Volver a enfrentar la paternidad no fue sencillo, ninguno de ellos la había experimentado desde cero y si bien esas nuevas experiencias les emocionaban, también les complicaron otras cosas.
Pese a su prematuro nacimiento, los trillizos lograron superarlo sin demasiada dificultad como la tenían previsto e inclusive, saliendo de las incubadoras un par de días antes brindándole paz a la pareja.
Su hogar ya estaba adaptado para la llegada de los bebés, su mudanza llegaría cuando estos tuvieran un par de meses más pero por ahora los dejarían dormir entre ellos o ese era el plan.
El primer inconveniente llegó cuando Guillermo no pudo dormir en las noches, no queriendo aplastar a sus pequeños cachorros o asfixiarlos se mantuvo en la orilla de la cama sin pegar el ojo, ¿y si algo les sucedía mientras dormía? No iba a permitir algo así y apenas veía a sus pequeños inquietos por el hambre, reaccionaba y decidía despertar a su Omega de manera dulce para que los alimentara.
Aunque sus hijos los confundieron en más de una ocasión.
Mientras el argentino alimentaba a Lucciana y a Thiago, Guillermo mantenía en brazos a Ciro quien ya se mostraba inquieto por el hambre y el Alfa no encontraba muchas salidas más que seguirlo apegando a su pecho descubierto por su camisa abierta, intentando arrullarlo.
Uno, dos...
—¡Ah! Hijo de la chingada... —Gruñó un exaltado Ochoa, aunque no fue doloroso como tal dado que el bebé no contaba con dientes pero lo tomó por sorpresa y él era de pezones sensibles.
—No le digas así. —Reprendió Messi de inmediato aunque comprendiendo la situación. —Necesito conseguir un extractor de leche, no me siento bien dándole pecho a dos y que otro esté inquieto.
El mayor escuchaba atentamente mientras sobaba con delicadeza la zona que Ciro había mordido; asintió con cierta resignación.
—Mañana buscaremos uno. —Accedió volviendo a arrullar al cachorro.
—Por favor. —Dirigió su mirada a los bebés que mantenía prendidos a sus pechos. —No entiendo, comen y comen y nunca las dejan secas. —Escuchó la risita de su Alfa y frunció su ceño. —No es divertido, me tengo que cambiar de ropa como tres veces al día porque la leche sigue chorreando o empieza a hacerlo de la nada.
—Puedo ayudarte con eso si gustas.
—No le vas a quitar su leche a los cachorros, Guillermo.
—Era solo una sugerencia...
—Ya, Luci terminó, dame a Ciro.
Pero aquella idea nunca abandonó la cabeza de la pareja y en más de una ocasión Messi terminó con la boca de su Alfa alrededor de su rosáceo pezón, succionando con fuerza y terminando por halagar la rica leche que el menor producía. Siempre diciéndole que era un Omega tan bueno para su Alfa y sus cachorros.
Aunque el pequeño martirio no terminó ahí, Guillermo llegó a sugerir que él dormiría por separado de sus hijos y su pareja porque seguía sin descansar con tranquilidad pero Lionel no lo dejó.
El Omega sabía que no podría estar con sus cachorros tanto como desearía, su baja por maternidad no duraría para siempre y aunque consideró retirarse, todavía sentía que podía darle más a juego que tanto amaba. Por eso buscaba que cada momento junto a su familia fuera especial.
Y no conseguiría muchos si su Alfa se negaba a dormir con ellos.
—Guille, todos menos vos sabemos que nunca les harías daño. —Buscó calmar.
Los bebés estaban en una cuna compartida, ahí los dejaban dormir durante el día salvo cuando decidían ir al gimnasio de aquella casa y los mantenían en un moisés cerca de ellos. Messi aún no podía hacer demasiados esfuerzos pero después de casi dos meses el doctor le dijo que podía retomar la actividad física poco a poco.
ESTÁS LEYENDO
Kevin
Fanfiction•͈ ┈─ How can we not talk about family when family's all that we got? Guillermo es un hombre solitario, con un único brillo en su vida el cual no cambiaría por nada en ella. Su razón de ser y esforzarse fue lo mismo que lo privó de d...