Vacío

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¿Qué es sentir un vacío? Al principio es como ser transparente; no flotas ni existes. Estás suspendido en un mar negro que te engulle. Sientes el ligero frío de manos agarrándote y, al mismo tiempo, no sientes mucho más. Sientes como tus vellos se erizan pero no sientes las subidas de adrenalina que acompañan esa sensación.

Después empiezas a sentir como tu temperatura va en aumento, más no sientes el calor. Sientes que ya más nunca tendrás sensaciones cálidas. A veces, incluso te sorprende lo poco que sientes. Y te asusta cuando lo haces porque es demasiado intenso. Te destruye por completo y desgarra tus entrañas. No amas a nadie, no puedes y no es sólo por tu incapacidad sino por miedo. Te produce horror esas sensaciones que irrumpen en tu vacío y te llenan de una sustancia que quema; cuándo dijimos que más nunca tendrías sensaciones cálidas hablábamos en serio, porque, a pesar de que esta sustancia quema, no produce calidez; más bien es sentir como si te quemaran vivo. Te das cuenta de que tu casa se ha convertido en tu horca, en tu destino final y en tu perdición. Ya no puedes abrir las puertas de tu casa o sabes que te atrapará. Ese fuego y vacío al mismo tiempo. Hay un mundo en tu contra.

Al final, ya no sólo hay vacío. Ahora dentro de él existe la rabia. Una rabia que es peor que el fuego y más frío que el hielo. Subes a la ventana. Te montas en el borde. Miras hacia abajo. Ya no falta nada, sólo un mínimo empujón. Desistes; sí vas a poder con todo. Tu vacío te traiciona, te jala desde adentro, desde tu pecho. Tambaleas y te caes. Ves las ventanas y el asfalto. Lo detallas terriblemente bien. Escuchas a tu cráneo impactar contra el suelo. No te sorprende no sentir nada. Total, no ibas a poder. Total, ya llevabas demasiado tiempo muerto.

Relatos Sin NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora