Cap 23

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Lisa

Habían pasado tres días desde que volvimos de ese viaje. Intentaba dormir lo que me faltaba o me aseguraba de tomar una taza de café antes de que él llegara. Sólo tenía cinco vestidos que había colocado en una esquina con mis zapatos debajo, y algunas joyas en el espejo del tocador. Todavía no había visto todo el lugar y ni siquiera tenía ganas. Me apeteció salir al césped a pasear por aire fresco.

El Sr. Kim me llamó dos veces. Primero, para preguntarme por mi estado y yo por mis hermanas.. tengo que hablar con Taehyung sobre ese tema, espero y me escuche, segundo para decirme que estaba decepcionado por haber dejado mi coche en algún lugar donde los problemas llegaran fáciles. Más tarde, él fue informado por alguien, que yo no había conducido hasta ese lugar desierto, que no había sido mi error, y llamó de vuelta para decir que no supo esto antes. Me pregunto por qué estaba recibiendo sus llamadas todavía.

Me levanté y terminé de bañarme. Había llamado para que trajeran mi desayuno antes de meterme a la ducha y sabía que no demorarían nada para que estuviesen aquí. Pero en lugar de eso, escuché el teléfono fijo. Salí de la habitación de Taehyung para pasar el pequeño espacio que hay entre su habitación y el estudio, y me dirigí a su mesa para recibir la llamada.

—Hola...

—Hola, cariño, hoy voy a cenar fuera. Quiero que me acompañes. Entonces, ¿estás lista a las siete en punto? Pero... no quiero que mires mi comida. Así que asegúrate de comer bien antes de salir —Por supuesto, él me lo había dicho muchas veces, no ve a las mujeres como yo que atrapan a los hombres por el estatus, comiendo a su lado. Según él, yo jugaba sucio.

Él solo sabe gritar y quejarse.

—Lo haré —susurré y me pregunté si lo había hecho todo para vengarse de mí por haber recibido el dinero. Porque aunque este fuera el caso, ya estaba harta de sus berrinches.

Terminando con mi comida fui a arreglarme. Elegí ponerme un vestido blanco y lo combiné con mis colgantes de plata. El mismo que llevé en mi boda. Mantuve mi maquillaje ligero y acomodé mi cabello rizado y rebelde en sus formas naturales me negé alisarlo. Estaba cansada de alisarlo todos los días y sabía que también me quedaban bien.

Todavía quedaba una hora y media cuando sentí que llamaban a mi puerta. Al abrir la puerta, me encontré con una mujer con un vestido muy exquisito. Y, supe que mi cara decía "¿qué demonios?"

—Sra. Kim —La mujer comenzó con una voz muy suave y falsa. Recordé que era la misma mujer que encontré en este lugar en mi primer día detrás de un bar.

—¿Sí? —pregunté y, me dije a mi misma el por qué vagaban por la casa con esos vestidos tan cortos. ¿No podían seguir al resto del personal y seguir el uniforme? Quiero decir que sería mucho mejor.

—Los invitados del Sr. Kim están aquí... ¿puede decir quién debe ir para servirlos?

—¿Qué? —No pude entender lo que me pedía.

—Sana solía decir quiénes irían... pero en su ausencia, creo que deberías hacerlo tú.

—Yo... no conozco a ningún personal de aquí en persona... ¿quién crees que debería? —Pregunté saliendo para llegar a los invitados.

__Puedo ir yo y mi amigo...

—¿A cuántas personas quieren atender ? ¿serán suficiente? — Pregunté.

Son tres así que... —Ella se interrumpió.

—¿Quiénes son estos invitados? Quiero decir, ¿son sus amigos? ¿Socios?

—¿Sra. Kim?... está descalza —La mujer me señaló haciendo que me mirara los pies.

—¡Oh! —susurré—. Bien... ve tú... asegúrate de servirles. Pregúntales qué les gustaría tener en la cena.

—Claro —me dedicó una sonrisa muy dulce que realmente me incomodó por algunas razones.

Subí a ponerme uno de mis tacones y me miré en el espejo antes de bajar. Bajé las escaleras y sólo encontré la sala de estar de la entrada vacía. La última vez su amigo le estaba esperando aquí. Así que no lo sabía. Entré en la zona de atrás de nuevo para notar el área bien iluminada a diferencia de mis últimas veces aquí. Pero aún así, el lugar estaba vacío.

Encontre a una mujer

—¿Dónde están los invitados del Sr. Kim? —Pregunté, pero obtuve una expresión de aburrimiento por parte de la mujer.

—En el ala sur... primer piso.

—Gracias —Respondí antes de alejarme y pasar más adelante por los pasillos para llegar al ala sur. Estaba a punto de subir las escaleras cuando me encontré con el mayordomo.

—¿Sra. Kim? —me preguntó Mayordomo

—¿Sí? —respondí-

—¿A dónde va? —Preguntó y parecía inseguro.

—A ver a los invitados —Le contesté y subí las escaleras hasta el primer piso y fue entonces cuando los oí parlotear.

Tomé un largo respiro antes de poner una enorme sonrisa en mi cara pero en el momento en que mis ojos se dirigieron a la zona de estar del primer piso, mi cara fue de horror. Vi a dos hombres más o menos de la edad de mi marido tumbados con las camisas casi desabrochadas, y con la mujer en el regazo.

—Ella es de la que hablaba —Habló uno de ellos.

—¡Valla! Está muy buena —Dijo el otro haciéndome mirar a la mujer que vino a hablarme de estos invitados.

Son los invitados del señor Kim —Me quedé sin aliento antes de responder y se rió mirando de nuevo al invitado que se movía bajo ella. Y, en el momento en que mis ojos se posaron en la tensión detrás de los pantalones de esa persona tuve que decir

—Les pido que abandonen esta propiedad inmediatamente... —No grité, pero mi voz fue efectivamente clara.

—¿Quién es ella para hablar así? —Dijo uno de ellos.

Estaba literalmente temblando al hacerlo pero estaba segura de que era más por la ira. Las dos mujeres se quedaron perplejas mientras me miraban. Y, el otro hombre nuevo tenía furia en su rostro.

—Nada especial... he oído que se Metio con el señor Taehyung por su dinero. —Las palabras de la rubia fueron suficientes para quemarme.

—¡Eso no es asunto tuyo! ¡Y, tú también te verás fuera en este instante! —Le dije a esa mujer, pero grité al sentir un par de manos alrededor mío.

—Me gusta tu pelo —Sólo pude girar la cabeza para encontrar un par de ojos marrones que me miraban fijamente. Y, lo único que estaba haciendo era zafarme de su férreo agarre a mi alrededor.

—¡Déjame! —grité, pero en el momento en que sentí que ese tipo se frotaba detrás de mí, grité más fuerte—: ¡aah ayuda!

Le arañé las manos cuando vino a sujetarme el pecho.





Le arañé las manos cuando vino a sujetarme el pecho

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CRUEL  (Taelice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora