Camile.
Ese día, cuando llegué a mi casa, estaba feliz.
No puedo describir cómo me sentía, pero estaba verdaderamente alegre por ser la novia de Oliver.
Llegué a mi cuarto y dejé mis cosas en la puerta para recostarme boca arriba en mi cama. Sonreí y me toqué los labios, seguía sin creer lo que había hecho, pero es que Oliver provocaba tanto en mí, que sentía que había hecho lo correcto al aceptar ser su novia, sin contar los posibles problemas o enojos que eso pudiera ocasionar en el futuro.
Estaba pensando en él cuando mi celular vibró y era un mensaje de mi mamá diciéndome que iba a llegar a cenar, y si podía preparar la cena para las dos, a lo que respondí que sí.
Me levanté de mi cama dispuesta a preparar algo, aunque no sabía qué con exactitud, así que lo primero que hice fue una sopa de pan y ajo, una receta que mi papá me enseñó a preparar y que era de lo único que sabía hacer.
Mientras hacía la cena, me llegó un mensaje de Oliver.
Oliver: Hola, cariño.
Sonreí por el "cariño" me gustaba que me dijera así.
Yo: Holiii.
Oliver: Solo pasaba por aquí para decirte que te extraño.
Yo: Pero no tiene mucho que nos acabamos de ver en la escuela.
Oliver: Lo sé es raro, pero siento que ahora que somos novios quiero estar más cerca de ti.
Yo: Eres un romántico.
Oliver: ¿Eso es malo?
Yo: No, no, para nada, eso me gusta <3
Oliver: Y a mí me gustas tú.
Yo: Y a mí también me gustas tú.
Oliver: No sabes lo emocionante que es ver que tú me dices eso. Pero qué haces, tienes planes para mañana.
Yo: Ya sabes, lo que uno dice cuando se enamora de alguien. Estoy preparando la cena, mi mamá dijo que vendría a cenar y preparo algo rico. Y sí, tengo un plan para mañana y se llama terminar de adentrarnos en ese estudio, la lista aún no termina.
Oliver: Bueno, yo quiero de lo que sea que estés preparando y es lindo que tu mamá pase tiempo contigo. Y con respecto a lo de la lista ¿segura que quieres hacerlo? Es que en realidad siento que no quiero tener nuestra primera cita de novios en ese estudio feo y polvoriento, donde posiblemente termine llorando.
Yo: Segurísima, prometí que te ayudaría y no creas que, porque ya me dices cariño se me va a olvidar, además no me importa si nuestra primer cita termina así.
Oliver: Está bien "cariño" mañana te veo aquí, te quiero, cena rico y muchos besos.
Yo: Te veo mañana, descansa y trata de no desaparecer, descansa y todos esos besos duplicados por dos.
Oliver: Prometo no desaparecer (;
Solo reaccioné con un corazón a su último mensaje y seguí cocinando, probé la sopa y me estaba quedando muy buena.
Pasaron unos cuantos minutos y se oyó que abrieron la puerta.
—Camile, ya llegué.
—Estoy en la cocina — grité lavándome las manos.
Mi mamá se asomó por la puerta y suspiró.
—Ya estoy aquí.
—Hola, mami — me acerqué a ella y le dejé un beso en el cachete — ¿cómo te fue?
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El chico de la bufanda gris
Teen FictionCamile y Oliver, dos chicos que estudian en una escuela en Queens, un distrito de Nueva York, cada uno con diferentes sueños y diferentes formas de ver la vida, pero con algo en común... Una bufanda gris. ADVERTENCIA: ESTA HISTORIA ES SOLO UN BORRAD...