Thirteen

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Jungkook masajeó suavemente su rostro y suspiró, no podía concentrarse en los papeles que tenía sobre su escritorio.

Algo le faltaba, estaba incompleto desde que se dio cuenta que no lo tenía consigo y temía haberlo dejado en... Ése lugar.

¿Cómo se atrevía a perder el anillo de su omega? Él no recuerda donde lo dejó y temía que estuviera en casa de Park Jimin.

Por inercia acarició su cuello recordando las últimas palabras del omega, todavía le costaba entender cómo pasó de un tierno omega a uno prepotente el cual podría comerse al mundo si lo quisiera.

-¿Estás seguro que te sientes bien?

Jungkook retiró las manos de su rostro al escuchar una voz preocupada frente a él.

Desde temprano llegó a su oficina para trabajar con su futuro proyecto, pero no ha podido concentrarse, el hecho de haber perdido el anillo de Eunwoo le atormentaba. Yoongi quien era su secretario personal, ha tratado de ayudarle y calmarlo pero llega el punto de que está tan perdido en sus pensamientos que olvidaba su presencia.

Como en esos momentos que le miraba desde el estante pegado a la pared derecha. Jungkook suspiró y se levantó de la silla, Yoongi dejó la carpeta que tenía sobre sus manos y se acercó a él.

-Perdí el anillo de Eunwoo.-dijo Jungkook con la voz ahogada.

Yoongi alzó las cejas y entreabrió los labios, sorprendido ya que Jungkook siempre cargaba el anillo en una cadena alrededor de su cuello.

-¿Qué? ¿No lo habrás dejado con tu último cliente?-preguntó de inmediato y tomó una de las manos del alfa para acariciarlo y tratar de reconfortarlo.

-Yo... No lo sé, no estoy seguro.-respondió en voz baja mirando a su alrededor, se sentía sofocado y nervioso.

El rubio mordisqueó su labio inferior pensando en las opciones y en cómo podía ayudar.

-Sabes que será un día ocupado.-terminó diciendo.-Tienes que hacer las últimas revisiones del proyecto y autorizarlos, mañana tienes una reunión con los patrocinadores de Japón y regresarás hasta dentro de tres días si todo se agiliza, si quieres dame la dirección de él y lo voy a buscar yo mañana.

Jungkook ladeó la cabeza y se vio confundido.

-¿No irás conmigo?

Yoongi parpadeó repetidas veces y bajó la mirada.

-No creo que sea correcto, por lo que pasó la última vez...-murmuró.

Jungkook apretó la mandíbula y sintió como el enojo le invadía con el recuerdo de lo que había pasado la última vez que viajaron a Japón.

Yoongi es un gamma y ante su situación era muy común que las personas lo trataran mal, desde que estaban en la universidad y conoció a Yoongi quien estaba estudiando lo mismo que él su instinto protector se había activado, el aroma agrio en él había sido tan intenso en aquel entonces que algunos catedráticos le pedían que saliera del salón para que no distrajera a los demás estudiantes, al castaño le tocó ver como miraban mal, se burlaban y hasta insultaban al rubio, pero no lo permitió por mucho tiempo.

Él simplemente no soportó ver como Yoongi aguantaba como podía todo aquello hasta que le ofreció su amistad y un lugar donde podía protegerse, le consiguió supresores de olor que redujo considerablemente su aroma natural y que de hecho le causaba bastante estabilidad emocional y con su lobo.

Por alguna razón después de tantos años los supresores habían empezado a fallar, a durar menos y el año pasado que viajó junto a Yoongi por una contribución que tendría con Namco Bandai los supresores fallaron en pleno viaje y tuvieron que hacer escala en Jeju donde se le pidió a Yoongi que bajara por comodidad de los otros pasajeros.

No es necesario mencionar como eso avergonzó y entristeció a Yoongi a tal punto de querer huir hacia un lugar donde su aroma no molestara y Jungkook entrado en cólera demandó a la aerolínea por la forma irrespetuosa que fue tratado.

