CAPÍTULO 21 "¿DÓNDE ESTÁ OLIVER?"

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"Lo que no le cuentas a nadie, puedes contármelo a mí, y si tienes miedo, yo estaré aquí"

—Lana del rey.

Camile.

Desesperación...

Un toque de miedo con preocupación.

No sabía dónde estaba Oliver, me pareció increíble que tan solo unas horas antes yo había pasado un buen rato con él y ahora estaba desaparecido.

Iba camino a casa de Oliver, su madre me había llamado preocupada porque no encontraba a su hijo y hasta cierto punto yo también me preocupé.

Ya era tarde, pero aun así decidí ir, dejé una nota en la mesa, ya que mi mamá no me respondía las llamadas y en realidad no quería perder el tiempo, me subí a un taxi pues consideré que era la ruta más fácil y la más rápida, pues los autobuses no pasaban tan seguido y más siendo de noche y todavía no sabía moverme en el metro de Nueva York.

Traté de tranquilizarme cuando me subí al taxi, sentía un gran hueco en el estómago y una que otra lágrima recorría mi mejilla inconscientemente en tan solo pesar que algo malo le pudo haber pasado a Oliver aquella noche me hacía sentir impotencia y ansiedad por encontrarlo.

Saqué mi celular del bolsillo y volví a insistir.

Yo: Oliver en serio no es gracioso, comunícate conmigo por favor, estoy preocupada por ti. 

Mi mensaje no le llegó, así que volví a insistir marcándole a su celular. Este ni siquiera sonó cuando lo intenté, me mandó directo a buzón de voz.

Suspiré cansada, lo que más quería era llegar a casa de Oliver y encontrarlo. El camino se me hizo eterno, no veía en qué momento iba a llegar al edificio de Oliver. 

Cuando por fin llegué, pagué el taxi y este se fue, entré al edificio y en la recepción me encontré a Owen y Estela.

— ¿Camile? — preguntó Owen, pero yo apenas y llevaba cabeza para responder, solo volteé a verlos y moví la muñeca.

—Hola — apenas y pude gesticular — ¿No saben nada de Oliver? 

—Venimos a lo mismo — respondió Estela.

No supe qué más fue lo que empezaron a platicar, yo estaba tan preocupada e ida que no recuerdo qué fue lo que dijeron, lo siguiente que está en mi memoria es a nosotros 3 en el elevador y después en el piso de Oliver tocando la puerta.

«Oliver está bien, él está bien, tiene que estar bien» me repetía una y otra vez

—Chicos — la mamá de Oliver abrió la puerta — no hacía falta que vinieran.

Pasamos al departamento y fue ahí cuando mi mente empezó a agarrar onda de lo que estaba pasando.

—Nos preocupamos y decidimos venir — contestó Estela.

—Sí, Oliver es nuestro amigo y no lo vamos a dejar así, él tiene que parecer — completó Owen.

—Sí, también yo me preocupé demasiado y la verdad es que quiero ayudar a encontrarlo — hablé.

—Muchas gracias por venir y preocuparse por él — agradeció la mamá de Oliver con la voz en un hilo, la miré y pude percibir sus ojos rojos de llorar y su rostro me transmitía preocupación.

—No nos agradezca, si a alguno de nosotros nos pasara algo Oliver sería el primero en ir y ayudar, nosotros haremos lo mismo — dijo Owen — Okey, lo primero es que sus cosas están aquí ¿no? 

El chico de la bufanda grisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora