"Te amaré, si no tienes a nadie a quien amar. Y chica te adoraré, cuando no haya nadie a quien adorar"
—Big time rush.
Oliver.
Había entrado a la última clase, la cual compartía con Estela y Owen.
Solo era una entrega de calificaciones, pero no me pude concentrar en todo, por lo regular nos gustaba comparar nuestras notas entre nosotros tres, eso determinaba quién pagaba la comida de esa tarde o de ese mismo fin de semana, era algo que le metía un poco de juego a todo el semestre, era nuestra tradición como amigos, juego que en su momento también aplicamos con Jack, cuando era nuestro amigo.
En fin, Camile se había ido a casa y estaba preocupado por ella, había tenido una discusión con Lily y Jack en su última clase y eso la había dejado afectada. Decidió irse, ya que necesitaba relajarse y la verdad es que la entendía y respetaba que quisiera estar sola, pero eso no significa que no me preocupara por ella.
—Entonces ¿Quién va a pagar la comida de este fin de semana? — preguntó Estela, emocionada.
—Yo saqué nueve — respondió Owen.
—Yo ocho.
Estela me miró, pero no dije nada, no estaba concentrado en ella.
— ¡Oliver! — gritó haciendo que cerrara los ojos ante su voz chillona.
—No tienes por qué gritarme, estoy enfrente de ti — le reclamé apretando los labios.
—Pues no parece. Te estoy hablando.
—Perdón ¿Qué decías?
—Tu calificación.
—¿Qué tiene? — pregunté, no entendía nada.
—Cuál es tu calificación, para comparar quién fue el más bajo.
Parpadeé varias veces y negué con la cabeza, pasándome la mano por la cara.
—No lo sé, no me han mencionado.
—Sí lo hicieron — interrumpió Owen.
—¿Qué? — pregunté, volteándolo a ver.
—Que sí lo hicieron y sacaste siete. ¿Qué te pasa, Oliver?
—Nada — negué con la cabeza —Solo que estoy un poco preocupado por Camile.
—¿Por qué?
—Tuvo una discusión con Lily y Jack, no sé a ciencia cierta qué les dijo, pero fue algo fuerte porque se fue a casa y no quiso que la acompañara, ya pasó un tiempo y no me ha dicho que ya llegó, además de que encontramos un papel en su casillero —suspiré. —La están molestando y la verdad es que por más que le diga que no les haga caso sé que no es fácil hacerlo, además ella es una persona que complace a los demás y le importa mucho la percepción que tiene la gente de ella, tal vez esto la esté afectando de más y no quiero que se sienta mal.
—La molestan igual que a ti — susurró Estela.
—Sí. Solo que ahora ella es el blanco, yo solo recibo miradas, pero... no quiero que esto le afecte de más.
—No puedes hacer mucho.
—Lo sé, pero la verdad es que es muy feo saber que le hacen ese tipo de comentarios a la persona que más quieres y por tu culpa.
—No creo que sea tu culpa — dijo Owen.
—La molestan porque está conmigo — aclaré.
—Pero tú ya pasaste por esto, sabes que la escuela suele ser así, deja que se les pase.
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El chico de la bufanda gris
Teen FictionCamile y Oliver, dos chicos que estudian en una escuela en Queens, un distrito de Nueva York, cada uno con diferentes sueños y diferentes formas de ver la vida, pero con algo en común... Una bufanda gris. ADVERTENCIA: ESTA HISTORIA ES SOLO UN BORRAD...