UNDRESSED {Camren}

D I E C I O C H O

No recordaba cuándo me había vuelto a quedar dormida, estaba cansada. Desperté abriendo los ojos lentamente, y me di cuenta de que los ojos verdes y penetrantes de Lauren estaban sobre mí.

- Buenos días, mexicana – había una sonrisa en su rostro. De verdad quería despertar siempre así, todos días a su lado.

Me incliné a besarla con una sonrisa ladeada y sentí cómo me comenzaba a acariciar el cabello.

- Buen día, Afrodita... - la hice sonreír más con aquello, su apodo favorito. - ¿Qué hora es?

- Son las diez de la mañana, es temprano todavía. ¿Tienes hambre?

- Sí, bastante... ¿y tú?

- Bueno, tengo que presumir que ayer cené perfectamente bien... - me dijo hablando con doble sentido que me hizo poner colorada. A pesar de ambas estar muy borrachas cuando todo sucedió, lo recordábamos perfectamente bien.

- Qué sucia eres. - me reí a carcajadas junto con ella y le aventé por el hombro nuevamente a la cama. Me eché encima de ella y la ataqué con besos por el rostro y una que otra cosquillita en su barriga.

- ¿Sucia? - siguió riéndose fuerte mientras yo asentía.

- Sí, muy sucia.

La vi girar los ojos divertida y se levantó de la cama rápidamente, desnuda. Dejándome ver la perfección de su cuerpo en un espectáculo. Qué culo, joder.

- Ay, mierda... - dije mientras la veía y por su sonrisa vanidosa me di cuenta de que me había escuchado, aunque yo traté de no hacerme oír.

- Vístete. No puedes andar desnuda por la hacienda aunque realmente nada me gustaría más. - me hizo levantarme de la cama rápidamente y ambas nos abrazamos estando desnudas. Me sentía cómoda estando así de esa forma. Con sus pechos aplastando los mismos. Su piel contra la mía.

Terminamos rápidamente de vestirnos luego de bañarnos por separado y bajamos al comedor. Encontramos a nana Elena en la cocina, con el pelo recogido en un moño mientras hacía un almuerzo que sería para toda la familia. Lauren me dijo que el desayuno se servía a esa misma hora, pues en la familia a nadie le gustaba madrugar. Ahí pertenecíamos ambas. Nana Elena abrazó fuertemente a Lauren y tras eso vi cómo le plantó un beso en la frente que a ella la hizo sonreír como si fuera una niña pequeña. Mi niña pequeña, me dije.

- Hice tus pancakes favoritos, Lolo. – le dijo la mujer mayor a Lolo y husmeé en las mesas donde se encontraba la masa, no me resistí a probar con el dedo. Lauren se acercó a mí y me abrazó por la cintura.

- ¿Me das? - me dijo suavemente al oído con la voz ronca que poseía y tanto me gustaba. Me había descubierto, pero pareció no importarle nada más que lo mismo que a mí, probar los pancakes. Acerqué mi dedo a su boca y sentí cómo lo chupó para comer. Me reí y ella me robó un beso suave en los labios.

Desayunamos con la familia de Lauren y mientras estábamos en la mesa escuché una voz muy familiar comenzar a hablar.

- Hey... - Era Chris. Se sorprendió al verme, y me levanté al instante para saludarlo. Lo abracé y él me correspondió pero no en la forma que esperaba. Estaba feliz de verlo, a pesar de todo lo que había pasado, pero estaba segura que el que yo estuviera con Lauren no le agradaba. Nos separamos y después él comenzó a saludar a su familia con una gran sonrisa. Saludó a todos a excepción de Lauren, a ella sólo la miró con una expresión de recelo que incluso se podía llegar a confundir con odio.