Don't fuck with dad

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Los partidos amistosos quizás eran de las cosas con menor hostilidad en todo el deporte que amaba, no había presión por perder o ganar, sin el bullicio de miles de personas apoyando a sus respectivos equipos, los partidos amistosos eran de las cosas que más paz conseguía transmitir al casi siempre intranquilo cuerpo del argentino.

Desde que tiene memoria le han dicho que México es un rival problemático, no es imposible de derrotar más sin embargo si la selección tricolor se lo proponía podía ser un dolor de cabeza para cualquier selección que los subestimara, Lionel se repetía que no debía de caer en el mismo error pese a ver la seriedad con la que los mexicanos se tomaban algunas cosas, nunca terminaría de entenderlos, ni a ellos ni a su suerte.

—Eu, Leo, ya va a comenzar el partido. —Julián Álvarez fue quien sacó al Omega de sus pensamientos.

—Sí, ya voy, ya voy.

Se dirigieron trotando hacia donde se encontraba el resto del equipo, casi al otro lado de la cancha los mexicanos iban haciendo acto de presencia. Lucían tan imponentes y Lionel se preguntaba si realmente los rumores sobre su selección eran ciertos.

Ambos equipos eran conformados en su mayoría por Alfas y Betas, con alguna que otra excepción: Messi mientras que Julián eran de los Alfas más jóvenes que jugaban para la selección de América del Sur aunque ante el público ni parecía serlo, mismo caso con México aunque, como siempre, ellos eran mucho más engañosos a simple vista.

Los capitanes fueron convocados, Lionel se acercó junto a el capitán de la selección mexicana; recordaba haberlo visto antes, en otro mundial tal vez, inclusive en las noticas pues Guillermo Ochoa siempre ha dado de qué hablar y no solo en su país de origen. Él era problemático en la cancha, confuso y algunos podrían tacharlo de arisco debido a la seriedad que demostraba en todos sus partidos pero el Omega no veía tales cosas en él, no lo había tratado más allá de unas palabras de cortesía y aún así le eran suficientes para saber que no era una mala persona.

Solo era apasionado por lo que hacía, igual que todos los que estaban en la cancha y eso era suficiente para hacerse respetar entre su equipo y otros.

[. . . ]

El partido transcurrió con naturalidad, en varias ocasiones ambos equipos estando a punto de anotar más ninguno lo consiguió al final del día, quedando en un 0-0, nadie lucía inconforme con ese resultado.

No hubieron roces entre todo ese partido sino hasta el final, uno de los Alfas de la selección argentina se había barrido para llevarse con él a un Omega mexicano de nombre Kevin Álvarez, ninguno se vio aparentemente molesto y por eso es que Messi no se acercó pues se percibía algo diferente del guardameta de México y de no ser porque es un Beta probablemente se habría sentido en el ambiente un aroma en señal de descontento.

Esto Lionel no lo dejó pasar por alto.

Pudo seguir analizando más esa reacción del hombre rizado pero la poco delicada intervención de uno de sus compañeros le sacó de su trance. Bueno, al parecer Lautaro no pudo mantener la boca cerrada y habrá soltado algún comentario que molestó al Omega que anteriormente había derribado quien no se quedó callado y decidió caer en ese juego que bien sabían todos, no terminaría bien si no intervenían.

Messi se apresuró a llegar a donde ellos pero no a tiempo pues Martínez ya había empujado lo suficientemente fuerte al Omega, casi mandándole al suelo de no ser porque se apoyó en un fornido pecho de un Beta más que enojado quien primero se aseguró de resguardar a Kevin detrás suyo para luego él mismo encarar al Alfa que había estado molestando a su compañero, devolviéndole un empujón igual o más fuerte.

KevinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora