdí.-se quejó Jimin y de nuevo trató de concentrarse en la película e ignoró los pasos que se escuchaban en los escalones.

-¿Quién era?-preguntó en voz alta para que Hoseok le escuchara.

-Soy yo, hola Jimin.-respondió una voz masculina que provocó un revoltijo en la boca de su estómago.

Con lentitud Jimin giró hacia el propietario de la voz, encontrándose a nada más ni nada menos que al alfa que estuvo a punto de desnudarse frente a él hace unos segundos.

De acuerdo... No hay que emocionarse ¿Y si se lo estaba imaginando otra vez?

Solo había una forma de averiguarlo.