–¡Tranquilízate!
–No puedo Margot, ¿no viste lo que dijo Arlete?
–¿Qué? –Suspiró cansada.
–¡Que Robert ha pasado en casa de esa chica, Emilia!
La escuché volver a soltar varios suspiros para luego arrastrar hacia el balcón una de las sillas que se encontraban dentro de nuestro curso.
–Te lo juro que trato de asimilar su actitud y no puedo, ¡no lo entiendo!
–Lo peor de todo es que pareciera que me evitara, lo cual es algo absurdo por el hecho de que sigue dándome clases.
–¿De que manera crees que te evita? –Inquirió.
–No lo sé, es como si me lo topase él se hace el loco y no me mira ni saluda, nada, pero si estamos a una buena distancia puedo sentir su mirada clavada en mi y es muy frustrante.
–¿Realmente lo crees?
–Sí, obvio.
–Es que ahí es donde dudo de todo esto. Mira Ágatha, no sé por qué te mirará y con el simple hecho de que lo haga ya dice mucho de su parte, el punto es ¿por qué ese alejamiento? ¿Tú crees que tenga algo que ver esa chica Emilia?
–Himmm. –Hice un mohín inquieta en mi silla. –Puede ser...
–¿Y si hubo algo que lo molestó?
–¿Respecto a mí? –Margot asintió. –Pues no lo creo... –Me detuve a pensar unos instantes y fruncí el ceño instantáneamente. –¡Creo que sí puede haber un motivo Margot!
–¿Cuál? ¡Dime! –Insistió
–No estoy cien por ciento segura pero ese último día que estuvo en mi casa recibió una llamada y fue la excusa suficiente para irse lo más rápido de ahí. No sé, tal vez pudo haber sido ella.
–Mmmmm, entiendo. ¡Esto si es extraño!
El timbre de ingreso a clases nos alarmó de lo fuerte que se escuchaba incluso estando nuestro edificio tan lejos de donde se hallaba. Rápidamente recordé que Robert tenía clase cerca de nuestro curso, en segundo de bachillerato, el curso que quedaba a la subida de las escaleras.
–¡A Robert le toca clase ahora! –Dije emocionada pero a la vez temerosa.
–Bien, entonces parémonos y sentémonos cerca de las escaleras para ver su reacción.
–¡Ay, me da miedo!
–¡Ágatha, muévete y sígueme!
No tuve más opción que seguirla, no iba a quedarme ahí haciendo que toda la situación se volviera más obvia de lo que ya lo era.
–¿Entonces qué? ¿Nos quedaremos aquí hasta que él llegue y se percate de nuestra presencia? –Dije con tono irónico.
–Tú lo has dicho amiga.
–¡Ay, Margot! Mejor entremos al curso que también tenemos clases y ya ha de estar por llegar el profesor.
–Pero no ha llegado, así que te quedas aquí conmigo.
Musité un "ash" y me quedé ahí sentada a su lado, tenía los nervios encima y la incertidumbre de verlo me mataba por dentro. Margot era dura de persuadir y yo realmente no quería esperar a Robert, sentía mucha vergüenza mezclada con dolor y coraje. Además que no quería ver, cómo sería su trato hacia mi.
Me distraje por unos minutos en mi celular hasta que sentí la mano de Margot tocar mi hombro.–¡Ahí viene! Ya va a subir las escaleras.
–¡QUEEEEEÉ! ¡No! ¡No! ¡Yo no quiero! Mejor me voy.
–¡NO! ¡Tú de aquí no te mueves! –Me agarró del brazo reteniéndome lo suficiente para no tener escapatoria. –Demasiado tarde, ahí viene.
¡Joder! ¡¿Por qué?!
Apenas lo vi pisar el segundo escalón mi corazón empezó a temblar de la manera en que solo lo hacía cuando se trataba de Robert Downey Jr.
Traté de tranquilizarme pero me fue imposible al darme cuenta que él ya se había fijado en mi presencia, algo en su rostro cambió. Traté de ignorarlo y miré a cualquier punto fijo lejos de su mirada agobiante.
Cada vez se acercaba más a mí y sentía que sudaba frío.–¡Señoritas!
¡Oh, no! ¡Está aquí!
Me giré para verlo y lo hice totalmente ceñuda, estaba parado frente a nosotras, con tres escalones menos de diferencia.
Cargaba unos lentes y aún con aquellos puestos sentía su mirada penetrar en mi interior.¡Tranquilízate! No le demuestres tu nerviosismo, no dejes que te vea débil.
–Buenos días profesor. –Respondió con una amplia sonrisa mi amiga. –¿Va a dar clase?
–Sí, pero no ando con ánimos como para dar... –Sentí su mirada nuevamente en mi e intenté no verlo.
–Ay profe, entonces no les de clase, mejor qué le parece si se queda a conversar con nosotras.
¡¿Cómo se le ocurre decir semejante barbaridad?!
–Jajaja pues no es mala idea señorita Margot, pero eso es imposible, tengo que darle clase a esos muchachos que están bajísimos en la materia, incluso ya voy tarde.
–Entiendo, entonces vaya dé su clase.
¡Que no se vaya!
Murmuraba mi interior
–Bueno, a eso iré.
Robert siguió su camino y al fin pude respirar con normalidad.
–¿Ves que no fue tan difícil? –Enarcó su ceja derecha.
–¡Lo fue! –Suspiré –¿Qué te parece a ti si vamos al curso de una vez por todas?
–Ahora si vamos Aga. –Rió cómplice.
–Oye, no quiero que me hagas hacer otra vez lo mismo.
***
Tarde pero seguro (?
No olviden comentar ❤️❤️❤️ las leo.–DXWNEYAZALEA
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No temas a las Leyes de la Atracción.
Hayran KurguÁgatha Daddario conoce al muy buen "casi ético" profesor Robert Downey Jr en su último año de bachillerato, ambos descubren el placer y lo muy excitante que puede ser lo prohibido. Muchos dicen que polos opuestos se atraen y ellos no serán la excep...