Camila's POV
Todo estaba preparado para irnos. Lauren y yo habíamos tenido un tiempo perfecto en Italia. Estaba segura de que jamás volvería con nadie que no fuera la mujer de la que estaba enamorada. No podría porque los recuerdos de ella me aplastarían como a un bicho. Dios. Pensar en algún día estar separada de la chica ojiverde hacia mi corazón palpitar con más fuerza, con miedo.
El teléfono de Lauren sonó continuamente, hasta llegó a hartarme pero no quería parecer una loca quejándome. Malditos celos.
Finalmente, gracias a Simon y a su gente, la cocaína se encontraba en todas nuestras maletas. Tuvimos que dejar la mayor parte de nuestras pertenencias en la gran mansión de Simon, ya que entre toda la droga no cabría ni de broma toda la ropa que habíamos comprando en el país donde se originaba la bendita pizza.
Ambas estábamos nerviosas, pero Lauren parecía incluso que se iba a desmayar. Intenté tranquilizarla diciéndole que todo estaría bien pero ni siquiera yo sabía si eso llegaría a ser cierto. Estaba emocionada y ansiosa, sería la primera vez que cometía un acto ilegal. Y sí, debería de estar con el corazón a mil por hora debido al miedo, pero no, lo tenía así debido a la emoción.
De un momento a otro, fuimos hacia el aeropuerto. Las maletas estaban cargadas, pero no había ningún problema con el salir de Europa, el verdadero problema era cruzar hacia los Estados Unidos.
Lauren decidió ir al baño, pero me pidió que no la acompañara y di gracias al cielo por aquello. Sonreí para mí misma ante el pensamiento, que pronto fue interrumpido por la vibración de un teléfono que no era el mío. Era Sandra. Dios. Mis dientes se apretaron y el corazón me latió más fuerte de lo que ya latía y toda la emoción que había sentido en el momento por aquella aventura que emprendía junto a la mujer que más amaba se había desvanecido, transformándose en celos. Mi ceño se frunció e incluso sentí mi garganta secarse. La puta foto que aparecía como la del contacto no mejoraba la situación. Sandra con un maldito escote que casi dejaba ver todas sus tetas de fuera. Fue grotesco e incluso juré que me daba asco el verla. Lauren era una completa idiota. Estaba molesta. Intensamente. Todos mis músculos estaban tensos.
Decidí contestar la llamada de la rubia casi dispuesta a decirle que se alejara de la chica de cabello negro, mi chica de cabello negro. Mía, joder. Es decir, entre Lauren y yo había algo más que sexo, y eso lo teníamos bien claro, al menos yo. Sabía que Sam estaba de por medio y que sería difícil, casi imposible sacarla del camino ya que en verdad no tenía una persona físicamente para eliminar, lo cual era...inmensamente complicado de lograr, pero estaba segura de que podía cumplir mi objetivo.
- Lauren, he llegado. Estoy ya en el aeropuerto, y me urge hablar contigo.
- Lo que tengas que hablar con ella, dímelo a mí, Sandra.
- Oh, ¿así que la pequeña Camila ya maneja el teléfono de Lauren?
- ¿Qué es lo que quieres? - la molestia era notoria en mi voz, era fuerte y acompañada de gruñidos.
- ¿De verdad quieres saberlo?
- Por supuesto. Demonios, te lo estoy preguntando.
- Quiero ver a Lauren porque me muero de ganas de que me folle. - me quedé congelada por un instante, antes de que la sangre corriera por mis venas con más fuerza de lo normal y la sintiera hervir dentro de mí.
- Estás siendo una hija de puta, Sandra. Deja de una maldita vez a Lauren en paz, ella está conmigo.
- ¿Y crees que son exclusivas, Camila?
- Eso no la hace menos mía, Sandra.