La situación se divulgó en la prensa demasiado rápido y Jungkook hizo lo posible para deshacerse de ella y que no afectara a Yoongi, desde entonces tienen extremado cuidado con los supresores que toma.

-No volverá a pasar Yoongi.-dijo con seguridad.-Los supresores que te di son fiables, no te han fallado todo éste año que los has usado, es más ni siquiera puedo olerte justo ahora ¿Por qué no puedo olerte?

Jungkook jaló de la mano del gamma hasta atraerlo a su pecho y así oler su cabello, Yoongi se tensó un par de segundos antes de relajarse y abrazarlo mientras lo inspeccionaba. 

Usualmente los supresores dejaban un tenue aroma perteneciente del rubio que en ese caso era la canela, apenas era perceptible, aún así Jungkook podía detectarlo fácilmente en otras ocasiones pero esa vez no olía nada.

-E-Escuché que la tercera planta empezaba a "apestar".-murmuró Yoongi avergonzado.-Algunos empleados se están quejando sobre ello y últimamente paso mucho ahí así que debo de ser yo.

Jungkook retuvo el gruñido que trató de escapar de su boca, sabía que por mucho que se había ordenado mantener el respeto hacia Yoongi por supuesto que habría alguno que otro quejándose, aunque realmente el gamma tuviera control sobre su aroma y acciones era bastante susceptible ante los demás y se dejaba intimidar con facilidad, era una suerte que Jungkook pudiera cuidarlo la mayoría del tiempo para evitar que algo le pasara.

-No les hagas caso, en ningún momento se ha alterado tu aroma, solo lo dicen para molestarte tienes que ser más fuerte.-murmuró suave y Yoongi apoyó su rostro contra su pecho para luego suspirar.

-Es fácil decirlo, pero no sé cómo hacerlo, después de tantos años no sé cómo hacerlo.-confesó.

Jungkook hizo una mueca, lo malo era que, aunque quisiera no siempre estaría al lado de Yoongi para protegerlo y temía que algo le pasara.

Porque la estabilidad física y mental de un gamma no era para nada un juego y eran los más vulnerables de la sociedad, morían con facilidad al ser excluidos y rechazados, Jungkook había leído de algunos casos donde los gammas preferían suicidarse antes de ser un estorbo ante la sociedad y eso le había roto el corazón.

Nunca permitiría que algo así le pasara a Yoongi.

-Aprenderás, me tienes a mi y yo te ayudaré, también tienes a Seulgi, no estás solo.-dijo en el mismo tono que antes y Yoongi bufó.

-Creo que solo te tengo a ti, Seulgi pasa demasiado en el extranjero y apenas la veo.-refunfuñó.

Jungkook rió ante sus palabras, Seulgi era una alfa a la cual conocieron en sus inicios con la empresa, ella es parte de una girl group bastante popular llamada Red Velvet y se les confió una canción perteneciente a su primer juego para pc.

Yoongi fue quien más contacto tuvo en un principio con ellas y tal parecía que no era el único que al conocerlo por primera vez desarrolló un sentimiento protector porque la pelinegra le ofreció su amistad y desde entonces trataba de pasar tiempo con él, pero la agenda que ella manejaba la tenía demasiado ocupada como para que las visitas sean constantes.

-Seulgi me mataría si te escuchara decir eso.-dijo Jungkook divertido.-Hay que terminar todo el papeleo de ahora, prepara tu pasaporte y boleto, vas a acompañarme.

Yoongi inhaló profundo y se apartó con resignación.

-¿Qué harás con respecto al anillo?-preguntó cruzándose de brazos.

Jungkook desvió la mirada.

-Me encargaré de ello cuando regresemos.-respondió.

Para ese día ya esperaba tener el valor de presentarse frente a Jimin.

Daiyō -Kookmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora