Robert estacionó frente a una cafetería, ingresamos a esta en una mesa apartada del resto de las personas.
–Y bien... –Dijo mientras divagaba con sus manos, luego de ordenar un frappe para mí. –Creí que era muy pronto para tratar el tema de mi hijo contigo.
–Te comprendo, pero me molestó el hecho de que pienses que ando investigando tu vida. Es decir, me gustaría que la compartieras conmigo que es diferente, no de la manera en que tú crees.
–Lamento eso, me exalté. –Suspiró – Nunca me espere que tu amiga supiera y mucho menos que lo dijera; no me lo mal interpretes pero soy muy reservado en el ámbito familiar.
–¿Cuantos años tiene?
–Doce años.
–¡Wao! Pensé que sería más pequeño.
–En realidad no, ya está en colegio; estudia en New York.
–Aquí tiene su frappe, señorita. –Un joven de más o menos mi edad, dejo mi pedido y luego se retiró.
–¿Y por qué no vive contigo? –Pregunté absorbiendo un poco de mi bebida.
–Quería, pero me pareció que era mejor que se quedara con su madre, aparte de que no quería quitarle ese derecho.
–Entiendo...
–Así es, realmente ha sido lo mejor. –Ladeo su cabeza por un instante– ¿Cómo vas en el colegio?
–Bien, ya no más se termina el parcial y no solamente tú has de tomar prueba en el transcurso de esta semana que viene.
–Ya quiero ver cuantos saldrán bajos en esa prueba. –Rió sonoramente.
–¡Qué malo eh! En ves de preocuparte por tus alumnos.
–Ja-ja lo hago, es más quiero que tú salgas bien en la prueba.
–Pero bueno, creo que es momento de irnos. Dije solo media hora y lo cumpliré.
Robert pagó la cuenta, y nos dirigimos nuevamente al auto.
Mi mente no dejaba de dar vueltas al asunto, pero al menos ya me sentía más tranquila y el pequeño enojo que tenía había desaparecido totalmente.–Gracias. –Dije cuando Robert aparcó el auto cerca de mi casa.
Se que me he portado como una tonta, pero al menos sé que ahora puedo confiar aún más en ti.
–Me alegra eso, pequeña. –Reposo sus manos en mi rostro y acerco mis labios a los suyos.
Fue un beso cálido, de esos que aunque duren unos instantes sabías que te dejan un gran confort.Le sonreí por enésima vez y baje del auto.
Casi eran las 6 de la tarde y esperaba que no haya llegado mamá o podría matarme por dejar solo a Dylan.Afortunadamente, abrí la puerta y encima trae a mi pequeño hermano viendo televisión con una funda de cereales a su lado.
Evidentemente me reclamó el haberlo dejado solo.–No puedes irte y dejarme así no más...–Soltó y una marca de fruncido apareció en su frente.
–Tranquilo, veras que dentro de unos años, rogaras por quedarte solo. –Reí. –¿Mamá no ha llamado?
–Mmm no he escuchado sonar el teléfono. –Se encogió de hombros.
Me tranquilice y subí a mi habitación totalmente feliz, mañana volvería a verlo y eso me motivaba. Tomé una ducha y me puse el pijama.
•••
Para la tarde del día viernes, había optado por colocarme una falda de cuadros con un body negro, mi madre había dejado el dinero que le correspondía a mi queridísimo profesor para las clases de esta tarde, y con justa razón dejaba el dinero al enterarse de la pruebita que tendría que dar la semana que viene. Cogí mi auto y conducí hasta su departamento.
–Hola, gatita. –Dijo este al abrir la puerta.
***
Lamento la demora 😂 Tengo vacaciones yeiii!🎉 Así que publicaré más capítulos🌝 estén atentas.
–DXWNEYAZALEA
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No temas a las Leyes de la Atracción.
FanfictionÁgatha Daddario conoce al muy buen "casi ético" profesor Robert Downey Jr en su último año de bachillerato, ambos descubren el placer y lo muy excitante que puede ser lo prohibido. Muchos dicen que polos opuestos se atraen y ellos no serán la excep...