No temas a las Leyes de la Atracción.

Capítulo 58

–¿Por qué vienes así?
Me alteré al escuchar la voz de Tom. Me limpié las lágrimas que aún estaban sobre mis mejillas.

–¿Qué haces aquí? Pensé que seguías en el colegio...

–Lo mismo pensé de ti hasta que me topé con Margot que extrañamente me dijo que habías tenido que irte. ¿Estuviste llorando? –Dijo con tono preocupado y rápidamente se acercó a mi.

–No, no. Tengo la vista demasiado cansada. ¿Podemos vernos después? Creo que iré a dormir un rato.

–Está bien linda, me iré pero te llamaré más tarde.

Me tumbé en la cama inhalando fuertemente, mientras me acomodaba entre las almohadas. Esta vez había corrido con suerte.

                                         •••

Sin duda lo más inquietante de mi último año en el colegio, había sido la revolución que Robert significaba constantemente en mi vida, a tal punto que, de cierta manera, la volvía menos monótona.
No sé en qué momento había vuelto a ser el Robert amable que todos habíamos conocido al principio, de un día a otro comenzó a llamar la atención.

"Buenos días"
"Señorita Daddario le he dicho buenos días"
"¿Que opina usted Ágatha?"
"La señorita Meneses dice lo contrario"

Fueron algunos de los comentarios que últimamente había escuchado salir de su boca, ahora era casi más frecuente en todos los aspectos.

–¡Ágatha! –Escuché una voz femenina que había gritado mi nombre lo suficientemente fuerte para sacarme de mi ensueño.

–Disculpe. –Me acomodé en mi asiento.

–Te he pedido que leas el poema que más te haya gustado, estás muy distraída niña. –Me reprochó la profesora de lenguaje.

–Lo siento... –Dije mientras sacaba de mi mochila el poemario de Pablo Neruda.
Empecé a buscar entre las páginas y recordé que la noche anterior había leído la mayoría pero hubo uno que me había revuelto más el alma, así que lo busqué rápidamente y empecé a leerlo.

[Pueden escucharlo en el video al inicio del capítulo]

"En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces
y viven en tu vida mis infinitos sueños.
La lámpara de mi alma te sonrosa los pies,
el agrio vino mío es más dulce en tus labios:
oh segadora de mi canción de atardecer,
Cómo te sienten mía mis sueños solitarios!
Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda. Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo
estanca como el agua tu mirada nocturna.
En la red de mi música estás presa, amor mío, y mis redes de música son anchas como el cielo. Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto.
En tus ojos de luto comienza el país del sueño."

Tomé una breve pausa y respiré profundo.

–En especial en este poema sentí que era la historia de un amor a base de pasión, lujuria pero sobre todo posesiona su amor a base de representaciones físicas. Me sentí identificada, es un amor imparable que envuelve y es de los que no puedes regresar sin dejar todo. –Tomé otra breve pausa, la piel se me había erizado con tan solo leer cada línea del poema 16.

Y no era solo lo identificada que me sentía, quizás era el hecho de que en cada verso volvía a tener a Robert presente. Desde el inicio hasta el final, su boca pasando por cada parte de mi cuerpo; eran recuerdos vagos que en momentos como este me hacían volar.

–Se lo dedico a un amor fugaz que tuve en el pasado, pero que todavía lo tengo demasiado presente. –Sonreí.

–Muchas gracias Ágatha, toma asiento.

                                        •••

Iba caminando por el pasillo de regreso a clases, fue cuando lo vi subiendo las escaleras. Me miró y comenzó a acercarse apresuradamente, traté de caminar más rápido hacia mi curso pero Robert se caracterizaba por no dejarme escapar.

–Hola Ágatha. –Sonrió

–Profesor.

–Quería decirte que me gustó el poema que leíste en clase. ¿realmente me tienes presente todavía?

¡No, no, no!
¿Qué se supone que tendría que responderle?

–Yo... lo siento pero no estaba hablando de usted.

Su expresión cambió a una oscura, era entendible, sabía que le estaba mintiendo.

–¡Por favor Ágatha! No creo que con "pasado" y con "fugaz" te hayas referido a Tomas Spencer. ¿O acaso tu relación con él ya se terminó?

–Tengo que ir a clases.

Di un paso atrás y solo fue un motivo más para que Robert acortara distancia entre ambos.

–Sé que es sobre mí y está bien si no quieres admitirlo pero no trates de cambiar el contexto, te escuché, tus palabras, la forma en cómo te expresaste, fue realmente bello. Gracias.

Estaba demasiado cerca que creí que iba a besarme, su respiración era calmada pero chocaba contra mis labios.
Se apartó de mi y en lo muy profundo de mi corazón, quería que no fuera así, quería su boca sobre mí... Poseyéndome.
Lo vi alejarse hasta entrar a un curso cerca del mío y por fin pude respirar con normalidad, me sentía avergonzada, me había escuchado con total claridad y no tuve cara para decirle que sí se trataba de él.
Mi orgullo no me lo permitía.

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Ay Ágatha ya casi caes jajaja.
No es por asustarlas pero ya casi terminamos con esta novela🤭
¿Les gusta Pablo Neruda?🙈 
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–DXWNEYAZALEA