V E I N T I U N O

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Me sentía avergonzada, completamente. Pobre, Camila. La había hecho sentir seguramente fatal y me yo igual sentía mal como el infierno. Era lo que menos quería, causarle daño. Era una idiota. Tragué con fuerza y la mirada del dolor de Camila llegó hasta lo más profundo de mi ser. No lo merecía.

- Mierda...maldita sea, Camila...no sé qué decir... - la chica de ojos marrones y cabello claro se tapó la cara y la escuché soltar un gruñido. – Lo siento tanto...

- ¿Alguna vez crees poder olvidarla? - me preguntó con la voz un poco más relajada luego de que soltara aquél gruñido.

- No...No sé, Camila. No es algo que dependa de mí, ¿sabes? - comencé a decir, haciendo mi plato de comida a un lado, había perdido todo el apetito. No disfrutaba hacer a Camila llorar, a diferencia de otras veces, que me fascinaba romper el corazón de las chicas con las que tenía alguna relación. Camila era diferente, Camila era un ángel comparada conmigo.

- ¿Por qué mejor no sólo te vas?

- Tú me invitaste. - me estaba corriendo y eso me tomó completamente por sorpresa.

- Sí, y lo siento. Creo que es mejor que te vayas. Llévate la comida, ya no quiero más, he perdido el apetito. - al parecer ella había sentido lo mismo que yo. Tenía toda la razón del mundo si no me quería ver. Me levanté del sillón y tomé mi pequeña bolsa Gucci para colgarla sobre mi hombro. Me acerqué rápidamente a la puerta y me aseguré de no mirarla ni una sola vez. No podía irme si la veía así, llorando.

De repente sentí una mano envolviéndome el antebrazo. Volteé hacia atrás y vi que Camila estaba detrás de mí, mirándome fijamente sin haber desaparecido el dolor en sus ojos.

- Lauren...no te vayas. - Me di la vuelta para mirarla y extendí mi mano para acariciar su mejilla. Sus cambios de opinión eran igual de frecuentes que los cambios de humor que yo solía tener.

- No tienes idea de lo estúpida que me siento justo ahora.

- Eso es probablemente porque sí eres estúpida. - no pude evitar soltar una risita divertida.

- Yo quiero que me entiendas, Camz... - la llamé con el apodo que mi nana le había puesto. - Lo que yo tuve con Sam fue importante y realmente no sé si quiero una relación como la que tú deseas. Lo que yo te pueda dar para nada es lo que tú necesitas, lo que tú mereces.

- ¿Según tú qué deseo yo? - me preguntó de repente.

- Un esposo...hijos, y ese tipo de mierda que yo realmente no planeo.

- ¿No quieres hijos?

- No es que no me gusten los niños pero simplemente no creo que pudiera ser una buena madre.

- Nadie nace siéndolo, Lauren.

- Camila el punto es que tú tienes otras metas.

- Lauren no tengo ni una idea de qué es lo que quiero. Yo no suelo pensar en el futuro...porque ni siquiera sé si mañana voy a estar viva, ¿entiendes? Ahora sólo sé que quiero...que quiero estar contigo... - me dijo y sonreí al escucharla.

- ¿De verdad quieres estar conmigo?

- Ahora sé que sí lo quiero. - me incliné a ella y luego de sonreírle y que ella me respondiera, la besé tiernamente en los labios. Por primera vez al besarla sentí una descarga eléctrica. Camila era hermosa, tenía un rostro divino y sus labios sabían tan jodidamente bien. Me estaba asustando el pensar perderla. ¿Qué me pasaba? Sus besos seguían siendo inexpertos a pesar de que ambas ya estábamos de alguna manera en una edad adulta. La obligué a abrir la boca para que le diera espacio a mi lengua ansiosa de entrar. La oí gemir bajito y sonreí al saber que yo había provocado aquel sonido salir de su boca. Se separó de mí casi sin aliento y me miró a los ojos.

UNDRESSED {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora