–Bueno, esa es mi casa. –Dijo Margot. –Gracias por traerme, espero que hayas pasado un bonito día. –Me dijo.
–Por supuesto que sí, no se como hubiera sido sin ti. –Le dije, me dio un abrazo y se despidió.
–Muchas gracias Margot. –Robert le sonrió y yo me quedé más tranquila al saber que ya habían limado asperezas.
–De nada, traten de dormir aunque sea un poquito jajaja, bye.
Esperamos a que entrara a su casa y Robert volvió a conducir.
–Después de ti –Dijo cuando abrió la puerta de su casa.
Hace mucho que no veía las paredes de su habitación, con solo recordar la última vez que pase aquí, se me logra erizar la piel.
Me senté en su sofá observando hasta el más mínimo detalle, Robert se acercó después y me brindó un trago.–¿Es vino? –Pregunté cuando me acercó la copa.
–Así es, creí que era lo más apropiado para festejar tus 18 años. ¿Si bebes verdad?
–La verdad no, es decir, no con frecuencia pero me encanta el vino, gracias.
–¡Salud entonces!
Choque mi copa con la suya y bebí un sorbo, Robert se sentó a mi lado y puso su mano en mi desnudo muslo.
Lo miré a los ojos brevemente y él sonrió.–Tranquila jaja, quiero que te sientas cómoda. Es un sueño para mi que estés aquí, gatita. Quiero escucharte hablar, quiero disfrutar de ti esta noche.
Me ruborice por el apodo que nuevamente lo había escuchado de su boca. ¡Que maravilloso suena viniendo de él!
También me avergonzaba un poco pensar que yo ya lo quería tener entre mis piernas sintiendo el movimiento de su lengua entre mi carne y él ahora quiere hablar.
No, no. Espero no verme tan desesperada.–¿Cómo has estado? –Pregunté.
Lo vi beber el último sorbo que había en su copa y volvió a servirse otro poco más.
Y me di cuenta que la mía seguía prácticamente entera producto de mi nerviosismo.–Enojado conmigo, porque no he podido resolver varios asuntos, sobre todo el que te hizo alejarte de mi y correr a los brazos de ese idiota.
–Tom... –Murmuré
–Hasta cómo pronuncias su nombre me causa un conflicto, no quiero verte cerca de él, ni siquiera quiero pensar que se ha dado el lujo de tocarte.
Bebí un gran sorbo del delicioso vino que sentí que de alguna forma había raspado mi garganta, de alguna manera Robert me hacía comprender que quizás conocía perfectamente la clase de novio que tenía, Tom no era precisamente malo pero tampoco era un angel caído del cielo.
–No me digas que ya lo ha hecho –Me miró expectante y tuve que confesarme.
–No precisamente, es decir, casi sucedió algo entre los dos pero luego me sentí incómoda y me arrepentí, no pasó a mayores. –Aseguré
–No sabes el alivio que me das al escuchar eso. Me tranquiliza mucho saber que no has permitido que ese imbécil se sobrepase contigo. –Me reí ante su comentario. –¿Qué te causa tanta gracia?
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No temas a las Leyes de la Atracción.
Fiksi PenggemarÁgatha Daddario conoce al muy buen "casi ético" profesor Robert Downey Jr en su último año de bachillerato, ambos descubren el placer y lo muy excitante que puede ser lo prohibido. Muchos dicen que polos opuestos se atraen y ellos no serán la excep...