- Por Dios, la única persona que la ha tenido enserio ha sido Sam. Y créeme, no porque te parezcas a ella lo lograrás. Yo ya me he teñido el cabello castaño para ser como ella, pero Lauren sólo quiere a su Sam. Deja de intentarlo.
- Y tú deja ya de ser una maldita puta. - yo no solía ser de las chicas que se molestaban por cosas como aquellas, pero Lauren me provocaba cosas que jamás había sentido por absolutamente nadie. Colgué el teléfono tras haber dicho aquella última frase, sin ganas de escuchar una respuesta y me di cuenta de que Lauren se encontraba detrás de mí.
- ¿Con quién hablabas? - la vi riendo, pero aquella tonta expresión en su rostro se quitó cuando se dio cuenta de mi enfado y de que no era mi teléfono el que respondía, sino el suyo.
- Oh, con nadie, sólo con la chica tetona y rubia de tu teléfono. - me reí irónica y tomé las maletas con suficiencia, asegurándome de darle un golpe con una de ellas para hacerla tambalear. Quería aventarle el teléfono en la cara sin importarme que era la más reciente generación de los teléfonos de moda, en su color favorito, negro.
Lauren me siguió cargando sus propias maletas y traté de alejarme lo más que pude de ella. Me puse los cascos del iPod y me puse a escuchar música en lugar de la voz de Lauren, que a pesar de que me encantaba, en este momento el enojo y la decepción invadían la mayor parte de mi cuerpo. Me había dolido lo que Sandra me había dicho porque muy dentro de mí, sabía que era verdad. Sam ocupaba una parte importante de la vida de mi chica. Mi chica...Dios, ni siquiera era mía. Pero todo lo que habíamos compartido decía todo lo contrario.
Subimos al avión luego de que los trabajadores del avión nos ayudaran a cargar las maletas, sin saber el contenido. Dios, si tan sólo lo supieran.
Lauren y yo nos montamos al avión finalmente, ocupando los asientos asignados y decidí sacar un libro de mi bolso, proponiéndome a leerlo en lo que duraba el camino aun sabiendo que me terminaría mareando y mi vómito terminaría en una bolsa café.
- ¿Hablaste con Sandra? - me preguntó Lauren y a pesar de que la quise ignorar, lo sentí demasiado infantil de mi parte, por lo que le contesté.
- Sí.
- ¿Te dijo que estaba aquí?
- ¿Cómo aquí? ¿En Italia?
- Sí, pensé que ella te lo había dicho.
- No, no me lo dijo ella, pero tú tuviste que decírmelo, que esa sigue buscándote.
- Camz... Sandra es... Dios, sólo Sandra. Ella es sólo una chica con la que salgo, pero no pasa nada con ella.
- ¿Nada? ¿Crees que no recuerdo la vez que la besaste y dijiste que no era nada? ¡Mierda! Aún no sé por qué sigo pensando que lo nuestro tiene algún futuro.
- Tal vez lo tenga...
- ¿Recuerdas que me prometiste que en el viaje no pensarías en Sam?
- Sí, lo recuerdo...
- Fui yo la que rompió todo. Todo el viaje y estas horas he estado pensando en lo que tú sientes por ella, y lo que jamás sentirás por mí.
- Mierda, Camila... no puedo creer que sigas pensando que esto sigue siendo algo sin sentido. Sólo... Dios, dame tiempo.
- ¿Cuánto tiempo?
- No lo sé, poco... poco. Sólo... tiempo, ¿sí? - me dijo finalmente antes de que se volteara al otro lado, directamente a la ventana.
El avión despegó y me sentí idiota por presionarla tanto. Lauren era perfecta. Era yo la que estaba mal.
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UNDRESSED {Camren}
FanfictionCamila conoce a Lauren Jauregui en un club nocturno, la atracción se hace presente desde el primer instante. Distintas problemáticas como que el hermano de Lauren, Chris, se enamora de Camila, y que Lauren sigue enamorada de una persona muerta inter...