The horses are coming so you better run

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En alguna otra parte de la Ciudad de México se encontraban algunos miembros de la selección bicolor en la habitación de un hotel, y entre tantas cosas que pudieron haberse puesto a ver o hacer, eligieron ver un "100 mexicanos dijeron", sin entender mitad de las cosas que mencionaban pero era divertido ver sus reacciones.

—Daaaaale, ¿qué chota es un pozole? —Dybala parecía bastante indignado, mientras que uno de sus compañeros le mostraba una foto que había buscado en internet, eso calentó más al otro. —¿¡Sopa!?

—Vos decís eso frente a un mexicano y te van a re funar, boludo. —Di María estaba bastante divertido al ver al joven Beta gritándole a un programa de televisión mexicano. —No es una sopa, me parece, pero sí tiene la pinta de una.

Siguieron viendo aquel programa entre risas y más reclamos de parte de Paulo, sin embargo había uno de ellos que no se sentía conforme, estaba inquieto y eso su aroma lo delataba, los demás jugadores ya no pudieron seguir ignorándolo.

—Che, Julián, ¿todo bien? Estás apestando toda la pieza. —Lautaro le preguntó mientras buscaba el control de la calefacción de ese lugar, o un maldito ventilador.

—No.

—Bueno no nos digas tantas cosas, eh.

—¿Alguno sabe para dónde tiró Messi? —La angustia en la voz del menor era evidente, y cómo no serlo cuando le tenía un aprecio tan grande al Omega.

—No, pero el chico con el que Lautaro se calentó nos dijo que se quedaría un rato en la cancha, así que decidimos regresar.

—¿¡Y le creyeron a un niño!?

—Vos también sos un niño, ¿qué te preocupa tanto? Es Messi, el Omega más arisco que he conocido en la vida. —Enzo si bien compartía la misma preocupación por Lionel, él intentaba confiar en que sabría qué hacer. —Probablemente ya venga camino al hotel, ¿para qué se quedaría hasta el final con el arquero de México además? —Todos lo miraron como si ni siquiera supiera en qué continente se encontraba. —¿Qué?

—No me vengas con boludeces, Enzo, Lionel podría estar perdido ahora mismo en una ciudad más grande que Qatar por haberse quedado a hablar con un portero que se ve que trae severos problemas de ira, ¡no me estés jodiendo! —Julián se levantó de su lugar para buscar su teléfono. —¿Cómo se llama el niño que les mintió en la cara?

—Ese niño que por cierto es mayor que vos se llama Kevin, ¿qué pretendes hacer?

—Nada, solo díganme si alguien tiene su número. —Todos negaron. —Los odio con toda mi alma.

Claro que, ellos sabían que no era cierto pero cuando Álvarez se alteraba era mejor no llevarle la contraria.

—Tengo el de uno de sus amigos, por si te sirve. —Mencionó Dybala.

—¿Cómo por...?

—Un quilombo que nadie necesita saber.

—Dámelo. —Pidió Julián, segundos después estaría marcándole. —¿Cómo dices que se llama tu amigo?

—Diego.

[ ... ]

En algún puesto de tortas estaban dos jóvenes Omegas disfrutando de su comida de compensación debido al partido, acompañada claro de un boing.

—Debería de ser delito que me interrumpan cuando voy a comer. —Masculló el de cabello más largo al ver su teléfono. —Desconocido, ¿crees que sean los de Movistar?

—Esos weyes nunca se rinden.

—No reconozco el número. ¿Contesto?

—Haz lo que se te de la gana pero rápido, la torta se te va a enfriar.

KevinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora