En halloween, mi promoción estaba dispuesta a pasárselo a lo grande por lo que escogieron uno de estos clubs de noche que solían ser bastante concurridos.
Para todos era buena idea que yo fuera a esa fiesta, pero mi creatividad estaba por debajo de lo esperado, entonces opté por lo más básico que podía escoger.–¿Lista para esta noche? –Margot se trepó en el asiento del copiloto.
Asentí–¡Pero mírate! Estás increíble, ¿lo hiciste tú hoy? –La miré de arriba a abajo con asombro, lo estaba dando todo hoy.
No se por qué no se me ocurrió algo así. Margot llevaba puesto un atuendo peculiar: con un parche cubriéndole un ojo, su cabello castaño suelto y un sombrero junto a una camisa a rayas y una falda que apenas cubría su trasero.–¿Carl versión Margot? – Pregunté adivinando uno de sus personajes favoritos de la serie.
–Así es, le quise dar mi versión, ya sabes gatita enseñar un poco de esto – Señaló una de sus largas piernas y me dejó ver el liguero que llevaba por debajo. Iba preparada para lo que se atravesara.
Había pasado prácticamente casi un mes sin ver a Robert, me había acostumbrado a su ausencia, en el colegio hacía todo lo posible por tener la más mínima interacción con él, mis amigas también ayudaban mucho en esa parte.
Durante sus clases la única oportunidad que tenía él para interactuar conmigo eran unos pocos 45 minutos pero me sorprendía como a pesar de ello, él no lo hacía, quizás se daba cuenta el daño que me hacía tan sólo estar ahí presenciándolo como una más de su clase, como si nunca hubiera pasado nada entre los dos. Por lo menos algo de amor me tenía, ni siquiera llamaba mi atención, me había dejado finalmente en paz. Llegué a acostumbrarme.Cuando llegamos a la discoteca alrededor de las 10 de la noche, me sorprendí al ver a tanta gente y vi algunas más hacer fila para entrar. Al parecer no habían alquilado toda la disco, solo una parte de esta para nosotros pero parecía que la gente tenía acceso a todas partes.
La mayoría estaban disfrazados , eso era un alivio porque era lo que más temía, que fuese la única pasando el ridículo. Para mi suerte pasaba desapercibida con mi atuendo, solo tenía que quitarme las orejas de gata.Había pasado alrededor de una hora entre diversos tragos y shots de tequila, que estos últimos ya empezaban a hacer su trabajo sobre mi. La fiesta se comenzó a poner interesante a eso de las 12, la música estaba prendida y me animé a bailar, la mayoría seguían bebiendo y otros ya estaban demasiado entonados. No había distinción entre nosotros que éramos un grupo de adolescentes celebrando halloween al resto de personas que hacían prácticamente lo mismo.
Moví mis caderas al ritmo de la música, subiendo y bajando, hasta que vi unos ojos que se posaban sobre mi. Era un tipo alto, un poco rubio, blanco y sin disfraz, a simple vista parecía tener 30 y algo, era muy guapo.
Le sonreí y él me correspondió, me hizo señas para que me acercara a él por unos tragos pero hice caso omiso y seguí moviéndome esta vez de la forma más provocativa. Sabía que me observaba, solo tenía que esperar a que se acercara.
El ritmo de la música estaba a mi favor, estaba sonando Crazy in love, seguí moviéndome hasta que sentí su cuerpo detrás de mi, pegó su cadera contra la mía, me giré para saludarlo y me di cuenta que no era el señor apuesto que me había sonreído, tenía detrás de mi a un hombre mayor, su cabello dejaba ver algunas canas, usaba una camisa blanca y un antifaz. Nada creativo de su parte. Lo busqué de nuevo con la mirada y lo hallé, mirándome serio y quizás intrigado.
Le quise demostrar que así como él me quería, no era el único, si no venía a mi, otro podría tomarme más rápido.
Seguí bailando y moviendo mi trasero junto a la cremallera del individuo que pegaba con más entusiasmo su creciente bulto. Se la estaba poniendo dura.– ¡Que bien te mueves! –Afirmó sus manos ya rozándose contra mi de una manera desesperada – Vamos al baño, quiero que te muevas de la misma manera pero sobre mi verga.
Mi corazón latía a mil, lo que este desconocido me estaba diciendo al oído, no me parecía tan descabellado, me prendía y me estaba empezando a dar placer.
Me giré hacia él y ascendí por encima de sus músculos, que estaban fuertes al contacto con mis manos, me convencí de que a pesar de que parecía aún mayor que el otro tipo, me atraía demasiado.
¿Me lo cogería?
Yo digo que si.
– Espérame aquí, voy a decirle a mi amiga que me iré contigo a un hotel. ¿De acuerdo?
Sus ojos detrás de este antifaz, se iluminaron.– Margot, me voy con el señor de allá ¿lo alcanzas a ver?
– Dios mío Ágatha ¿estás segura?
–No pero tengo ganas de divertirme y esta fiesta ya me aburrió, te escribo cuando llegue a casa.
–Por favoooor, no te olvides que tienes que aparecer esta misma noche en tu casa, si no nos meteremos en problemas. – Asentí
– Prometido.
Me despedí de todos y llegué hasta el lugar donde le había dicho que me esperara, cerca del bar me tomaron del brazo y jalaron apartándome un poco de la multitud.
– ¿Qué crees que estás haciendo?
¿Qué hacia Robert aquí?!!
– ¿Me has estado siguiendo? ¿Cómo sabías que estaba aquí?
– Lo suficiente para saber que lo que estás por hacer es una locura. No te vayas, quédate conmigo.
– Robert, tu fuiste el primero en irte cuando dejaste embarazada a Emilia.
– No puedes irte con ese viejo.
– Tú y él tienen casi la misma edad y me quiero divertir esta noche. Tu deberías estar en tu casa con tu mujer.
– Ágatha yo también estoy en los 40, ¿recuerdas? Solo no te vayas, bailemos toda la noche si es posible pero quédate conmigo.
– No puedo, Rob... Será mejor que me vaya, me están esperando.
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No temas a las Leyes de la Atracción.
FanfictionÁgatha Daddario conoce al muy buen "casi ético" profesor Robert Downey Jr en su último año de bachillerato, ambos descubren el placer y lo muy excitante que puede ser lo prohibido. Muchos dicen que polos opuestos se atraen y ellos no serán la excep...