Lionel sentía que iba a vomitar, Guillermo que su cabeza iba a estallar; cuando pensaban su día no podía ser más caótico la llamada de Javier los alivió y al mismo tiempo los hizo enojarse aún más, porque, ¿en qué diablos pensaban sus amigos al decirle a sus hijos que no les contestaran? Parecía que no había ni un solo adulto entre todos ellos.
No tardaron en llegar, Javier los había citado a otra condenada plaza pero esta estaba casi vacía irónicamente, quizás era por estar casi a las afueras y porque no muchos querrían estar debajo del sofocante calor que la bonita Chiapas les brindaba.
Apenas vieron a sus metiches amigos un golpe, o bueno, el intento de uno fue con lo que Memo saludó a sus dos compañeros de selección apenas los vio; ciertamente no iba con esa intención y por eso ni se esforzó en dárselos, pero el Alfa cargaba con una mezcla de emociones tan intensa que ya ni se molestaba en tomar los inhibidores de su olor, estaba tan encabronado como angustiado y agotado, difícilmente podía seguir de pie.
Eso sus paisanos lo notaron, pero antes de hacer algo el más alto los abrazó con fuerza, con miedo de caer. —Perdón... —De nuevo, la mala costumbre de Ochoa de disculparse por todo.
—No es con nosotros con quien te tienes que disculpar. —Respondió Andrés acariciando su espalda. —Ahora déjate de chingaderas y ve con tus hijos, nosotros los dejamos.
Guillermo se separó de ellos y buscó con su mirada a los Omegas, estaban a pocos pasos suyos junto con Julián pero estos no miraban a su padre, ninguno lo hacía; Lionel suspiró, sabía lo que tenía que hacer por lo que fue con el Alfa y tomó su mano.
—Déjame hablar con ellos primero, Guille... —Pidió suavemente. —Solo con Kevin y Diego, por favor.
—¿Quieres que yo hable con Julián? —Preguntó mientras asentía.
—Por favor.
El Omega fue el primero en ir con ellos, abrazándolos y alegrándose de verles casi bien pero la mirada molesta hacia los cachorros fue inevitable, pero un paso a la vez. —Andá con él, Julián, en un rato hablaremos los cinco... y luego le daré de piñas a sus tíos.
—Voy... —Susurró el joven Alfa para ir con su casi otro padre.
Messi suspiró y volvió a abrazar a los dos Omegas, liberando algo de su olor para ver si lograba calmarlos un poco. —¿Cómo están? —Preguntó aún teniéndolos entre sus brazos.
Los menores se aferraban a él buscando ese suave aroma al que ya se habían acostumbrado, les estaba ayudando a relajarse poco a poco. —Messi... —Kevin sollozó, ellos también eran un cúmulo de sentimientos ahora mismo.
—Ya, ya, mis niños, todo está bien. —Aseguró en un murmullo. —Todo está bien ahora que estamos con ustedes, y vemos que están bien, a salvo.
—Papá nos odia... —Dijo un tembloroso Diego.
—No, no digan eso, nunca. —Cortó de inmediato el mayor. —Escúchenme bien los dos, su padre no los odia, él jamás podría odiarlos, solo estaba enojado y preocupado por ustedes.
—Su voz... no la habíamos escuchado nunca, está tan enojado que nos gritó así.
—Estuvo bastante mal que reaccionara así, lo sé... pero ustedes no le dieron los mejores motivos para mantenerlo tranquilo. —Ahora venía la parte complicada, se separó un poco de los cachorros para poder verlos a ambos. —Lo que los tres hicieron estuvo demasiado mal, no son nenes de quince años como para que sus padres estén detrás suyo, ¿y si algo les hubiera sucedido estando aquí o en otro lugar lejos?
—Lo sabemos...
—Y lo supieron demasiado tarde, pero lo bueno es que están bien, los llevaremos con un doctor después de todo esto, ahora traten de relajarse, no me iré de su lado.
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Kevin
Fanfiction•͈ ┈─ How can we not talk about family when family's all that we got? Guillermo es un hombre solitario, con un único brillo en su vida el cual no cambiaría por nada en ella. Su razón de ser y esforzarse fue lo mismo que lo privó de d...