𝐋𝐎𝐎𝐊 𝐀𝐓 𝐌𝐄 ||
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El Gobernador ataco la prisión, se perdieron vidas, pero también se hicieron nuevos amigos que finalmente se convertiran en su familia...
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° • ° CAPITULO 046 ° • °
▪︎ ° • * ☽︎ 𝖴𝗅𝗍𝗂𝗆𝖺 𝖭𝗈𝖼𝗁𝖾 ☾︎ * • ° ▪︎
(Comenten porfa <3)
Tenía los ojos cerrados, y aprete la mano de Michonne casi hasta no dar más. Cuando Negan terminó la canción, abrí los ojos lentamente.
Negan estaba parado frente a Abe, apuntadolo con el bate.
Comencé a llorar, sabía lo que pasaría incluso antes de que Negan hablara.
—Si alguien se mueve o dice algo, saquenle el otro ojo al chico y que se lo coma su padre. Pueden respirar, pueden pestañear, pueden llorar. Diablos, todos van a llorar— Dijo antes de levantar el bate.
Con el primer golpe solte in sollozo, al igual que casi todos. Mi vida se estaba desmoronando frente a mi.
—¡Miren eso!, ¡aguanta como un campeón!—Exclamo Negan, pero apenas lo oí.
—Pu-puedes irte al carajo—Murmuró Abraham, con sus últimas fuerzas.
Segundo golpe, esta vez me salpicó de sangre.
Tercero. Adiós al club zanahoria.
Para el cuarto golpe estaba cuebierta de sangre.
Michonne acariciaba mi mano, pero no funcionaba. No podía parar de llorar, me empezaba a costar respirar. Observe a Rosita, que esta peor que yo. Su rostro rojo por el llanto y tenía las manos clavadas en las piedras del suelo.
—¿Escucharon eso? Dijo: "vete al carajo"—El tono de burla que uso hizo mi sangre hervir.
Continuo dándole golpes. Quería limpiar la sangre de mi rostro, pero mi cuerpo no respondía.
—¡Santo cielo! ¡Miren esto!
Negan hizo girar su bate, salpicando de sangre a casi todos. Esta vez si la limpié, con la manga de mi camisa.
—¡Miren como se ensucio mi pequeña!—La forma en la que se refirió al bate me causó repulsión—Cariño, mira esto—Comento, acercando el bate al rostro de Rosita.
Aprete mis puños hasta que mis nudillos se pusieron blancos. Las ganas para darle un puñetazo no me faltaban.
—¡Oh, diablos! ¿Ustedes eran pareja?—Pregunto, señalando el inerte cuerpo de Abe, que aún no me atrevía a observar—Que lastima—Ro tenía la vista clavada en el piso, sin siquiera observar el bate—En ese caso, deberías saber que hubo un motivo para todo esto. El, que nunca había sido tan pelirrojo como ahora, puso el pecho ¡o mejor dicho la cabeza por ustedes! Así que dale un maldito vistazo—Añadio—¡Dale un vistazo!
