C I N C U E N T A Y U N O

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Lauren's POV

La idea de Chris, mi hermano; de quien siempre había vivido celosa a causa de Camila, siendo el padre de un hijo que ella y yo criaríamos, era algo completamente loco. Estaba casi desquiciada cuando esa idea se me ocurrió, estaba celosa y no sabía si comentarle algo a Camila. La simple idea de Chris teniendo un hijo con ella me ponía mal, y debido a eso, había comenzado a buscar un refugio en mis vicios, los que mi novia odiaba tanto.

En mi mente ella era la única culpable aunque muy dentro de mí sabía que ella no tenía por qué ser la que se llevara todo el peso de mis malos humores, como por ejemplo el hecho de que la terminara por insultarla o que le dijera lo mucho que me molestaba su sola presencia.

Fueron semanas duras para mí, pero decidí que no tenía por qué seguir así más, y que todo tenía que terminar, porque Camila cada vez estaba más lejos de mí y lo que menos quería era perderla cuando era lo único bueno que tenía en mi vida.

Después de mi última borrachera, y de mí estando arrepentida terminé por convencerla de lo mucho que la amaba, de lo mucho que la necesitaba y de lo aterrorizada que me ponía que ella fuera a irse de mi lado. Camila después de muchos intentos cedió, aceptando darme una oportunidad. Una que no iba a desperdiciar como era de costumbre. Iba a cuidar de ella, porque era el único tesoro existente en mi vida.

Todo el día nos habíamos pasado tiradas en la cama. Y era tan extraño porque no se me había pasado por la mente nada más que besos con ella en ese momento, incluso aunque estábamos desnudas. Era tan cómodo estar así, acostadas, mirándonos fijamente a los ojos. Compartiendo suaves besos en los labios, en el rostro y el cuello. Sentirla era todo lo que yo quería.

- Quiero contarte algo. - le dije de repente, decidida a querer contarle mi idea, sobre Chris, sobre nuestro hijo y nuestra próxima familia.

- ¿Segura qué quieres arruinar el momento? - solté una leve risa, porque en ese instante que dijo aquello se puso exactamente encima de mí y me apegó a su cuerpo, haciéndome sentirla mejor.

- No lo voy a arruinar. - bajé mis manos por su delicado cuerpo. Cada centímetro de éste parecía estar perfectamente hecho por una fuerza supernatural. Camila tenía un cuerpo de diosa. Y juraba que si yo hubiese sido pintora y una buena artista, ya tendría por toda mi casa cuadros que tuvieran plasmado su cuerpo desnudo en ellos, aunque no era mala idea. Mis dibujos no eran del todo malos.

- Habla, cariño... - dijo con un suspiro interrumpiendo sus palabras. El que la tocara siempre solía ponerla como loca. Bajé mis labios a su cuello, dando suaves besos, mientras respiraba en él y luego cerca de su oído. Escuché cómo soltó una risita tierna mientras se erizaba su piel y se retorcía entre mis brazos.

- Vaya, punto débil. - volvió a reír esta vez con más fuerza debido a mí.

- Habla ahora, Jauregui.

- Creo que sé cómo podemos tener al pequeño o a la pequeña que queremos. - al dar la noticia mi corazón se aceleró de una manera impresionante. Camila soltó otra risita, pero no fue muy feliz.

- ¿Vas a decirme otra de las ideas en las que me terminas mandando a la mierda?

Ouch.

Tenía razón, aunque lo quisiera negar, así había pasado la última vez que había intentando contarle mi idea de Chris, cuando le dije que podía irse a la mierda si lo que quería era follar con un tipo cualquiera. Había terminado siendo la peor pelea que habíamos tenido, incluso peor que en la que terminamos encerradas en el elevador.

UNDRESSED {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora