Solía

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Cuando tu piel conectaba con la mia solía sentir que mis neuronas sensitivas explotaban y se fundían con las otras. Cuando el roce de tus labios contra la piel de mi cuello se daba, explotaba de manera ruidosa y eso, recuerdo que, también solía gustarte.


Solía sentir que nuestras manos encajaban perfectas la una contra la otra, que nuestros cuerpos habian sido creados a la medida por los dioses. Cuando con la yema de tus dedos recorrías mi espalda llena de cicatrices solía jurar que no había momento mas perfecto sobre la faz de nuestro universo.


La azotea solía ser nuestro paraíso privado donde nos columpiábamos entre nubes de polvo y éxtasis. Te desordenaba el pelo y tu tocabas las cuerdas de mi piano.


La explosión inicial de nuestros cuerpos fue acabándose hasta ser una sombra de lo que solía ser. Nuestras manos se sienten diferentes cuando se tocan y los besos ya no nos producen taquicardia. Es inútil seguir mintiéndonos sobre una verdad hace mucho tiempo descubierta.


Hace dos días te despediste de mi con un beso frio en la mejilla y con un adiós sin compasión. Acepto que ya no es lo mismo pero también acepto que no se como vivir sin ti. No se como vivir sin tu presencia en mi mundo.


Solía ser el amor de tu vida, el ángel caído del cielo solo para ti. Y me doy cuenta de que ese solía puede que ya no sea.

Relatos Sin NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora