Cuando Guillermo supo que sus hijos eran Omegas supo que su vida podría estar aún más jodida de lo que había anticipado.
Desde que se enteró, más pánico del usual lo invadió y por un año no hubo día en que no se inyectara de los supresores más fuertes que encontró en la farmacia así como tampoco faltaron los inhibidores para su olor, todo para no incomodar a sus cachorros que apenas iban descubriendo ese nuevo mundo para el cual sentía, no los había preparado lo suficiente.
Se desmayó más de una vez a causa de esos medicamentos.
El rizado sin saber mucho de aquello solamente restringió lo más que pudo a su propio Alfa, el resultado es una historia ya conocida.
Y cuando supo que uno de sus niños estaba interesado en un Alfa estuvo a nada de prohibirle todo contacto con los de la casta superior hasta que fuese mayor de edad; sin poder asimilar la idea de que él necesitara o quisiera otro Alfa que no fuera su padre...
Oh, pero la cereza del pastel llegó en el momento en el que vio a su cachorro, a su bebé, con una llamativa marca, una que mostraba con un orgullo que solo un Omega completamente enamorado haría.
Guillermo casi mató a Edson ese día.
[ ... ]
Abril, 2024
Lionel podía jurar que el aroma de su Alfa era aún más cambiante que su humor, aunque la mayoría del tiempo era moderado habían momentos en los que este se disparaba como si estuviese molesto o triste, y sin saber si aquello se le podría atribuir a su desajuste hormonal, no dejaba de preocuparse.
Sabía de sobra, gracias a la marca, que Guillermo no estaba triste o molesto, seguía siendo el mismo romántico y patán Alfa que tanto lo volvía loco, por ende no entendía por qué tenía esas cúspides en sus feromonas y Messi no dejaba de preguntarse a qué se debía esto.
Eso o el mexicano era realmente bueno escondiéndole las cosas, lo único que Guillermo nunca ha podido hacer ha sido mentirle, la culpa era tan palpable gracias a su lazo que el Omega quería reírse por ello, tardó un poco en descubrirlo pero vaya que funcionaba.
Ahora su esposo estaba con Lucciana, la pequeña colocándole pequeñas pincitas en esos hermosos rizos e intentando peinarlos con cuidado, el Omega viendo con adoración la escena no pudo evitar tomarles una foto antes de acercárseles.
—Luci te peina mejor que vos mismo, Guille. —Comentó divertido al estar cerca suyo, acarició la cabeza de su pequeña que seguía enfocada en su trabajo.
—¿Papi te gusta? —Pregunta la menor al Omega, este se agachó hasta quedar a su altura y besar su mejilla.
—Me encanta, mi vida, hacés que tu papi se vea con más facha. —La niña le sonrió y dio por concluido su trabajo, alejándose del Alfa para ver su obra maestra.
—Estuvo como media hora decidiéndose entre pinzas rosas o verdes o amarillas y terminó combinándolas todas... —Reprochó mientras modelaba su peinado.
—Se oye a que sufrís mucho, mi amor. —Bromeó el argentino.
Lucciana terminó de guardar sus pequeños juguetes para el cabello y se apartó, probablemente iría a su cuarto o a buscar a sus otros dos hermanos, Guillermo se levantó de su lugar y se estiró un poco, se pasó casi una hora con las piernas entumidas en el suelo.
—Guille, vivís en una mansión y vos te sentás en el piso.
—Tenía calor. —Se excusó buscando un espejo, al ver su reflejo sonrió, amaba tanto a su pequeña.
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Kevin
Fanfiction•͈ ┈─ How can we not talk about family when family's all that we got? Guillermo es un hombre solitario, con un único brillo en su vida el cual no cambiaría por nada en ella. Su razón de ser y esforzarse fue lo mismo que lo privó de d...