Capítulo 19

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Sonreí instantáneamente al verlo, lo salude con un beso en la mejilla y este abrió paso para dejarme entrar. Tome asiento en uno de los cálidos muebles y Robert me acompañó mientras dejaba mi mochila con los útiles escolares encima.

–No sabes lo exhausto que es conducir a esta hora. –Saqué el cuaderno de física junto con el libro y mi cuaderno de apuntes.

–No recordaba que venías, no hace mucho que he llegado del colegio. ¿Te molesta si me cambio? –Negué y este enseguida se dirigió a su habitación.

Al cabo de pocos minutos Robert volvió a aparecer con una camisa negra y una pantaloneta.

–Bien empecemos...

Cogió el libro como apoyo para recordar los temas que habíamos tratado en este último mes, y comenzó a explicarme paso a paso lo que aparentemente había entendido durante las clases.

–¿Ves que no es tan difícil? –Sonrió y en lo único que pude fijarme fue sus perfectos dientes.

Asentí como tonta para luego reaccionar y negar.

–Eso lo dices tu porque sabes, es tu especialidad. –Me encogí de hombros.

–El problema es que no pones tu concentración al cien.

–Te equivocas, lo hago pero es inevitable no pensar en todo lo que podrías hacerm.... –Me callé automáticamente al ver lo que estaba apunto de decir sin previo aviso. –Upss –Dije mirándolo nuevamente.

–¿Cómo es eso? Explícame. –Pidió.

–Nada, no me hagas caso. –Negué tratando de ocultar la vergüenza que sentía, solo eran fantasías sexuales y ese era mi gran problema.

Ágatha dime, no te avergüences de lo que piensas.

Titubee por unos instantes y suspiré hondo antes de decirle.

–Son fantasías sexuales... Sobre todo cuando asistes a dar clases con esas camisas que te quedan exquisitamente tan bien, solo me provocan ganas de que me folles duro en el escritorio del salón. –Pestañee un par de veces más y mire a un Robert que no sabía exactamente cómo reaccionar.

–¡Vaya! No tenía ni la más remota idea de que eso te perturbaba en tus horas clases. Creo que soy culpable de eso – Rió sarcásticamente.

–¡Qué vergüenza! ahora lo sabes. –Me cubrí el rostro con mis manos.

–Tranquila pequeña, esa fantasía la podemos hacer realidad... –Dijo y empezó a besar mi cuello de manera que lograba erizarme completamente la piel y casi que hacía que mojara mis bragas con aquellas caricias. –Pero bueno, sigamos con tus clases... –Dijo este apartándose de mi y dejándome casi que excitada.

Para las seis de la tarde, habíamos terminado con una larga sección de ejercicios que el señor me había puesto como práctica, anote otros a mi cuaderno o les tomaba foto para realizarlos este fin de semana en mi casa.

–Creo que con eso ya estamos mejorando para los adicionales a fin de parcial. Solo práctica más y veras que se hará fácil.

–Intentaré –Bufé –Todavía no quiero irme. –Dije guardando todas mis cosas en mi mochila.

–No tienes que irte... –Dijo acariciándome por detrás. –Cenemos ¿qué te parece?

–Me fascina la idea –Dije

–Bueno, creo que puedo ordenar algo y comemos aquí...

Robert y yo nos habíamos dirigido al comedor y empezamos a comer apenas había llegado la orden de comida y empezamos a platicar sobre nuestras vidas, bueno más bien sobre la mía.

–Y cuéntame, ¿qué aspiras para un futuro próximo? –Preguntó tomando un sorbo de su jugo.

–Quiero estudiar medicina, bueno algo en relación a eso. Mis padres dicen que tengo que escoger una carrera que me mantenga lo suficientemente bien por el resto de mi vida, y bueno creo que esa es la mejor opción.

–Es una excelente carrera, pero además de eso, ¿no te atrae alguna otra? –Preguntó

–Mmm, creo que gustaba el hecho de salir en televisión o algo así, pero me he dado cuenta que todo lo relacionado al cuerpo humano me atrae lo suficiente. No se, pero me atrapa completamente. ¿Y tú? ¿Qué te llevó a dar clases?

–La vida, estuve unas largos años de mi adolescencia divagando en qué dedicarme y estudié ingeniería y pues aquí me ves dando clases. Algo absurdo lo sé pero vivo bien y me doy mis lujos. –Dijo refiriéndose a todo las posesiones que lograba tener, en especial el lugar en donde vivía.

–Mmm, entiendo. Creo que es lo que suele pasar a mucha gente.

–Así es, solo es cuestión de centrar tu vida y veras que todo lo que te propongas lo logras. Todavía te falta mucho por aprender, pequeña.

–Lo sé.... –Dije y levante todas las cosas para dejar limpio. –Limpiaré esto porque tengo que irme.

–Anda, después te pueden decir algo porque llegas tarde.

–No te preocupes, ah por cierto... –Fui a ver mi bolso y regresé donde él. –Ten – Extendí mi mano hacia él, entregándole el dinero que mamá le enviaba.

Él lo aceptó sin decirme nada y me dio un cálido abrazo seguido de un corto beso. Me despedí y fui de regreso a mi casa.

***
DXWNEYAZALEA

No temas a las Leyes de la Atracción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora