Cap 17

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Lisa.

__Sra. Kim He empacado algo de lencería y algunos vestidos. Esta pequeña maleta tiene tus joyas —Asentí con la cabeza a Ha-na, una mujer que ayuda a Sana y ahora vino a ayudarme a empacar—. Puedo darte un baño si quieres...

—No —La corté preguntándome qué tipo de servicios se supone que oferta.

—Sra. Kim... has recibido estas maletas —uno de los miembros del personal vino a mencionar el suceso entrando a mi habitación y no me importaba quién me estaba mirando cuando lo que me importó fue correr hacia mi maleta. Fue como si estuviera viviendo un pequeño momento que me decía que la vida no solía ser tan sofocante.

—Ha-na... —Susurré y ella se inclinó un poco antes de salir. Todavía no podía comprender por qué se inclinaban.

Abrí mi maleta y acerqué mi ropa a mí inhalando profundamente. Extraño corea, mis hermanas y todas esas ocasiones en las que solía pensar que tengo mucho que hacer. Porque ahora me siento estática... Recordé cada maldición de taehyung llamándome buscador de fortuna o desventurada. Mis cosas gritaban que yo no era el indicado. Si incluso ahora salgo de aquí, podría ganarme la vida, volver a mi casa o dominar el mundo. Estas eran las cosas que me decían que no soy alguien que tenga miedo de trabajar duro.

—Sra. Kim... —Alguien llamó a la puerta de nuevo.

Fui a la puerta y encontré a otra mujer del personal de pie.

—Tu celular —miré hacia abajo para notar mi celular. Recibí mi teléfono y fue como obtener una parte de mi libertad. Lo encendí y saqué el cargador de mi maleta. Abrí el aparato y estaba a punto de revisar los mensajes cuando recibí una llamada del Sr. Kim. (Mayor)

__Hola, Lisa, ¿cómo estás,? —Su tono alegre me tomó por sorpresa.

—Señor. Kim —Mi tono tiene el elemento de sorpresa dado que nuestro último encuentro no terminó bien.

—Mira, sé que me excedí ese día, pero dime cómo se supone que debo tratarte como a una familia, cuando no estás haciendo las cosas para las que te contraté —Puse los ojos en blanco y agarré el jarrón colocado cerca de la pared.

—Señor. Kim —Dije de nuevo, pero me cortaron.

—Llámame papá... —y eso realmente me hirvió la sangre.

—¿Un papá que es solo mi papá hasta que yo haga lo que quiere?

—Por supuesto, mira, soy consciente de que desde los últimos días tienes a mi hijo envuelto en tu dedo. Yo supongo que puedes pasar día por medio en su cama, y estará bien de esa forma. Mira, sabía que podrías arreglártelas, pero si ese día te hubiera apoyado... todo iba a colapsar... pero está bien, entiendo que la gente de tu edad es impulsada principalmente por las emociones y no... —Tragué saliva.

—¿Te das cuenta de que me has mantenido en la oscuridad...?, tú y tu hijo me atraparon... pero hay una cosa de la que no estoy segura ... —Caminé hacia la terraza y miré la vegetación con un corazón muy triste— ... ¿No puedo entender por qué hiciste esto?, sabes que las cosas podrían ser mucho más fáciles sí... me hubieses dicho el motivo del por qué iba a estar aquí.

—¿Por qué crees que estás Allí? —Preguntó de vuelta.

Esto hizo que se me llenaran los ojos de lágrimas.

—¿Interpretar a su esposa perfecta y, dejar que el mundo entero piense que él puede ser un hombre de familia?

Entrecerré los ojos cuando encontré al Sr. Lucca riendo con fuerza.

—¡Oh  hija!, no sé si lo había mencionado o no, pero que no importa lo que alguien diga... deja eso... no... no estás aquí para demostrar nada a nadie. Estás aquí solo por mi hijo. Quiero que le dejes ver lo que es la vida...

—¿No crees que esa era tu responsabilidad? —No pude evitar el sarcasmo en mi voz.

—Lo he convertido en algo muy fuerte. Pero ahora quiero que las cosas cambien... y cuando los hijos crecen un poco de la edad de mi hijo... los padres no pueden hacer nada más que una mujer... una mujer puede hacer... Necesitaba a alguien paciente este trabajo. Entonces, ya puedes ver que de hecho es un trabajo. No me importa si ahora quieres dejar este trabajo o no... puedes intentarlo... pero no creo que ahora mi hijo te deje ir... así que, si puedes hacer que él esté de acuerdo, eres libre de irte... pero hasta entonces se supone que debes llamarme papá —Esto literalmente me hizo tirar de mi cabello.

—A veces tienes que ganarte el título. Y la persona a la que solía llamar papá era alguien que ni siquiera pude compararse a ti —Corté la llamada con esto, porque estaba muy cerca de maldecirlo.

Regresé a la habitación y me di una ducha. Mis brazos estuvieron doloridos masajeándolo durante horas. Salí y usé el intercomunicador para pedir un té relajante muscular. Tenía puesta la bata que anudé con fuerza en la parte delantera.

Tampoco podía descansar a su lado, porque entumecer mis piernas debajo de él también era una verdadera tortura. Así que hoy no tenía tiempo para dormir porque me pidieron que lo siguiera a algún lugar fuera de esta habitación.

Me pregunto por qué tiene que ser tan difícil para las mujeres. Me acosté en la cama con las piernas colgando del borde. Cerré los ojos recordando su maldición e insultos. Había pensado en tener un marido y creí que sería como tener una familia real, pero aquí me sentía usada. Como si no fuera más que un placer.

—¿Pensando en mí? —Abrí los ojos y me levanté con un grito ahogado, pero sus dedos tocando mi muslo fue suficiente para detenerme. Aparentemente, mi bata no cubría mis muslos, ya que estaba deslizada hacia un lado.

Bajé la cara mientras me ponía el pelo detrás de la oreja.

—Me prepararé... —dije y traté de levantarme, pero su mano en mi brazo me mantuvo en mi lugar.

—Está bien... tenemos un avión... y empleados que deberían esperar...

—¿Quieres algo? —Miré hacia arriba por un segundo, pero al encontrarme con su mirada oscura me desconcertó.

—Tu boca... ... —Esto me hizo mirarlo.

Miré hacia abajo para notar cómo estaba creciendo detrás de sus pantalones.






CRUEL  (Taelice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora