Primera parte
La vida y el mundo siempre se han divido entre el amor y la muerte. No existe el uno sin el otro. Claro que estos dos se esconden de muchas maneras. La muerte puede ser por amor y el amor puede nacer después de la muerte. La conexión que existe entre ambos trasciende las barreras del espacio y el tiempo, pues ellos también están sujetos a la fuerza magnética que el amor y la muerte irradian.
Durante mi vida he presenciado el amor y la muerte, y me temo que he presenciado la muerte con mucha mas frecuencia. También he visto el nombre del amor manchado de sangre y mentiras que es lo mismo que morir. Sin ir demasiado lejos yo también soy un poco como el amor y la muerte y algunos hasta me llamarían por lo segundo. Para dejarlo claro desde ahora quiero decirles que no, no soy la muerte. Soy una simple alma en un cuerpo a base de carbono y oxigeno. Nada ordinario excepto tal vez por que mato personas. Si, es verdad, suena horrible cuando se dice así pero siempre he sido muy dado de decir las cosas tal y como son. He visto guerras y sufrimiento, he visto lágrimas derramadas de los ojos de los pecadores y lo que hago me parece cien veces menos malo que eso.
Me llaman matón o asesino a sangre fría, sicario o asesino a sueldo. Yo prefiero llamarme limpiador. Aunque el termino correcto seria limpiadora. Si, también soy mujer. Si, también sé que eso no es muy normal. Muchos preguntaran que cómo terminé haciendo lo que hago. La respuesta es simple: Es para lo que fui creada. Mi naturaleza es matar porque ese es mi don.
Acababa de terminar un trabajo de “limpieza” en la calle 18 cuando mandé el mensaje que indicaba que ya había terminado y que me fuese indicado donde y cuando iba a recoger mi pago. Miré el cadáver que había dejado en la cama tendido boca arriba con un hilillo de sangre deslizándose por su nariz. Sentí pena y con la sabana envuelta en mis dedos le cerré los ojos y dije una oración para que su turbulenta alma encontrase la salvación. También recuerdo haber rezado una plegaria por mi. No vayan a creer que por matar personas no puedo tener creencias, siempre he sido muy creyente en Dios. El pitido del teléfono me anunció un nuevo mensaje y con él la dirección del lugar al que debía dirigirme de una vez a buscar mi segunda parte del pago.
Bajé las escaleras del hotel y salí por la parte trasera. Caminé unos diez minutos buscando donde había aparcado mi carro, en el me cambie rápidamente por una ropa mas cómoda. Prendí el auto y me encamine hacia la dirección que se me había indicado. Después de haber recogido mi pago me fui a mi casa. Tiré el dinero sobre la mesa sin mirarlo, aquello no era lo que me movía a hacer lo que hacía. Luego de haberme bañado me senté en mi cama y anoté en un pequeño cuaderno el nombre de mi ultima víctima y el número al lado. Era el 14. Me quedé mirando el cuaderno y luego miré la pila de cuadernos que tenia, llenos de nombres y números. Lo apretujé contra mi corazón mientras gimoteaba silenciosamente diciendo otra plegaria.
Todavía recuerdo el número uno y lo mucho que había llorado. El miedo que había sentido. Me acosté en la espera de un nuevo día, con nuevas posibilidades para mi.
Al despertar noté un hambre terrible y cuando intenté incorporarme vi que tenía una profunda cortada en mi antebrazo derecho. Me sorprendí un poco ya que desde hacía mucho tiempo no me había hecho daño mientras dormía. Automáticamente envié la señal a mi piel para que comenzara a regenerar y ésta comenzó a crecer como por arte de magia hasta cubrir toda la herida. Luego ordené a la herida que se secara lentamente y ésta formo una costra que en unos minutos estaba dura. Decidí que por ahora estaba bien y caminé hacía la cocina a prepararme algo para comer.
Pase el día trabajando en mi casa, haciendo arreglos aquí y allá ya que no había tenido demasiado tiempo. Cuando la noche cayó me di cuenta de que debía salir un poco ya que era viernes por la noche y las personas que aparentamos veinte años como yo no deben quedarse en sus casas. Me vestí para ir a un local nuevo en la ciudad y me dirigí en mi auto hasta allá. Al entrar vi que era estruendoso y había un sin fin de humanos bailando todos pegados.

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Relatos Sin Nombre
Storie breviRelatos Sin Nombre son una serie de relatos sin conexión entre si... ¿O si la tendran? Todos tratan sobre diversos temas como el amor, las relaciones, la muerte, el sexo, la lluvia, la violencia, entre otros. Si comentan significaría el mundo para...