Relatos Sin Nombre

El momento exacto

¿Recuerdas?... Caminábamos por las calles de la ciudad, nuestro hogar. El hermoso dragón de asfalto, que es feroz y al mismo tiempo cálido. Nos mantiene dentro de su cuerpo hecho de acero y hierro. Dentro de sus alas hechas de rascacielos y sus dientes creados a partir de cada grieta en las aceras. Un dragón que nos mantiene vivos apenas y que debe su misma existencia a nosotros. 

Solía gustarte el piano y a veces pensaba que te gustaba más que yo. Te gustaba cantarme y tocarme el cabello... ¿Recuerdas?

Caminábamos a casa y cuando llegamos tu te detuviste, respiraste profundo y seguiste el camino de piedra hacia la puerta de nuestra casa. Me encantabas tanto en esos momentos. Momentos que eran como si te dieras cuenta de todo a tu alrededor. 

Ese día hicimos el amor. Me dejaste tenerte solo para mi, me diste vida. Me tocabas y acariciabas el cabello. Te dormiste. 

Afuera llovía. Te abrazé y me dormí también, rindiéndome ante la calidez del momento. Cuando me desperte ya no estabas. Seguía lloviendo y estabas en el patio bajo la inclemente lluvia. Baje las escaleras y llegue hasta ti. 

- Te vas a resfriar, ven entra ya. 

- No, me gusta la lluvia. 

Siempre tan decidida a llevarme la contraria. 

- Si yo sé, vamos entra. 

Te dejaste llevar por mi, te sequé y me besaste. 

- Gracias.

- De nada, solo espero no te resfríes. 

- Te amo. Te amo más que a la lluvia. 

Y ahí fue. El momento exacto en el que supe que mi amor por ti rompía todas las barreras. Que siempre te iba a amar. 

Que si yo a ti te gustaba mas que la lluvia... Tu a mi me gustabas más que la vida misma.