CRUEL (Taelice)

Cap 32

Y eso fue muy fácil. No he pensado mucho en esta idea, pero yo siempre estaba dispuesta a ayudar, nunca nadie me mantuvo.

—Señor… ¿Quería preguntar algo en específico? ¿Puedo Estar con mis hermanas ?… —No esperé su permiso para dejarme hablar y pregunté de todos modos.

Me dio una mirada dura durante unos segundos antes de estallar en una carcajada.

—¿Tus hermanas? ¿quieres que las mantenga tambien? —Se rio más fuerte haciendo que un anciano que estaba cerca también se burlara—

_.¿ yo puedo trabajar si quieres..?

_ ¿Por qué no eres una sirvienta en mi casa? De esta manera no tendré que enfrentar la humildad de mi esposa haciendo el trabajo de otra persona —Dijo y, negándome a lastimarme, le respondí:

—Bien… aceptaré este trabajo…

—¡No te atreves a faltarme el respeto! —Golpeó la mesa haciéndome saltar—. Estás destinada a estar en esta hermosa jaula. No puedo permitir que recuperes tu autoestima —Levantando el dedo en un tono de advertencia, enfureció—. Recibirás lo que te doy. ¿Me entiendes? Y del tema de tus hermanas aqui acaba —Su voz se estaba volviendo más espeluznante y no me atrevía a mirar a los ojos a las personas que nos rodeaban.

Poco después nos fuimos a casa, pero un gran nudo en el cuello me atravesaba el alma. No pude evitar recordar los días en que no estaba casada con él. Si tuviera alguna idea de lo que será este hombre, Taehyung, lo habría intentado con uñas y dientes para evitar este vínculo.

—¿Estás loca? —volvió a preguntar, pero me negué a mirar en su camino —Estaba recostado en su asiento y yo ardía bajo su mirada. Tragué saliva, la dolorosa bola de emociones en mi garganta cuando él rozó sus dedos en mi brazo me hizo estremecer—. Tendrás suficiente incluso si decido dejarte… entonces, ¿por qué hacer este drama de hacer un trabajo para demostrar que eres una persona trabajadora? —Tomó su mano para sostener mi barbilla—. Será mejor que seas bueno en un trabajo. Y, ya sabes que… —Sus sugerentes dedos en mi rostro eran una prueba de que él no piensa en mí más que en un objeto y yo me niego a ser algo así. Nadie podría vivir una vida así. Y yo no era la excepción.

Lo miré para notar una especie de orgullo. Pero lo había decidido. Buscaré trabajo pase lo que pase. Nunca dependeré de esta persona por un solo centavo. Y no dejare a mis hermanas.

Entramos a la casa y nos dimos cuenta de que Sana vestía un vestido marrón muy revelador. Sus piernas estaban a la vista y cuando se paró al vernos venir, noté que su vestido apenas cubría nada. Mis ojos volvieron a los de Taehyung a la velocidad de la luz y él realmente la estaba mirando.

—Bienvenidos de nuevo, Sr. y Sra. Kim —Sana intervino.

—¿Qué llevas puesto? —Me detuve mirando a Taehyung y esperaba que le dijera algo sobre su atuendo.

—Bienvenida de nuevo, Sana —respondió con indiferencia a lo que estaba señalando. Pero luego su sonrisa y los ojos que le ofreció a Sana comenzaron a aclararme todo. No sé por qué me lastimé. Yo no quería hacerlo. Pero fui agraviada. No era yo. No me lo merecía. No… no está cosa. Di dos pasos hacia atrás e intenté con todas mis fuerzas dar pasos más largos.   

Un hipo solo se me escapó de la boca cuando pasé por su estudio para llegar a su habitación. Quería gritar para disipar este sentimiento en mi pecho, pero no pude. En cambio, solo una lágrima solitaria cayó de mis ojos.

No sé si esperaba que me siguiera. Solo me di cuenta cuando ni siquiera regresó después de horas. Y esta vez supe exactamente por qué. Las mujeres que deambulaban por esta casa no eran solo para sus invitados. Ahora sabía lo que era esta casa. Esta casa fue construida para su placer y nunca me ha tratado de manera diferente. Y ahora me siento estúpida. Debería haberlo reconocido todo hace mucho tiempo. La lujuria en sus ojos y la codicia en su voz siempre me gritaban qué tipo de persona era.