Comenzaba a amanecer. Sin prisas y tampoco sin apuros. Se podía ver el cielo cambiando de colores lentamente, un intento de arcoiris, el nacimiento de un nuevo día. El naranja mezclado con el rosado, pintando a las pequeñas nubes que se encontraban encima de la enorme montaña, un punto de referencia para el mundo entero. Lentamente comenzaron a cesar los ruidos propios de la noche para comenzar a dar paso a la erupción de nuevos sonidos. Los sonidos de que la ciudad también comenzaba a despertar.
La ciudad era un lugar gris y feo. Llena de cubos que a su vez estaban llenos de cubos más pequeños. Llena de hollín. de suciedad y de maldad, la ciudad se balanceaba sobre el profundo vacío de la muerte. Las calles amanecían manchadas de la sangre de los que se había comido la noche anterior. Las vallas de publicidad con sus modelos en poses forzadas, miradas penetrantes y sonrisas fingidas resaltaban este halo de inquietud que era propio de la ciudad. La ciudad en la cual todos sus habitantes estaban destinados a un mismo rumbo. El rumbo de ir hacia adelante sin saber realmente hacia donde se está yendo.
Marcos se despertó con las primeras luces del alba caminando por su rostro. Maldijo mentalmente el hecho de que sus cortinas fuesen tan poco útiles e igual dejaran pasar toda la luz del nuevo día. Se sentó sobre su cama y se frotó los ojos. Pequeñas galaxias aparecieron ante el y siguieron danzando cerca aún cuando sus manos ya habían dejado sus ojos. Se levantó por completo de la cama y comenzó a caminar rutinariamente hacia el baño. Al salir del edificio ya listo para ir al trabajo se dio cuenta de que el cielo había oscurecido y que también había una ligera amenaza de lluvia.
- Que raro... Lluvia en junio... - pensó despreocupadamente.
Al llegar a uno de los tantos edificios en forma de cubo se dispuso a estacionar dentro del mismo. Un edificio enorme que tenia mil entradas y una sola salida. Un enorme reloj en la recepción del mismo indicaba la hora con su enorme minutero, sin jamás parar, sin jamás atrasarse o adelantarse. Marcos entró en su cubículo y se enterró durante horas bajo montañas de papeles, solicitudes y rechazos, cifras y gráficos metódicos y también la interminable mala redacción de los contadores y administradores... En fin, el mundo burocrático de los negocios de dinero.
En algún momento de la jornada Marcos levantó su cabeza debido al inquietante sonido que se había apoderado de toda la oficina. Al levantar sus ojos se dio cuenta de que se encontraba solo en su cubículo, la única luz prendida en metros de oscuridad. Marcos consultó la hora en su reloj de pulsera. Vio que eran las 10 de la noche y que era muchísimo mas tarde de la hora en la cual el solía (junto con todos los trabajadores) salir rumbo a sus hogares.
Lo asaltó una sensación de olvido y de agitación. La adrenalina comenzó a hacer efecto en su cuerpo y sus miembros empezaron a reaccionar. Recogió rapidamente su maletín y los papeles que le faltaban. Comenzó a dirigirse hasta el ascensor y al pulsar el botón se dio cuenta de que la luz que se prendía al presionarlo no se había encendido. Volvio a presionarlo y de nuevo no sucedió nada. Escucho pasos en el corredor contiguo y una sensación de alerta hizo que saltara hacia el escondite mas cercano que tenia. Se ocultó detrás de uno de los escritorios y vio como 2 hombres armados hasta los dientes recorrían la instancia donde él había estado hasta hacía un momento. Se hizo una bola lo mas que pudo hasta que los mismos hombres se devolvieron por donde habían venido. Salió de su escondite y recorrió lentamente la distancia hasta donde sabia que estaba la escalera mas cercana. Las puertas de emergencia tenían una alarma que se activaba cuando era abierta pero está también parecía estar desconectada.
- Por algún lugar tuvieron que haber subido esos hombres.
Comenzó a descender por las escaleras con el único deseo en su mente de salir corriendo lo mas lejos posible de ese maldito lugar. Al llegar al primer piso y abrir la puerta vio que la instancia estaba vacía. No había guardias ni hombres armados en ningún lugar que sus ojos alcanzaran a ver.
Marcos intentó salir del edificio y resultó que la alarma de salida del mismo si estaba encendida. La luz roja le devolvía la mirada sonsacándose de haber ganado. Marcos entonces pensó en el estacionamiento. Había una salida que daba hacia el basurero pero con tal de estar fuera del monstruo cúbico a él le parecía bien. Mientras se deslizaba silenciosamente a través del corredor de metal tumbó un montón de papeles y se quedo quieto. Escuchó como pasos comenzaban a sonar arriba de su cabeza, y pensó que si los hombres seguían arriba significa que tenia tiempo de correr y abrir la puerta de emergencia, activar la alarma y comenzar a correr hacia los sótanos del cubo. La adrenalina en Marcos reaccionó y comenzó a correr hacia lo más profundo y hondo del enorme edificio que a cada paso parecía que lo engullía. Bajó las escaleras corriendo mientras sentía las voces agitadas de los hombres mientras le pisaban los talones. Llegó al final y abrió la puerta. Palideció al ver que detrás de la puerta había más pasadizos, más puertas. Más del inmenso cubo que lo había engullido. Sintió como una mano lo sujetaba por el cuello, lo tumbaba y el frío del piso se convirtió en su ultimo recuerdo de esa noche.
Continuara...

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Relatos Sin Nombre
Cerita PendekRelatos Sin Nombre son una serie de relatos sin conexión entre si... ¿O si la tendran? Todos tratan sobre diversos temas como el amor, las relaciones, la muerte, el sexo, la lluvia, la violencia, entre otros. Si comentan significaría el mundo para...